Ciencia y Tecnología

Un espacio salvaje muy cerca nuestro

El Parque Guasu Metropolitano

Uno de los mayores pulmones verdes de Asunción es el protagonista de esta nota, en la que te contamos sobre sus orígenes y la naturaleza que llena sus 125 hectáreas.

Por de Luis José Recalde (@drunken_forestpy), ingeniero agrónomo y consultor ambiental. Fotos de Amelik Hüwel y Francisco Chavez.

Posterior a la Guerra contra la Triple Alianza y por la vía férrea que partía de Asunción a Areguá, sobre la que hoy se ubica la autopista Asunción-Luque, la Caballería se estableció en el lugar llamado entonces Campo Grande (también Potrero Aquidabán). Ahí ubicaron un tambo destinado a suplir de productos lácteos a las Fuerzas Armadas.

El parque antes de la ciudad

A partir de ese momento, el área que hoy está ocupada por los parques Guasu y Ñu Guasu, el actual aeropuerto Silvio Pettirossi, la Fuerza Aérea Paraguaya, el Comité Olímpico Paraguayo y gran parte de los alrededores fue utilizada de una u otra manera como predio militar hasta la aceleración de la urbanización, entre los 90 y 2000. Hubo un crecimiento acelerado de la ciudad sobre el antiguo Campo Grande, acompañado por obras de gran envergadura, como alteraciones del curso del arroyo Itay que lo atraviesa, rellenos de terreno, apertura de calles e incluso la autopista que actualmente circula por donde antiguamente pasaban las vías del tren.

El barrio menos poblado de Asunción

Como curiosidad, el parque está asentado sobre el barrio Ñu Guazú de Asunción, que es, al mismo tiempo, el menos poblado de la capital paraguaya. Sus límites coinciden casi exactamente con los del Parque Guasu y el Club de Suboficiales de las Fuerzas Armadas. En el 2002 fueron censados solo 16 habitantes.

El proceso de creación en su forma actual inició en 2009, cuando se firmó un acuerdo entre el Ministerio de Defensa (propietario) y el Ministerio de Obras Públicas (administrador) para el desarrollo de un parque natural sobre un predio de 124 hectáreas, que se habilitó finalmente para el público en 2012. Desde entonces ha tenido sus puertas abiertas y se volvió uno de los sitios públicos más visitados de la capital paraguaya.

Reserva Natural

Además de ser un parque, en 2022 el espacio fue designado a través de una ley con la categoría de Reserva Natural. Esta nomenclatura legal reconoce su importancia para la conservación de la biodiversidad y a partir de ella se generó un documento llamado Plan de manejo, con los lineamientos técnicos para maximizar los beneficios que ofrece a la naturaleza y a las personas, incluyendo una división en zonas con sus respectivos usos programados, prioridades de conservación y programas de desarrollo.

El Parque Guasu es uno de los pocos espacios en Asunción, junto al Jardín Botánico y la bahía de Asunción, donde puede verse en forma expresiva la fauna y la flora nativas de la ciudad. Desde lo muy pequeño, para los observadores más minuciosos, ofrece una enorme diversidad de insectos y más de 100 especies de flora, lo que incluye una muestra representativa de variedades chaqueñas como cactus de varios tipos.

Unas 24 especies de anfibios fueron registradas en el parque. Durante las tardes de verano, después de las lluvias, es un momento ideal para escuchar el coro de ranas y sapitos acompañados por cigarras. Es uno de los mejores sitios de Central para observar aves, con más de 270 variedades registradas, algunas muy fáciles de ver, como teros, cotorras, caráus, carpinteros y zorzales, y esporádicamente han aparecido especies notables para la zona, como la viudita pico celeste y el rey del bosque (un ave chaqueña). Notablemente también están documentadas al menos ocho clases de mamíferos silvestres, como el mapache sudamericano, el yaguarundí (un pequeño felino), la nutria, el apere’a (un pariente silvestre del conejillo de indias), el hurón, el zorro, entre otros.

Actividades

El parque recibe a todo tipo de público; los usos más populares son deportivos, con la posibilidad de andar en bicicleta, rollers o patines, y también para trotar y caminar. Además, cuenta con un parque de juegos bien equipado para los más pequeños y es un excelente sitio donde practicar la fotografía tanto de naturaleza como en general.

Muchas personas también acuden con sus perros a caminar (las mascotas deben pasear con correa) y es un sitio muy popular para la observación de naturaleza, especialmente aves y flora nativa, aunque los más afortunados llegan a encontrarse con animales como los yaguarundí o los aguara’i (zorros), con suerte. Cuenta con un espacio para practicar calistenia y en su momento tuvo un velódromo (que actualmente se encuentra sin mantenimiento). Un puente peatonal da acceso al colindante parque Ñu Guasu, lo que permite hacer un circuito de varios kilómetros para los deportistas más avezados.

El mismo puente ofrece vistas al arroyo Itay que, si bien lastimosamente se encuentra muy contaminado, sigue siendo un espacio natural importante, donde aparecen especies de aves interesantes como el tapicurú o ibis verde, distintas variedades de martín pescador y muchas otras. A veces se encuentran yacarés (caimanes) y grandes kuriju (anaconda amarilla) que sí, son también parte de la fauna nativa de Asunción y del parque que hay que proteger y respetar.

El futuro de las áreas verdes

Asunción es una ciudad hambrienta de espacios verdes. La enorme afluencia de gente durante los fines de semana a los pocos espacios amplios disponibles (Jardín Botánico, Costanera y Parque Guasu) nos demuestra que existe un gran público esperando. Incluso, hay muchas más personas que debido a las deficiencias del transporte no pueden acceder a estos lugares.

No basta solamente con que los parques existan, e incluso su existencia en el tiempo es un desafío activo, ya que con regularidad aparecen proyectos inmobiliarios, generalmente promovidos desde el Estado, que buscan utilizarlos como “tierra de nadie” y “lugares sin uso”. Ante este desafío la mejor inversión ciudadana es hacer el mayor y mejor uso posible de nuestros espacios públicos. Salir a caminar, andar en bici, observar aves y pasear con la familia y amigos mejora el bienestar humano en dimensiones que shoppings y salidas comerciales no pueden proveer. Para un futuro con una ciudad mejor y más humana necesitamos que estos lugares sigan existiendo e incluso mejoren en su capacidad de recibir a los visitantes.

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