Nota de tapa

Berta Rojas

Entre cuerdas y emociones

En cada concierto, Berta Rojas embarca a su audiencia en un viaje lleno de colores, emociones y sentimientos que pueden ir desde las profundidades de la tristeza hasta lo más alto del júbilo. Con las cuerdas de su guitarra ella vive, se comunica y toca los corazones de miles. Si algo la caracteriza es la paz que emite y la calidez de sus palabras. En esta nota te contamos cómo nació, creció y se desparramó la pasión por la música de una de las artistas más importantes de nuestro país que, instrumento en mano, hoy está escribiendo páginas de historia.

Por Laura Ruiz Díaz. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Camila Riveros. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Javier Valdez. Agradecimientos: Alejandra Rojas y Livia Melgarejo.

La casa de Berta Rojas siempre estuvo llena de música, pues sus padres la inundaban con los sonidos del tango, la música paraguaya o la clásica. Empezó a cantar con sus hermanos sin saber que su destino serían las cuerdas. Pero lo llevaba en la sangre, ya que su bisabuela, Berta Künzli, también era guitarrista.

Su primer recuerdo con la guitarra se remonta a su más tierna infancia. Pastor, el mayor de sus hermanos, fue el primero en querer dedicarse a la música. La niña Berta robaba el instrumento para sacarle algunos sonidos. Muy pronto, esos juegos se convirtieron en clases, primero con Pastor y luego con el maestro Emiliano Aiub Riveros.

Aiub Riveros fue uno de los compositores, arreglistas, autores y docentes más importantes de su tiempo. Guitarrista de Los Hobbies y Blue Caps, su trabajo se popularizó con Los Cumbreños. “Cuando tío Emi venía a casa, era una fiesta para mí”, recuerda Berta hoy con mucho cariño. Además de practicar temas tradicionales paraguayos, también inundaban su repertorio los sones brasileños.

Fotogafía: Javier Valdez.

La formación de Berta inició con la música popular, pero muy pronto se decantó por la guitarra clásica. En ese momento, para ella —y para muchos de los artistas de su generación—, era la única manera de seguir estudiando, porque el repertorio popular no llegaba a ser enseñado en la academia.

En realidad, ella se enamoró perdidamente de las piezas clásicas. “Las grandes composiciones permanecen en el tiempo, superan el año en el que fueron escritas y se renuevan con cada audición, ¿no? Esa es la magia de la música”, reflexiona.

Su pasión por aprender la llevó a estudiar con Carlos Vázquez, para después pasar a la instrucción con Felipe Sosa y Violeta de Mestral, con quienes logró el Profesorado en Guitarra Clásica. Además, estudió piano —y Economía, también, en la Universidad Nacional de Asunción—, pero sabía que las seis cuerdas eran su destino.

“¿Cómo expresaríamos esa música —a menos que cantes— que tenemos dentro si no es a través del instrumento? Es lo que termina de darle forma”

Esa estrella la llevó a ampliar su formación, pues su objetivo era ser artista profesional. A regañadientes de sus padres, se dirigió a Uruguay y en 1986 se matriculó en la Escuela Universitaria de Música, donde recibió instrucción del gran maestro Abel Carlevaro. Aprendió, luego, con referentes como Eduardo Fernández y Mario Paysée.

El destino la llevó hasta Baltimore, Estados Unidos, para seguir perfeccionando su técnica y creciendo como artista. Ingresó al Peabody Institute bajo la dirección de Manuel Barrueco, ya que el Departamento de Guitarra de dicha institución es uno de los espacios más importantes de educación en ese ámbito de la interpretación. Allí realizó una Maestría en Música y, más tarde, obtuvo un Graduate Performance Diploma.

Volvió a Paraguay por un tiempo y su siguiente viaje al norte ya fue para incorporarse al plantel docente del Berklee College of Music, ubicado en Boston (Massachusetts). Sin dudas es un currículum impresionante, pero es solo una parte de los importantes logros de la guitarrista contemporánea más importante de esta tierra.

“Agradecí que mi instrumento volviera otra vez a mí para seguir escribiendo nuevas páginas de historia de vida y de música”

Complicidad

Para muchos, la guitarra es más que un instrumento. Cada acorde cuenta una historia, un sentimiento. Pero los guitarristas quedan, de alguna manera, fusionados con su elemento de trabajo. Berta concibe a la música como un lenguaje más, a través del cual expresa lo que sucede en su interior.

“¿Cómo expresaríamos esa música —a menos que cantes— que tenemos dentro si no es a través del instrumento? Es lo que termina de darle forma”, reflexiona y mira en dirección a la Rojita, que reposa a pocos metros. Y agrega: “Son muchas horas de complicidad las que compartís con tu instrumento, hasta que lográs que diga las cosas que vos querés decir, de la manera en que vos las querés decir”.

Fotogafía: Javier Valdez.

Su relación con la Rojita se remonta al 2008; es su compañera de vida. Comparten cuatro o cinco horas por día y fue su acompañante en cada una de sus presentaciones, sus viajes y sus momentos especiales. “Cada día que voy a su encuentro es como ir al encuentro de una parte de mí misma. Con mi guitarra tenemos una relación de complicidad, trabajo y creación permanente”, afirma.

Podrán imaginarse, entonces, queridos lectores, cuánto fue el impacto cuando un día encontró el vidrio del auto hecho añicos y la ausencia de su querida Rojita. “Lloré cuando vi esa escena, pero también lloré cuando por fin pude volver a tenerla en mis manos”, recuerda. “Agradecí que mi instrumento volviera otra vez a mí para seguir escribiendo nuevas páginas de historia de vida y de música”.

