La pantalla chica continúa brillando
Si son como yo, se pasaron gran parte del año pegados a la pantalla chica, atrapados por alguna de las muchas ofertas que los diversos canales y servicios de streaming estrenaron, entre series nuevas y viejas conocidas.
Por Javier Ferreira (@javoff).
En esta ocasión, y para despedir el 2024, quiero comentarles sobre algunas de las series que, a mi parecer, sobresalieron del montón. Obviamente, no hay espacio ni tiempo para hablar de todas, por lo que ciertas destacadas como True Detective: Night Country, The Penguin, Hacks y The Diplomat solamente serán citadas aquí a modo de referencia para quienes quieran buscarlas por su cuenta.
Shogun (Disney+)
Este drama ficticio de historia, adaptación de la novela de James Clavell del mismo nombre, logró lucirse en todos los aspectos posibles. Actores de primer nivel, una trama atrapante, trabajadas escenas de acción y escenografías meticulosamente recreadas nos transportan al Japón feudal del año 1600, en el que diversas facciones se encuentran luchando por hacerse con el control del país.
Pero la serie es sobre todo un interesantísimo ejercicio sobre la comunicación y el poder del lenguaje, pues tiene en su centro a un marinero inglés (Cosmo Jarvis), quien depende de una traductora (Anna Sawai) para comunicarse con un poderoso señor feudal (Hiroyuki Sanada), mientras busca su lugar en una batalla que no es suya.
Los tres protagonistas son, además, personajes bastante grises. Nadie es completamente un héroe o un villano en esta serie y las diferencias culturales y sociales exacerban aún más los conflictos entre ellos, a lo que se suman las manipulaciones que son posibles cuando se deciden traducir o no ciertas cosas, lo que vuelve cada conversación en una batalla tanto o más interesante que un duelo de espadas.
Al final del día, Shogun logra lo que la mayoría de series no: obligarte a prestar atención a cada conversación, a cada detalle, para comprender los sentimientos y pensamientos de sus complicados personajes.
English Teacher (Disney+)
En esta comedia, creada y protagonizada por Brian Jordan Alvarez, un profesor de Inglés intenta navegar brechas generacionales e ideológicas armado solamente con sus propias susceptibilidades y a veces no tan buenas intenciones.
Padres ultraconservadores, alumnos tan socialmente conscientes que terminan volviéndose una parodia de sí mismos y profesores que probablemente estarían mejor en un trabajo distinto son el día a día en el mundo de la serie, tal como en la realidad. Y la serie logra burlarse de todos ellos por igual, como para recordar al espectador que cualquier extremo es malo si nadie nos para el carro.
A simple vista, English Teacher podría parecer otra versión de la también genial Abbott Elementary, con la salvedad de estar centrada en una secundaria en los suburbios, pero se distingue rápidamente por abordar temáticas más relacionadas con choques culturales y un guión repleto de diálogos rápidos que recuerdan bastante a los de Buffy la cazavampiros, por su habilidad para rematar chistes a diestra y siniestra.
Pero, sobre todas las cosas, la serie tiene corazón. Al fin y al cabo, su mensaje pareciera ser simplemente: estamos todos en el mismo barco, o nos ayudamos los unos a los otros para llegar a buen puerto o nos hundimos juntos.
Baby Reindeer (Netflix)
Definitivamente, esta fue la serie que nos tomó desprevenidos con su duro pero sincero —y por momentos simpático— relato de acoso, abuso y culpa que, al enfocarse en una víctima masculina, nos enfrenta a una realidad que muchos prefieren ignorar.
Como ya hizo la espectacular I May Destroy You años atrás, esta miniserie de Netflix, escrita y protagonizada por Richard Gadd, y basada en su vida, nos hace transitar un vertiginoso camino en el que su personaje principal pasa por las distintas etapas del duelo mientras intenta lidiar con lo que le pasó y le está pasando a la par que su delicado estado emocional comienza a afectar sus relaciones interpersonales.
La serie nos obliga a encarar los matices tanto de víctimas como de victimarios, y humaniza incluso a personajes como el de Martha (Jessica Gunning), quien aun en su agresiva obsesión con el personaje de Gadd genera pena, tanto a él como a nosotros.
Baby Reindeer no es fácil de digerir, pero su manera de incomodar se siente necesaria y es lo que finalmente la convierte en algo que todos deberían ver.
X-Men ’97 (Disney+)
La esperada continuación de la serie animada de los 90, protagonizada por los mutantes de Marvel, podría haber sido otro barato intento por hacer dinero fácil mediante la nostalgia. Pero, por suerte, la serie consigue replicar lo que funcionó en el pasado y actualizarse en lo necesario para lograr un balance casi perfecto, que le permite continuar su historia con una mirada más adulta sin perder el foco en la acción (y sus mensajes políticos).
La serie retiene ese encanto telenovelero a la hora de contar las fantásticas aventuras de Cíclope, Guepardo y compañía, pero un guión pulido le permite abordar temas más serios de una forma más efectiva. Así, fluctúa entre la comedia y el drama inherente a la lucha entre los mutantes y los humanos que se niegan a aceptarlos.
Y no es que la serie original no tuviese ese foco en temas serios y problemáticas sociales, que al fin y al cabo son la base de todas las historias de los X-Men, si no que claramente estaban simplificados o adaptados para mantener contentos a ejecutivos (que solo querían vender juguetes) y padres por partes iguales. Con un público claramente más maduro, la serie es libre de ser lo que siempre debió ser.
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