Valeria es marchante de arte, productora de moda, escritora y PR.
Dos palabras que te definen: Positiva y fuerte.
Un libro que te marcó: Cien años de soledad, porque me abrió al maravilloso mundo de la literatura latinoamericana.
La película que cambió tu vida: Doctor Zhivago, porque me impactó de chica.
Comida favorita: Burrata y pasta al funghi porcini o con trufas.
Destino nacional favorito: Areguá, Concepción y Corateí.
¿Qué lugar ocupa el arte en tu vida?
Ocupó siempre un lugar importante pues crecí rodeada de arte y artistas. Se volvió algo tan necesario como el alimento. Y si esto te lo dice una italiana, ¡creéme que es muy importante!
¿Cuál es el mayor desafío para vivir del arte en Paraguay?
El poco valor que se le da. Hay muchas malas prácticas en el mundo del arte, tanto por parte del consumidor como por parte del artista, que no ayudan a la hora de establecer un mercado.
¿Qué lugar tiene el arte paraguayo en el mundo?
Lastimosamente nunca hemos tenido mucha visibilidad, pero creo que eso está en vías de cambiar debido a varias iniciativas y a un mercado cada vez más global.
¿Con qué artista, vivo o fallecido, te gustaría compartir una cena?
Con Dalí, porque me lo imagino muy divertido y delirante, un compañero de mesa ideal.
¿En qué momento te tomás una pausa?
Me tomo muchísimas pausas en el día porque soy una persona muy tranquila. Me gusta mucho el tiempo en solitario. A veces me encierro en mi cuarto con un maratón de Netflix y otras veces necesito una terapia de risas con mis amigas para volver a entrar en eje.
¿Alguna frase que te represente?
Vive, ama y ríe.
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