Experimentar la música desde lo lúdico
En la búsqueda de un espacio de creación libre e introducción a la música, a la alegría de tocar en una banda, al trabajo en equipo y a una interacción amable con un instrumento, nace el Mitakuña Rock Camp. Es un lugar para infancias, mujeres y disidencias, que empezó en el 2024 con su primera colonia de rock. En esta nota te contamos más sobre cómo se originó el proyecto y por qué su existencia es necesaria.
Antes de adentrarnos en Mitakuña Rock Camp, un poco de contexto: corría el 2006, la Selección Paraguaya había participado de la Copa Mundial de Fútbol, con sede en Alemania, por tercer año consecutivo. Nicanor Duarte Frutos era presidente, el sueldo mínimo era de G. 1.219.795 y se lanzaron álbumes como Limón y Sal, de Julieta Venegas; Taylor Swift, de Taylor Swift; Ahí Vamos, de Gustavo Cerati; Fijación Oral 1 y 2, de Shakira, entre muchos otros. En paralelo, a través de un foro de MSN—la entonces popular plataforma de mensajería de Microsoft, que en paz descanse— se conocieron Alexandra Pose, Verónica Bernal y Mónika Echeverría. El foro era Riot Grrrls Paraguay.
El nombre del foro viene de Riot Grrrl, un conoci do movimiento feminista estadounidense de los 90, conformado por mujeres artistas que militaban des de lo comunitario, la autogestión y las creaciones independientes, bajo la filosofía punk del DIY (Do It Yourself, en inglés; en castellano, “hazlo tú mismo”). “Buscábamos hacer amistades, gente con quien asistir a conciertos. En ese entonces no tenía amigas con quien ir, y cuando lo lograba, me encontraba rodeada de puros tipos. Desde ese lugar también nos planteamos que pegaría hacer un concierto de chicas”, comenta Alexandra.
Antes de que exista el Mitakuña Rock Camp, existió el Kuña Fest, un festival pensado para visibilizar a la mujer en la música, organizado por Riot Grrrls Paraguay. “Nos conocimos y fuimos primero un gru po de amigas. Queríamos ir a conciertos, creo que lo que más nos atraía era estar nomás en el pogo, y no podíamos porque siempre era liderado por hom bres cis. De las ganas de estar en libertad en una escena como esa nacieron los festivales Kuña Fest”, agrega Verónica. Este grupo de amigas se aventuró a la creación de un espacio que no existía en el país y que por primera vez planteaba la presencia de la mujer —en sus dimensiones de música, trabajadora de la industria musical, creadora e intérprete— como el centro de una actividad, de un proyecto.
Juntas elaboraron una carpeta con un plan y la presentaron a la Manzana de la Rivera, en busca de que les permitieran materializar ese sueño. “Y nos dieron el espacio, ¡fue muy loco! No teníamos idea de nada, lo que implicaba la burocracia”, añade Verónica.
Para Mónika está claro que lo que las unió en un principio fue el punk: “Como acá no había nada, yo me sentía sola. Iba a conciertos con mi hermano, pero no me conocían por mi nombre, siempre era ‘la hermana de’. Cuando veía a chicas ahí tenía muchas ganas de conocerlas, por eso creé el foro en MSN, para empezar a buscarlas”. A ese espacio virtual lo hicieron suyo, un lugar seguro para compartir las bandas que escuchaban, en lo que andaba cada una, y todo esto antes de la existencia de las redes sociales que conocemos y usamos ahora, como Spotify, YouTube y Orkut (ya fallecido también).
Muy fieles al DIY de la filosofía punk, juntas iniciaron un camino que siguió y permaneció a través de los años. El Kuña Fest tuvo, hasta ahora, ocho ediciones, y con cada una fueron aprendiendo cada vez más y sumaron más sueños.
“En 2013, el Kuña Fest tuvo talleres de instrumentos y fanzines. Ahí pensamos que pegaría enseñar, ya que había pocos lugares donde acceder a eso”, dice Mónika, mientras rememora también cómo hacían para contactar y encontrar a chicas que quisieran participar del festival; una especie de Gente que busca gente, pero con mujeres músicas.
