Intersecciones entre el tejido tradicional y contemporáneo
El trabajo de Paz Moreno Re es contar historias que desdibujan los límites entre tradición y experimentación. Con el ñandutí como punto de partida, su obra trasciende el encaje clásico para dialogar con la fotografía, la escultura y hasta la realidad virtual. En esta entrevista, la artista paraguaya nos invita a repensar el tejido como lenguaje vivo y acto de resistencia.
Por Laura Ruiz Díaz. Retratos: Fernando Franceschelli.
Cuenta la leyenda que Jasyñemoñare y Ñanduguasu se enfrentaron en una competencia por el amor de Samimbi. Un día, Jasyñemoñare vio un delicado encaje plateado colgando de un árbol y decidió trepar para bajarlo y ofrecérselo a su amada. Consumido por los celos, Ñanduguasu disparó una flecha que lo atravesó y acabó con su vida. En un arrebato de triunfo, este subió al árbol para reclamar el encaje, pero solo encontró entre sus dedos un tejido deshilachado: era una simple tela de araña.
Por meses, Ñanduguasu vivió devorado por el arrepentimiento. Le confesó todo a su madre quien, intrigada, estudió el arte de las arañas para replicar ese encaje perdido. Con hebras blancas de su propio cabello, logró tejer de nuevo el delicado ornamento.
En el universo de Paz Moreno Re, el ñandutí es más que una técnica artesanal: es un idioma con el que narra emociones, memorias y rupturas. Desde la intervención de fotografías familiares hasta esculturas textiles inmersivas, su práctica desafía las categorías tradicionales de arte y artesanía, y reivindica la disciplina como tecnología manual profundamente contemporánea. En esta entrevista, nos sumerge en los hilos que hacen a su obra, donde lo personal y lo colectivo se entrelazan en cada puntada.
Una historia con muchas puntadas
En realidad, la historia del ñandutí es de aculturación. Inicia con la llegada de la aguja y el hilo europeos, que se encuentran con el delicado y experto tejido de los pueblos indígenas de la región. Y si bien fue importado de ultramar, las artesanas locales lo enriquecieron con nuevas variantes e hicieron de él un elemento representativo y entrañable, que fue atesorado por las paraguayas generación tras generación. Esta es la tradición a la que Paz aporta su trabajo.
“Mi práctica se basa en experimentar con la técnica del ñandutí buscando sus límites y otros caminos, mezclándola con otras variedades del lenguaje visual como la escultura, la fotografía y la pintura. El tejido es un idioma y lo que haga con él es la práctica de este idioma, como la poesía, las novelas o una canción”, manifiesta la artista.
Para Paz Moreno Re, tejer es un gran honor: el privilegio de “saber hacer”. “Al usar el ñandutí siento la tensión que genera, como si descolocara o incomodara que ocupe la categoría de arte”, reflexiona. “En bibliografías como la de José María Sanjurjo, Norma Martínez o Gustavo González, se afirma que destacó por la riqueza de su diseño, gracias a que la mujer paraguaya tejió de manera rica su imaginario en los hilos del encaje”, agrega. Una práctica que hoy integra desde diversas perspectivas.
A través de su obra, Moreno Re transmite la contemporaneidad del ñandutí y también explora las posibilidades de lo abstracto con el encaje, con “formas imposibles que salen de la regla”. En su muestra Ejercicios sobre la nostalgia, que expuso en el año 2021, donde combinaba la fotografía y el tejido tradicional como soporte, la artista buscaba retratar la inestabilidad e incertidumbre pospandemia.
Su búsqueda contemporánea la llevó a Oxígeno Feria de Arte, la única muestra que explora estas narrativas. En la edición 2022 participó con la obra Autorretrato I, una instalación compuesta de piedras sedimentarias recubiertas con una red que en la base es sostenida por el encaje, donde exploraba el potencial de la instalación al utilizar como soporte el material textil y contraponer el tejido delicado con su capacidad de sostén. “Es un autorretrato de lo que es ser mujer en el Paraguay. Trata de ese peso, de la mochila cultural que viene impuesta”, remarcó en aquella ocasión.
