Entre lo etéreo y lo emotivo
Con una sensibilidad innata para captar las sutilezas de la condición humana y una visión vanguardista, Gabriela ha conquistado al público con su creatividad. Su formación tanto dentro como fuera de la academia la llevó a dirigir numerosos proyectos artísticos, y en esta nota conversamos con ella sobre su pasión: el audiovisual.
Por Laura Ruiz Díaz. Fotografía: gentileza.
Desde los márgenes de la sensibilidad artística latinoamericana hasta la vibrante conexión de las grandes urbes creativas como São Paulo y Los Ángeles, Gabriela Grafolin construyó una trayectoria que desafía los límites de lo visual. Como directora creativa y de videoclips, su obra cautiva por su estética audaz y vanguardista que equilibra con maestría lo emocional y lo conceptual.
Nacida con una fascinación por el cine, Gabriela recuerda haber cuestionado desde temprana edad cómo se construían las historias en pantalla. Ese ejercicio intuitivo de imaginar y reescribir escenas la llevó a crear un espacio donde sus ideas podían transformarse y expresar un lenguaje propio. “El audiovisual, para mí, es ese lugar donde las ideas toman forma y las emociones se traducen en imágenes que resuenan profundamente en quienes las ven”, confiesa.
Sensibilidad forjada entre Paraguay y Brasil
Gabriela es producto de dos mundos que han moldeado su visión creativa. En Paraguay encontró la riqueza de lo cotidiano y una conexión profunda con sus raíces; en Brasil absorbió una energía vibrante y un audaz sentido del color y el contraste. Esta amalgama cultural está en el corazón de su obra, que combina autenticidad con una universalidad que trasciende fronteras.
Su educación formal, que incluye estudios en Publicidad y Propaganda en la ESPM (Escola Superior de Propaganda e Marketing), es solo una parte de su amplio bagaje. Su experiencia práctica, desde el portal de tendencias Steal The Look o la revista y agencia Vista, ha consolidado su capacidad para traducir ideas abstractas en narrativas visuales que dialogan con la contemporaneidad.
Referencias que inspiran, pero no limitan
Influencias como Lynne Ramsay, Petra Collins y Denis Villeneuve han dejado huella en su obra, pero Gabriela no se limita a replicar estilos. De Ramsay adopta la precisión minimalista para transmitir emociones; de Collins, la habilidad para capturar lo etéreo y lo íntimo. “No intento imitarlas, sino traducir esa sensibilidad en algo propio”, explica. El resultado son trabajos que destacan por su honestidad visual y una fuerza narrativa que los hace inolvidables.
Lienzo emocional
El universo musical es uno de los escenarios donde Gabriela brilló con mayor intensidad. Su colaboración con artistas como Jão, Carol Biazin y Lucas Inutilismo demuestra su capacidad para crear conexiones visuales que amplifican el impacto emocional de la música.
Con Carol Biazin, dirigió videoclips como Amor traumatizado y Não quero me apaixonar, con los que marcó hitos en su carrera al consolidar una firma estética que combina lo íntimo con lo teatral. Por su parte, trabajar con Jão en Me lambe le permitió explorar narrativas cargadas de vulnerabilidad y sensualidad, mientras que con Lucas Inutilismo desafió las convenciones a través de propuestas experimentales.
Para ella, esos proyectos son una oportunidad de dialogar con el público desde un lugar honesto y emocional: “La música es una fuente inagotable de energía creativa; me permite crear mundos visuales que conectan genuinamente con quienes los ven”.
El desafío de equilibrar lo concreto y lo imaginario
La obra de Gabriela se caracteriza por un delicado equilibrio entre lo tangible y lo abstracto. “Lo concreto aporta anclaje, mientras que lo imaginario expande los límites narrativos”, comenta. Esto se refleja en su habilidad para capturar emociones auténticas sin recurrir a lo obvio, para que los detalles y la atmósfera hablen por sí mismos.
Arte que transforma
Para Gabriela, el audiovisual no es solo una forma de expresión, sino una herramienta de cambio. “Espero que mi trabajo inspire a las personas a cuestionar lo que ven y sienten”, dice. En un mundo donde las imágenes dominan nuestra vida, ella utiliza su arte para invitar a la reflexión, desafiar percepciones y conectar emociones.
Con cada proyecto, Gabriela Grafolin sigue explorando las profundidades del lenguaje visual y tejiendo narrativas que, al igual que ella, trascienden fronteras y desafían expectativas. En su obra, lo etéreo y lo cotidiano se encuentran para crear experiencias únicas que resuenan mucho después de haber sido vistas.
Horizontes internacionales
Al dividir su tiempo entre São Paulo y Los Ángeles, Gabriela amplió sus horizontes creativos. En Brasil encuentra un entorno cargado de energía y dinamismo cultural; en EE. UU., las oportunidades internacionales le permiten colaborar con profesionales de diversas partes del mundo. Esta expansión, explica, fortalece su presencia en el mercado global y también la desafía a elevar su trabajo a niveles más ambiciosos.
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