Líderes y lideresas de diferentes generaciones, organizaciones, sectores y territorios impulsan la plataforma Paraguay Ahora. Desde allí pretenden instalar un diálogo estratégico e informado, conectar puntos en común y accionar en pos de la construcción del país que necesitamos.
Una característica que siempre se resalta de Paraguay es su bono demográfico: la mayor parte de la población tiene menos de 35 años, por lo que está en etapa de trabajo y desarrollo. La potencialidad de la juventud se ve hoy en movimientos estudiantiles, feministas e indígenas, como también en el sector emprendedor, artístico, tecnológico, etcétera.
“Pero cómo es que todo eso está sucediendo y al final parece que nada cambia”, cuestiona de forma retórica Santiago Campos Cervera, emprendedor social al frente de ARCA y promotor de Paraguay Ahora. Y sigue: “¿Cómo es que tantas personas protagonizan iniciativas significativas en distintos sectores y territorios en nuestro país, e incluso paraguayos en el mundo, y pareciera que están desarticuladas?”.
Estas preguntas fueron disparadores para generar un espacio, promovido por el Banco Mundial, que reunió a diferentes jóvenes que lideraron procesos de cambio en sus comunidades, organizaciones y emprendimientos, y que querían trabajar en torno a un proyecto país.
Así, Paraguay Ahora nació como una plataforma para que estos líderes y lideresas se articulen, se conecten, reflexionen sobre la visión del país y finalmente construyan una agenda de incidencia. “Siempre convocan a líderes juveniles para discutir sobre juventud, pero nosotros queríamos hablar del país. Juntar a personas de las nuevas generaciones, porque hablamos de estilo más que de edad, ya que consideramos que accionan desde un marco de valores que tiene mucho más que ver con la integración”, explica el joven, que también es fundador de la Asociación Paraguaya de Emprendedores y de Sistema B Paraguay.
Desde un grupo impulsor identificaron a 75 personas que en su diversidad y diferencias querían encontrar puntos comunes a través de un diálogo estratégico. Fueron aproximadamente nueve meses de encuentros virtuales, debido a la pandemia, en los que discutieron temas como: salud, educación, economía, energía, medioambiente, transparencia y otros.
Santiago es consciente de que esta no es la primera ni será la última vez que se conforma un grupo así, pero resalta el hecho de retomar conversaciones postergadas y urgentes, el proceso de aprendizaje de quienes debaten y el documento que concibieron: Paraguay, del diálogo a la acción, narrativa que logra condensar las reflexiones, paradojas y posibilidades del país.
“Esperamos que este primer documento siga enriqueciéndose, que la gente lo lea, comparta y dé sus opiniones, y que a partir de ahora el grupo se amplíe y más personas se sumen. Que se evidencien los puntos ciegos de esta narrativa para construir una agenda de incidencia”, menciona.
Descentralizar el diálogo
Para Sol Arrúa, líder política y estudiante de Derecho y Notariado de Villarrica, aprovechar el bono demográfico implica involucrarse: hacerse cargo de las obligaciones y responsabilidades como ciudadana paraguaya y ver de qué forma puede aportar.
Sol tiene 21 años y percibe en su generación una sed de identidad. “Queremos sentir orgullo de nuestra nación, pero cada vez que intentamos buscar algo bueno, una nueva frustración o decepción aparece”, asegura. Sin embargo, no le parece que la opción sea quedarse en casa, llorar y despotricar contra lo que no puede cambiar, sino asumir su lugar y comprometerse con una causa.
Ese espíritu la llevó a aceptar la invitación de Paraguay Ahora, en donde sintió que podía sumar su voz y dar a conocer las realidades de su ciudad y los barrios que la conforman. “Aportar mis vivencias como mujer, joven y del interior. Creo que eso tiene un gran valor”, opina.
A David Riveros, director ejecutivo de reAcción, grupo anticorrupción de Ciudad del Este, un motivo que lo impulsó a formar parte de Paraguay Ahora fue la oportunidad de reunir a líderes y lideresas del interior, como él y Sol. “No se visibiliza a grupos juveniles del interior que hacen trabajos increíbles. Hay un enfoque asuncéntrico en la forma en la cual se cuenta la narrativa del país, yo quería que evitáramos eso. Creo que hicimos un esfuerzo y hay figuras nuevas y de diferentes orígenes”, explica Riveros.
Destaca que lo interesante —y que también de alguna forma representa un mensaje para generaciones anteriores— es que muchos de los integrantes de la plataforma no piensan igual, incluso tienen posturas diametralmente opuestas, pero hay un punto en común, y es que de algún modo todos y todas buscan un Paraguay mejor, que le asegure la dignidad a su población.
“Con tanta gente de distintos lugares y pensamientos, creí que sería un caos, pero entendí que en cada reunión hacíamos patria. Hoy quizá no nos toca enfrentar guerras, pero sí propiciar el diálogo, que es muy difícil. No necesariamente tenemos que estar de acuerdo, sino volver al punto: lo importante es Paraguay”, opina Arrúa, que se graduó de la Academia de Formación Política de Mujeres del Senado en 2019.