Esta obra fue reconocida con el premio Open Borders/Fronteras abiertas, una residencia artística en Italia con todos los gastos pagos. Allí tuvo la posibilidad de estudiar a Paola Besana, quien fue una artista textil e investigadora de estructuras de tejido y telares. En el mismo país expuso Originalidad del origen.
“Mi práctica se basa en experimentar con la técnica del ñandutí buscando sus límites y otros caminos, mezclándola con otras variedades del lenguaje visual como la escultura, la fotografía y la pintura. El tejido es un idioma y lo que haga con él es la práctica de este idioma, como la poesía, las novelas o una canción”
En junio de este año presentó Atrapar un suspiro, una serie que conforma un ensayo visual sobre las (im)posibilidades del soporte textil, con las distintas expresiones del tejido, como hilos, encajes y texturas, de base. “La narrativa va por el lado de cómo el aire se mueve por el cuerpo cuando respiramos, cuando algo nos quita un suspiro y cómo se puede congelar ese momento, atraparlo en un encaje”, nos cuenta.
Participó también de la edición 2024 de Oxígeno, donde expuso Trama escarlata, una escultura textil en terciopelo elastizado y otros tejidos, inspirada en la frase: “En hebras de rubí, se teje la historia de la mujer. Rojo como la sangre que da vida, rojo como el fuego que no cesa…”.
“En esta obra esperaba generar preguntas, ya que amplié su escala y solo utilicé la textura del terciopelo”, plantea la artista. En este contexto también fue premiada con una beca para la residencia La Nave, en Escobar, provincia de Buenos Aires, Argentina, en donde buscará experimentar diferentes materialidades y lenguajes. “Estos son espacios que me ayudan a seguir explorando mi lenguaje y llevarlo a lugares diferentes donde pueda crecer, viendo otros horizontes”, remarca.
Perspectivas
“El saber tradicional es la base para crear y aprender nuevos caminos. Mi práctica es mirar al tejido como si lo pusiera en un laboratorio donde se experimenta. Así aprendí a realizar geometrías que se vuelven volumen, que albergan otros materiales y texturas”, afirma Paz. “Esto me interesa porque así la obra ocupa más lugar en el espacio y aprovecha la cualidad de red que también tiene el ñandutí”, sostiene. Sus nuevas exploraciones tienen que ver con el volumen, el lugar y la realidad virtual. Actualmente está incorporando nuevas tecnologías en el marco de la beca Expylab, organizada por la Alianza Francesa.
Su proceso creativo se basa en “curiosear”, en “qué pasa si…”, y en la experimentación constante. “Mi profesora Ángeles, de Ymaguaré, donde aprendí a tejer, fue muy curiosa y creo que ella influyó un montón en mi práctica. La curiosidad me llevó a probar nuevos diseños y formas”, afirma.
“En mi práctica cuestiono, indirectamente, la noción arte-artesanía, lo decolonial, como se espera que performe el ñandutí con relación al espacio que ocupa en el arte”
Es licenciada en Artes Visuales y realizó su trabajo final de grado sobre una expresión de ñandutí de Carapeguá, lo que enriqueció su investigación en Italia. “En mi práctica cuestiono, indirectamente, la noción arte-artesanía, lo decolonial, como se espera que performe el ñandutí con relación al espacio que ocupa en el arte. No sé si sería cuestionar a la academia, o que la academia mire el hacer y la tecnología manual para referirse a ella con todo el peso de ese saber”, reivindica.
“El panorama para una artista en Paraguay siempre ha sido y será difícil”, afirma. “Sí creo que nadie puede detener la curiosidad, las ganas de aprender, de ser desafiante y no conformarse. No es posible frenar el deseo que tengo de salir adelante. Teniendo en cuenta esto, el panorama es esperanzador, pues con mi trabajo abro caminos nuevos”, finaliza. Conocé más sobre su obra en Instagram, @paz.morenore
SABERES COMPARTIDOS
Arasape Ñanduti es el espacio en donde Paz comparte sus procesos. Podés encontrarlo en Instagram como @arasapenanduti
VESTIR ÑANDUTÍ
En Studio M Re (@studio.m.re), Paz comercializa productos de moda y diseño.
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