Solidaridad para el derecho a la salud
En nuestro país, donde muchas veces la salud depende del bolsillo, Madrinas y Padrinos Paraguay es un faro de esperanza. Fundada en 2022, esta red ayuda a miles de madres y niños vulnerables con insumos médicos y apoyo emocional, demostrando que la solidaridad cambia vidas. En esta nota conversamos con Jazmín Benítez, su fundadora.
Por Laura Ruiz Díaz. Retratos: Fernando Franceschelli.
En Paraguay, el acceso a tratamientos médicos depende casi enteramente de la posibilidad de pagar de manera privada. La falta de medicamentos e insumos en hospitales y centros de atención hace que la única alternativa sean las mismas personas. El sistema nacional está fragmentado y sus capacidades no logran cubrir las necesidades de la población. Se destina menos del 6 % del PIB a la salud pública, lo que genera que cada vez se acceda menos a asistencia en cualquiera de los niveles de complejidad.
La Organización Panamericana de la Salud denomina a esto “gastos directos de bolsillo en salud”. Son pagos realizados por los hogares y las personas a prestadores de servicios del rubro. Estos desembolsos son diferentes a las cuotas de los seguros privados y, normalmente, implican el uso de dinero —fuera de los seguros— en medicamentos, tratamientos, hospitalización y transporte para llegar al centro de atención, entre otros. Una definición más amplia incluye montos relacionados con la práctica, como medicamentos y tratamientos, copagos, coaseguros, comida y ropa de cama.
Según el informe La deuda de la salud, divulgado por la oenegé Amnistía Internacional, al comparar con países de similar nivel de desarrollo se encuentra que en Paraguay casi cuatro de cada G. 10 que se gastan en salud (38 %) proviene del bolsillo de las familias, y que es una de las naciones con mayor gasto per cápita ajustado por paridad del poder de compra. Es decir, no solo el pago de representa una mayor proporción del monto total, sino que también es más caro abonar este tipo de servicios en comparación con otros lugares.
La alternativa, casi siempre, es la gestión comunitaria. Rifas, polladas, colectas y ventas de comida son el pan de cada día. Cuando se trata de garantizar el bienestar, todos los esfuerzos son válidos. En este contexto nació Madrinas y Padrinos Paraguay.
Tomar acción
Cuando la hija de Jazmín Benítez nació, lo hizo de forma prematura. Los médicos la derivaron a terapia intensiva y, para Jazmín, fue encontrarse cara a cara con una realidad difícil. “Con mi esposo nos dimos cuenta de las necesidades que se presentaban al pasar una situación así. Vimos la cantidad de madres vulnerables y decidimos, dentro de nuestras posibilidades, brindar un poco de ayuda en ese tiempo”, cuenta.
En seguida encontraron a sus primeros ahijados, y desde allí no pararon: “Conocimos el caso de unos mellizos que también eran prematuros. En ese momento solicitamos ayuda para los bebés y formamos un grupo que actualmente sigue apoyando a los pequeños”.
Así nació una organización solidaria, Madrinas y Padrinos Paraguay, el 13 de agosto del 2022. Durante este tiempo brindaron apoyo a 2547 madres y 1057 niños en situación de vulnerabilidad. El objetivo principal es apoyar, orientar y contener a las familias que lo necesitan, por distintas enfermedades, lo que las obliga a recurrir a la solidaridad.
“Este proyecto busca fomentar la solidaridad y la colaboración entre personas para mejorar la calidad de vida de aquellos que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad o necesidad en Paraguay”, plantea su fundadora.
Su trabajo, principalmente, se orienta al apoyo de niños y padres que se enfrentan a condiciones de salud complejas y requieren tratamientos costosos, para apoyar con el gasto de bolsillo o buscar donaciones, ya sea alimentos o insumos médicos complejos.
El apoyo de toda una comunidad
“Uno de los principales desafíos que afrontamos, así como cualquier proyecto similar de ayuda solidaria y caritativa, es la sostenibilidad a largo plazo”, identifica Jazmín. “Esto implica mantener el interés y la participación activa de padrinos, madrinas y voluntarios a lo largo del tiempo, así como garantizar que las necesidades de quienes reciben ayuda sean atendidas de manera efectiva y continua”, evalúa.
Además, también considera sumamente importantes la transparencia en la gestión de los recursos y la claridad en cómo se distribuyen las donaciones. “Son aspectos fundamentales para mantener la confianza de la comunidad en general”, remarca.