Durante las conversaciones —en las que no solo hubo intercambio de ideas y opiniones, sino también se trataba de informar sobre la complejidad de los temas—, Sol se dio cuenta de que uno de los ejes en los que le gustaría incidir es en materia energética, ya que nos afecta a todos y todas, pero no se habla de forma simple, para que la ciudadanía pueda entender.
“Todo el mundo habla de la potencia energética que es Itaipú, pero no lo vemos. Mientras nosotros no nos involucremos, pidamos cuentas y despertemos, no vamos a contribuir al desarrollo y a la potencia de esa entidad”, asegura.
En palabras de la joven, este tipo de experiencias son llamados a ejercer votos más conscientes, ya que si las personas tienen mayor conocimiento sobre la situación del país, es mucho más fácil que sean contralores de los poderes del Estado y sean verdaderamente representados ante esas instancias. “Con fuerzas esparcidas, no vamos a lograr nada. Creo que esta puede ser una oportunidad genial para empezar a organizarnos como sociedad”, añade entusiasta Sol.
Ejercicio democrático
Hay todavía una parte de la historia que nos pesa, considera Ana Romero –lideresa de la comunidad Pueblo Guaraní Urbano, ubicada en el distrito Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón–: el traspaso de la dictadura a la democracia no se concretó del todo, porque las prácticas de corrupción y violencia institucional son las mismas de hace 30 años.
Romero, que actualmente trabaja en el INDI y es representante de la organización Pueblo Guaraní, desea mostrar con el ejemplo que es posible hacer las cosas bien. Sabe que se enfrenta a una gran estructura y que, además, las agresiones son mayores por ser mujer, pero sigue firme, trabaja colectivamente, milita por sus derechos y de todas
las personas.
“Lo que me moviliza desde la juventud indígena es que estos ejercicios de construcción quedan en los documentos. Se elaboran, pero no se aplican. Nuestra generación está más despierta y activa, entonces, ¿por qué no involucrarnos? Muchos esperan que uno le invite o motive, pero nosotros como jóvenes debemos hacer algo. Si no actuamos, el proceso siempre se va a estancar”, comparte la activista, con más de 10 años de experiencia en organizaciones.
En ese sentido, Santiago sostiene que nadie va a venir a salvarnos como sociedad; no hay una receta mágica o persona iluminada que solucione todo; lo que se requiere, asegura, es una renovación política y social: una revolución del liderazgo al servicio de lo común, grupos de personas dispuestas a transitar ese proceso y hacer camino.
“Tenemos que cambiar nuestra forma de entender la democracia: la libertad es compleja y requiere que todos los días tomemos decisiones. Muchos añoran volver a una dictadura para regresar a un escenario donde alguien más decidía por ellos”, reflexiona Riveros. Sin embargo, se trata de una falsa sensación de orden, contraria a lo que buscan: “Las
democracias respiran conflictos, es natural. Por eso el diálogo es tan importante, pues a través de él se disipan y descomprimen esos problemas”.
Según Romero, lo más rico de la plataforma Paraguay Ahora es que temas como género, niñez y adolescencia, entre otros, son transversales a los ejes principales, ya que se trata de tener una visión país lo más amplia posible. “No porque te identificás con un sector, dejás de lado otras realidades. Por ejemplo, un tema era la energía; entonces, nosotros como población indígena aportamos desde nuestra práctica, nuestro conocimiento, para que la narrativa también contemple esa cosmovisión”, expresa Ana, que califica la experiencia como un ejercicio democrático.
Sumar y expandir
Actualmente quienes conforman la plataforma Paraguay Ahora trabajan en el proceso de socializar la narrativa a través de encuentros, talleres, redes sociales, entre otras herramientas.
Ana lo hace con la articulación que nuclea a las organizaciones indígenas del Paraguay, para que a su vez estas acerquen esa información a sus bases. “Con Bernarda Pessoa queremos contar nuestra experiencia en el proceso, para que compañeras y compañeros sepan que nos involucramos. Todo esto lo hacemos desde la empatía, hablamos en el lenguaje de los pueblos, para que ellos se informen realmente”, afirma.
Lo mismo con los otros miembros y sus diferentes sectores. A Sol, que es de Guairá, le toca transportar hasta allá las conversaciones. Le parece que lo ideal sería generar “pequeños Paraguay Ahora” en los distintos lugares.
Santiago resalta el valor de seguir conversando y accionando por el país, con perspectivas a largo plazo, sobre todo al considerar el contexto que vivimos actualmente. “Mientras los de siempre se unen por sus intereses, los que quieren organizar acciones se dividen por poesía. Constantemente nos fragmentamos. Entonces, creo que debemos buscar esos elementos comunes que nos permitan articular, para salir del deja vu colectivo en el que estamos, sobre todo ahora en marzo”, cuestiona.
Por eso invita a la gente a que se sume, aporte su opinión, lo que a su vez permitirá que ese espacio se sostenga en el tiempo y genere las condiciones para que más adelante incidan en políticas públicas.
Espacio abierto
El documento Paraguay, del diálogo a la acción se encuentra disponible en la web paraguayahora.com, para la lectura y revisión de quienes quieran aportar sus opiniones. Asimismo, la plataforma está abierta para que más personas se sumen de diferentes maneras, desde sus comunidades y posibilidades. También figuran en las redes sociales como @paraguayahora.
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