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El Día del Perro

Mucho más que el mejor amigo del hombre

Los canes han sido inmortalizados por sus hazañas, ternura y lealtad innumerables veces, con historias verdaderas o ficticias, y son muchísimas más las anécdotas que, quien vive con ellos, puede contar sobre sus asombrosas capacidades y sorpresas. Sus reacciones nos hacen sonreír y acariciarles en gratitud por esos momentos, tan agradables como divertidos. Para ellos, el próximo 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro.

Por Isabel Martínez Pita para EFE Reportajes.

“Dios creó al hombre; luego, al verlo tan débil, le confió el perro”, dejó escrito el naturalista y escritor francés Alphonse Toussenel (1803-1885). Una relación entre el can y el ser humano de la que se han hecho eco grandes y anónimos personajes en la historia de la humanidad, porque estos animales no hablan, pero con su mirada lo dicen todo, sólo hay que saber interpretar

“No saben hablar, pero sabrán acompañar tu silencio” (Anónimo).

Abandonados

Sin embargo, a pesar de esa relación de cariño que se establece, no todas las personas que tienen un can en su hogar llegan a desarrollar una sensibilidad que haga posible la comprensión de ese acuerdo que, por parte del animal, es incondicional para con quien le cuida y mantiene. Como escribió Orhan Pamuk, escritor turco y premio Nobel de Literatura 2006: “Los perros hablan, pero solo a los que saben cómo escuchar”.

Lamentablemente, los casos de abandono de perros siguen siendo una lacra y motivo de escándalo en una sociedad que muchas veces da la espalda a los potenciales recursos emocionales que ofrecen esos seres en su convivencia con los humanos y, como consecuencia, los maltrata o los abandona, en ocasiones porque fue el capricho de un niño para el día de su cumpleaños, pero pronto se cansó de él y no hubo quien se hiciera cargo de su cuidado en la familia. Consecuencia: dejarlo de lado.

En otras ocasiones, se compra o se adopta un perro sin ser consciente ni conocer las obligaciones que conlleva tenerlo, como vacunaciones, comida, higiene y mantenimiento sanitario, gastos que no deberían ser inesperados sino conocidos antes de tomar esa decisión, pero que, para el pobre animalito, cuando ya creía haber encontrado una familia, supone como consecuencia: abandono.

Conocimiento e información antes de adoptar

Fundación Affinity advierte de los preocupantes casos de abandono de mascotas; por ejemplo, los 288.000 perros y gatos que fueron recogidos en 2022, en España, según destaca en su estudio Abandono y adopción 2023. Para la fundación, este es “un dato preocupante que constata que el abandono sigue siendo un problema estructural y precisa una mayor intervención y cooperación de todos los agentes implicados, para disminuir esta cifra y asegurar el bienestar de los animales de compañía en nuestra sociedad”.

Para evitar que sucedan estos dramáticos casos, las personas que deciden dar el paso de convivir con un perro deben buscar no solo información sobre las necesidades de higiene y manutención, sino también conocer cómo tratar, educar y enseñar al nuevo compañero para lograr que aprenda a respetar a su familia humana y su nuevo hogar.

Sin embargo, sobre todo en el caso de perros procedentes de un centro de acogida, que suelen sufrir traumas por malas experiencias durante su abandono, es conveniente la participación de un entrenador profesional para obtener los resultados más beneficiosos para el animal y para el propietario.

Fisionomía y características sorprendentes

El perro doméstico (Canis lupus familiaris), también llamado can, es un mamífero carnívoro de la familia de los cánidos, que constituye una subespecie del lobo que, gracias al proceso de domesticación, su organismo se ha adaptado a cierta clase de alimentos.

Su tamaño o talla, forma y pelaje son muy diversos según la raza. Los pequeños pueden llegar a alcanzar una longevidad de cerca de 20 años, mientras tengan una atención esmerada del propietario; de otra forma, su vida en promedio será alrededor de 15 años.

Hay aproximadamente 800 razas, un número mayor que las de cualquier otro animal, y varían significativamente en tamaño, fisonomía y temperamento, al presentar una gran variedad de colores y de tipos de pelo. Entre las características más sorprendentes de los canes en general se encuentra el de su comprensión del lenguaje humano, ya que el 90 % entiende al menos una treintena de palabras diferentes y de cinco a diez frases completas, con las que podemos dirigirnos verbalmente a ellos y, aunque no nos conteste, se expresa con la mímica facial, los gestos del cuerpo, los movimientos de la cola, la expresión de los ojos y también con la voz.

Entre sus sentidos, la visión y el olfato son los más desarrollados. Los ojos parecen adaptados para la caza, por lo que cuentan con una excelente percepción de movimientos y visión nocturna o crepuscular. Su campo visual se encuentra entre los 240 a 250 grados, ángulo mucho mayor que el humano, que es aproximadamente de 180 grados.

Tienen una visión dicromática, que en los humanos se considera daltonismo, y por la que perciben tonalidades de amarillo y azul; el rojo lo ven amarillo y el verde, gris. La agudeza de sus ojos les hace capaces de distinguir a su dueño de otras personas a una distancia de más de un kilómetro y medio.

El bulbo olfativo de los perros, en proporción al tamaño total del cerebro, es unas 40 veces mayor que el de los humanos y pueden distinguir olores a concentraciones casi 100 millones de veces inferiores a las que son capaces las personas.

En cuanto al gusto, los perros distinguen los sabores básicos de manera similar a los humanos, aunque casi no perciben el salado. Sin embargo, esto puede diferir mucho de un can a otro, pues parece que no eligen la comida según el tipo de gusto, sino según su intensidad —fuerte sabor/gusto suave—, y tienen la capacidad de asociar determinados gustos con problemas de salud.

Los perros utilizan el sentido del tacto para comunicarse entre ellos y con otras especies. Se trata del primer sentido que se desarrolla en los cachorros recién nacidos y las perras comienzan a lamer y acariciar sus crías poco después del nacimiento.

“El perro sabe, pero no sabe que sabe”

La inteligencia canina se refiere a la habilidad de un perro para procesar la información que recibe a través de sus sentidos, para aprender, adaptarse y resolver problemas, capacidades cognitivas que ha desarrollado debido a su estrecho contacto con el ser humano. “El perro sabe, pero no sabe que sabe”, dejó escrito el paleontólogo y filósofo francés Pierre Teilhard (1881-1955).

Por último, se han descrito muchos casos de lealtad incondicional de los perros para con sus amos, a los que no quieren abandonar siquiera tras su fallecimiento. Aunque también se dieron ejemplos en los que ha sucedido a la inversa, y como dejó escrito Will Rogers, humorista y actor estadounidense (1879-1935): “Si no hay perros en el cielo, entonces cuando muera quiero ir donde sea que ellos vayan”.

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