En 2017, Mónika y Verónica decidieron viajar a Argentina a conocer y participar de la colonia Chicas Amplificadas. El proyecto forma parte de la alianza internacional de campamentos Girls Rock Camp Alliance. “Fue increíble. A la vuelta, con Amotas (Verónica), pensamos: ‘¡Vamos a hacer esto!’. Si ya teníamos el Kuña Fest, entonces tenía que existir Mitakuña Rock Camp”, agrega Mónika con una sonrisa.
El Mitakuña Rock Camp nació oficialmente en setiembre de 2019, ya con planes de realizar las primeras actividades en 2020.
Espacios de posibilidades y de creación
El Mitakuña Rock Camp nació oficialmente en setiembre de 2019, ya con planes de realizar las primeras actividades en 2020; una de ellas, un taller de formación de bandas de un día. “En marzo de 2020 cayó la pandemia. Era nuestra única manera de juntar plata para hacer el campamento, pero el país se cerró. De igual manera, lo hicimos, con toda la protección, la seguridad y la limpieza necesarias. Fuimos el único campamento latinoamericano que continuó en ese tiempo”, comenta Mónika.
“Durante la pandemia no queríamos arriesgarnos, pero también sabíamos que debíamos construir una base de voluntarios, que la gente sepa qué es el proyecto, cómo nos organizamos. Muchas personas que participaron de los talleres hoy son voluntarios”
Verónica Bernal.
El proyecto siempre estuvo pensado para infancias, pero en el contexto pandémico, los primeros talleres fueron para mujeres y disidencias mayores de edad. “Durante la pandemia no queríamos arriesgarnos, pero también sabíamos que debíamos construir una base de voluntarios, que la gente sepa qué es el proyecto, cómo nos organizamos. Muchas personas que participaron de los talleres hoy son voluntarios”, agrega Verónica.
Si bien el proyecto está enfocado y pensado para infancias, las chicas saben que hay una necesidad y un deseo latente en mayores de edad que se suelen acercar a la organización y manifiestan sus ganas de aprender a tocar algún instrumento, de ser parte de una banda. “Vimos la necesidad de las compas. Tenemos amigos con quienes hablamos siempre, pero no se inscriben a los talleres. Al preguntar, nos dicen que es porque no tienen experiencia musical. Pero no hace falta. Hay un miedo muy presente en el no saber, y eso es lo que queremos romper un poco”, comenta Verónica.
Mitakuña Rock Camp Colonia 2024
Este mes realizan su primera colonia de rock, del 29 de enero al 3 de febrero, en el Instituto Cultural Paraguayo Alemán (ICPA). Pueden participar infancias y adolescentes de 7 a 17 años. En la colonia, las participantes aprenderán un instrumento de su elección y formarán una banda con sus compañeros y compañeras. “Habrá talleres como el de Mujeres y disidencias en la música, de fanzines, de composición de letras, de defensa personal, de videoclips, de performance, de portadas de disco”, agrega Alexandra.
Las inscripciones están habilitadas hasta el lunes 15 de enero y el formulario se encuentra en la página de Instagram @mitakuna.rc. La organización, actualmente, está realizando una campaña de recaudación, Más rock mitakuñas, música por infancias, y la meta es juntar Gs. 50.000.000, que serán destinados a becar a 20 estudiantes. Hay tres maneras de colaborar: una es becar a una alumna, la segunda es realizar un aporte voluntario y la última es la donación de equipos e instrumentos musicales.
El trabajo que realizan desde la organización es 100 % voluntario. “No percibimos nada, pero lo hacemos también porque sabemos que necesitamos, y porque es algo que nos hubiera encantado tener cuando éramos chicas. Recuerdo que antes del feminismo, a mí me llegaron el punk, los conciertos. Sabemos que otras infancias tienen que acceder a esto, es muy necesario”, agrega Verónica. Es un feminismo en acción, según Mónika, un espacio en el cual aprenden a través de la acción y la enseñanza.
Tanto Alexandra como Verónica aprendieron a tocar el bajo gracias a sus compañeras y amigas. “Más que enseñar, es colaborar, entregar lo que uno sabe, aportar al otro, y para eso creo que ayuda mucho el punk, en su espíritu, porque a veces las bandas quieren experimentar con géneros no necesariamente relacionados con el rock o el punk, pero esa esencia del ‘hazlo tú mismo’ envuelve todo”, cierra Alexandra.
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