“La música electrónica está conectada directamente con la vida de mucha gente”
En su paso por el país, la prestigiosa DJ radicada en San Pablo, Brasil, comparte con nosotros sus últimos proyectos, su vínculo con creadores paraguayos y su visión de la escena musical.
Amanda es una productora, promotora y DJ con una gran trayectoria en la escena latinoamericana. Forma parte del efervescente movimiento que agrupa importantes fiestas y colectivos como Mamba Negra y cuenta con más de 20 años en la escena de la música electrónica en Brasil y Paraguay. Desde que se mudó a San Pablo, empezó a frecuentar clubes y festivales donde pudo apreciar toda la diversidad musical mediante distintos estilos como techno, house, drum and bass o trance.
Culturas unidas a través del sonido
Su origen en parte paraguayo —su infancia y un poco de la adolescencia los pasó en Asunción— la llevó a vincularse y colaborar musicalmente con miembros de LPZ y otros artistas como Victoria Mussi, con quien además comparte parentesco. “Conozco a P. López hace 21 años, cuando vivía en Paraguay. Nos conocimos andando en skate en la Plaza de las Américas. Suelo venir como tres veces al año y pasaba bastante tiempo en el estudio con LPZ. Tuvimos mucha influencia musical el uno en el otro, con él y los demás chicos (Octavio y Cosmo). Por otro lado, mi papá y el de Victoria son primos, y aunque nunca nos presentaron de niñas, le descubrí en Soundcloud, le agregué al Facebook y entramos en contacto”, cuenta Amanda, y a partir de ese momento hicieron coincidir varios proyectos y trabajaron en colaboración.
Ella es además la cabeza de Alt Bookings, un sello enfocado en expandir talento sudamericano en la escena electrónica mundial. En 2020, Amanda estuvo a cargo de la curaduría de Alt Lat 2020, compilado que une a varios artistas latinoamericanos, publicado a través de LPZ. Además, acaba de lanzar un remix (de la canción I am saved) para el ruso Philipp Gorbachev.
Crecer en comunidad
San Pablo es un espacio vibrante de creación musical, donde se destaca Mamba Negra, un colectivo que tiene a la diversidad y al respeto como banderas. “Vivo en un barrio donde está muchísima gente de la escena. Empecé a compartir con las chicas de Mamba Negra, Laura y DJ Cashu. Siempre los apoyé. Era natural para mí, porque estábamos entre amigos. Me dieron una gran confianza”. Amanda cuenta que las ayudó en muchas ocasiones, a veces, cuando surgían imprevistos, y eso la llevó a formar parte del equipo. “Somos como una familia, un grupo gigante de personas que se encargan de la música, visuales, sonido, performance, todo lo artístico. También está el staff de la barra y la limpieza, es una comunidad. Esos mismos equipos trabajan para otras fiestas. Es una gran comunidad con bastante conciencia política. Saben que se debe incluir a personas marginalizadas y luchar contra la opresión y todo lo que nos reprima como artistas y seres humanos”, relata.
“Como toda la movida del skate, del hip hop y grafiti, el dance vino de grupos marginalizados, es parte de la cultura de las ciudades. Genera un mercado de trabajo, turismo e intercambio. Es muy hermoso que eso exista y que sea cada vez más grande. Dar más lugar a los artistas latinos es una misión que se me sumó naturalmente”, afirma.
Responsabilidad de cuidado
Para ella, es importante analizar el rol de los artistas en el contexto en el que se desempeñan: “Uno tiene que entender que en el momento en que sos artista, no importa de qué estilo, tenés responsabilidad, y la música electrónica está conectada directamente con la vida de mucha gente. Es un escape de la normatividad de la sociedad”. Fue creada en Detroit y en Chicago por personas fuera de los patrones, gente afrodescendiente y de la comunidad LGBT. “Es música hecha por minorías representadas. No es solo entretenimiento, lo que se ve superficialmente, sino que se trata de toda una cultura, un estilo de vida. Hay miles de puertas que se abren a personas que no se sienten cómodas, cuerpos que no encajan con ciertos patrones. Hay mucha responsabilidad en lo que transmitís, va más allá del buen sonido y la diversión”, reflexiona.
Para la DJ, existe un trabajo estético, ideológico, cultural y social: “Hay que ser superresponsable cuando tenés el poder de crear esos eventos. Hablar sobre límites, respeto, crear espacios seguros para que a nadie le pase nada, encargarte de que no haya discriminación por género, color, etcétera. Todos son bienvenidos, pero deben entender su responsabilidad de cuidar al otro. No se puede separar la música de la política”.
Amanda sostiene que es necesario crear espacios seguros, para que todos puedan expresarse estética y físicamente, libres de juzgamiento.
Hay que ser superresponsable cuando tenés el poder de crear esos eventos. Hablar sobre límites, respeto, crear espacios seguros para que a nadie le pase nada, encargarte de que no haya discriminación por género, color, etcétera. Todos son bienvenidos, pero deben entender su responsabilidad de cuidar al otro. No se puede separar la música de la política”.
Amanda Mussi
Conexión activa
¿Cómo fue la experiencia de la creación artística durante la pandemia? “Tengo la agencia, las giras; hago música, trabajos freelance y ahora empecé un sello. Todas las cosas que no sean los tours y tocar en vivo pude desarrollarlas más. Esa fue una gran reflexión que se generó en el medio artístico: ‘Ahora que sí o sí estás en tu casa sin hacer nada, te enfren-tás a una gran presión de ser productivo’”.
Amanda se dedicó de lleno a desarrollar su creatividad, al mismo tiempo que colaboró con varios proyectos. Se considera una persona que está siempre involucrada en muchas actividades: “Empecé una plataforma para difundir todas las transmisiones en vivo de Brasil, hice un montón de música, grabé muchos podcasts, empecé mi sello (Macro, que era algo que hace dos años tenía pendiente), pude madurar y concretar la idea. Y también me dediqué a hacer ejercicio”.
El contexto fue oportuno para unir dos de sus pasiones: el ejercicio y la música, y crear un programa online. “Empecé en radio Veneno, que es la mejor con contenido virtual de allá, y tiene una plataforma increíble. El programa se llama Aeróbika. Me metí a hacer yoga y gimnasia en la pandemia: desde chica, cuando vivía en Paraguay, me encantaba el house de los 90, escuchaba en la radio y me fascinaban el step y la gimnasia. Pensé en qué contexto podía aplicar mi música y que la gente disfrutara de otra forma, y también incentivar a que las personas hagan ejercicio” (risas).
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