Para Jazmín, cada vez que logran apoyar a una familia en momentos difíciles es un gran logro. “Considero que todos los casos que nos han tocado hasta hoy fueron exitosos, nunca fuimos incapaces de ayudar a ninguna madre o bebé”, afirma. Y agrega: “En contadas ocasiones no llegamos al 100 % de lo requerido, pero tampoco hemos dejado de lado a ninguno que necesitara apoyo”. Según dice, mencionar un caso sería limitar el alcance que tienen como red de ayuda.
Actualmente la organización está conformada por 20 integrantes. Pero, además, alrededor de 100 voluntarios brindan su apoyo de forma constante. Y, por supuesto, toda la comunidad alrededor que aporta con donaciones o compartiendo las iniciativas.
También trabajan con otras organizaciones. Por ejemplo, actualmente apoyan a niños y madres vulnerables del Grupo de Voluntarios Granito de Amor, ubicado en el barrio Santísima Trinidad de Asunción.
Considero que todos los casos que nos han tocado hasta hoy fueron exitosos, nunca fuimos incapaces de ayudar a ninguna madre o bebé.
“Un mapadrino es una figura que representa apoyo, protección o compromiso hacia otra persona, familia o comunidad necesitada”, explica Jazmín. “Por otro lado, un voluntario es alguien que se ofrece y se compromete a colaborar de manera desinteresada y voluntaria. Puede desempeñar diferentes roles, como ayudar en la coordinación de actividades, la recaudación de fondos, la difusión de la labor de la organización, entre otras tareas”, agrega. “Las dos funciones cumplen papeles muy importantes para nosotros, sostienen esta agrupación con su compromiso y entrega”, agradece.
Sostenimiento
La organización es netamente independiente; eso quiere decir que necesita de la solidaridad colectiva para su sostén. “Dependemos exclusivamente de donaciones; realizamos rifas solidarias, venta de alimentos y también creamos una tienda para costear algunos gastos. Contamos con una red de madres que hacen actividades, ventas de su propio emprendimiento para recaudar fondos. Todo lo que se junta es destinado a gastos hospitalarios”, remarca.
Mensualmente tienen una jornada de preparación de bolsos maternales, al igual que la recolección de donaciones, de lo cual se encargan los voluntarios. Se manejan a partir de una lista de espera y prioridades para cubrir las necesidades. “Una vez identificadas, se hacen las coordinaciones necesarias entre nuestro equipo y las personas que recibirán dichas donaciones, posterior al estudio de cada caso”, detalla.
“Contamos con un banco de datos, donde las mamis en situación vulnerable, especialmente embarazadas, se registran, completan sus datos y semanas de gestación, y van siendo clasificadas por prioridad”, cuenta. “En el caso de los niños, generalmente es de acuerdo con su necesidad urgente”, explica.
Además, realizan charlas y capacitaciones para las embarazadas y madres de la red, que están a cargo de profesionales de salud que se integran como voluntarios. Por otro lado, también brindan apoyo y contención constante a las madres a través de grupos virtuales, para lo cual cuentan con asesoramiento de psicólogos y psiquiatras.
El círculo cierra con capacitación de emprendedurismo para las madres. Hay cursos de creación de moños, elaboración de bocaditos dulces, productos de limpieza, entre otros. Todas estas actividades se concentran en la sede central, en Loma Pytã, Asunción, Paraguay.
Dependemos exclusivamente de donaciones; realizamos rifas solidarias, venta de alimentos y también creamos una tienda para costear algunos gastos.
El acto de amor más grande
Jazmín y su familia dedican entre 30 y 40 horas semanales a la red. Ella es enfermera, suboficial de las Fuerzas Armadas, mamá, esposa y hada madrina. Sus días libres y los fines de semana los pasa trabajando en el proyecto. Este año fue reconocida con el premio Serafina Dávalos, en categoría Individual, por la Junta Municipal de Asunción.
“Para mí la solidaridad es por sobre todo un apoyo mutuo entre las personas; implica respaldo, tanto de forma física como psicológica, espiritual y económica”, considera. Y agrega, emocionada: “Ayudar a una persona necesitada es una virtud; ayudar al que necesita debería ser considerado el acto de amor más sincero que un ser humano puede demostrar”. Por eso, cada grano de arena suma para seguir tejiendo redes.
“La solidaridad no es un acto de caridad, sino una ayuda mutua entre personas y grupos que luchan por el mismo objetivo. No podemos cambiar el mundo, pero intentamos cambiar el día de una familia”, remarca para finalizar.
Para comunicarse con la organización solidaria Madrinas y Padrinos Paraguay, se pueden contactar al (0985) 445-905, al correo madripadripy@gmail.com o a través de las redes sociales @madripadripy
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