Un delicado balance

Si pudiéramos dividir la vida de una persona en dos partes, diríamos que Berta es docente y concertista. Equilibra con sutileza su trabajo con sus estudiantes en el Berklee College of Music y sus viajes, intentando, a la vez, balancear estas aristas con su vida personal. Lunes, martes y miércoles son días que, indefectiblemente, dedica a su labor docente: “A partir del jueves ya puedo ser Berta, la concertista”, bromea.

“A veces implica mucho esfuerzo ese kilometraje extra al volver cansada de clases y dedicarme a practicar, pero hay que hacerlo”

Pero, además de enseñar y mostrar, no deja de estudiar nunca. Termina una clase y dedica horas a ensayar, cada día. “A veces implica mucho esfuerzo ese kilometraje extra al volver cansada de clases y dedicarme a practicar, pero hay que hacerlo”, reconoce.

Legado

Berta fue galardonada con un Latin Grammy por su disco Legado (2022), en la categoría Mejor Álbum de Música Clásica. Además, el mismo material recibió otra estatuilla a la Mejor Obra Clásica Contemporánea para la composición Anido’s Portrait, escrita por Sergio Assad. En este material, el objetivo de la reconocida concertista paraguaya fue iluminar el legado de las prodigiosas intérpretes Ida Presti y María Luisa Anido.

Nuestra artista, además, fue nominada en otras tres oportunidades al Grammy Latino. En la categoría Mejor Álbum de Tango, por su disco Historia del Tango (2015), junto a la Camerata Bariloche. Allí explora el género tradicional argentino con magistral atención y emocionalidad. Obtuvo ese mismo reconocimiento en Mejor Álbum Clásico, por Salsa Roja (2014), compartido con la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura. Fue nominada a Mejor Álbum Instrumental por Día y Medio – A Day and a Half, a dúo con Paquito D’Rivera (2012), reconocido músico cubano de jazz que domina los vientos.

“Ojalá los hijos e hijas de Paraguay podamos encontrar en esta tierra mejores días que estos de tanta incertidumbre que nuestros ojos ven hoy”

Pero su sencillez, calidez y musicalidad le dotaron a la paraguaya del reconocimiento más importante: el cariño indiscutible del público a lo largo y ancho del globo. Ha visitado en sus giras internacionales más de 50 países y fue artista estelar en escenarios de talla mundial como el 92NY, el Weill Recital Hall de Carnegie Hall y el Frederick P. Rose Hall del Jazz en el Lincoln Center de Nueva York; y el South Bank Centre y el Shakespear’s Globe en Londres (a este último acudió como invitada del gran maestro John Williams); el Kennedy Center en Washington y la Sala 4 de Flagey en Bruselas donde se presentó con la Brussels Philharmonic para la Televisión Nacional Belga.

Berta Rojas fue mencionada en distintas ocasiones como una de las mujeres más influyentes en el mundo hispano. Ha sido distinguida internacionalmente por su excelencia artística y a nivel local por su labor como embajadora del arte. Uno de los más recientes fue en 2022, cuando recibió el premio La Guitarra de Oro: Una vida dedicada a la guitarra, que se le entregó en el Conservatorio Giuseppe Verdi, de Milán.

Fotografía: Javier Valdez.

Más recientemente, en 2023, recibió la Condecoración de la Orden Nacional del Mérito en el Grado de Gran Cruz, el máximo reconocimiento otorgado por Paraguay.

En esta ocasión aprovechó para regalarnos algunas reflexiones que un año después siguen siendo igual de válidas: el derecho a la salud y la falta de oportunidades para los jóvenes. “Ojalá los hijos e hijas de Paraguay podamos encontrar en esta tierra mejores días que estos de tanta incertidumbre que nuestros ojos ven hoy”, planteó en ese momento. Es un anhelo que hoy sigue manteniendo.

“Creo que todos nosotros tenemos un rol en la sociedad. Muchas veces implica recibir; otras, dar. Esa energía que se va al dar es una energía que vuelve: en alegría, música, ¡y qué cosa más hermosa cuando eso pasa!”

Dar y recibir

Es sumamente importante que, como sociedad, existan portavoces de la talla de Berta Rojas, que nos den la posibilidad de expresar el sentir de todo el pueblo paraguayo. La situación que mencionamos anteriormente no fue la única en que Berta expresó su deseo de un país mejor de manera pública. Pero, además, ella también es hacer.

“Creo que todos nosotros tenemos un rol en la sociedad. Muchas veces implica recibir; otras, dar. Esa energía que se va al dar es una energía que vuelve: en alegría, música, ¡y qué cosa más hermosa cuando eso pasa!”, reflexiona. Quienes deben cumplir con el rol de fomento de la cultura y cubrir las frecuentemente hacen oídos sordos a las necesidades: “Tantas veces eso es un sueño… Entonces nos toca a nosotros cubrir un poco de esas carencias que son notorias, no nos vamos a engañar”, afirma.

“Con la segunda edición de la Instrumentoteca, me toca llegar con estas guitarras que yo sé que van a florecer en manos de estos chicos. De hecho, ya están floreciendo”

Ella devolvió, y con creces, todo lo que este país le pudo dar. Impulsó y desarrolló distintos proyectos como la Barrios WorldWideWeb Competition, Ensamble Pu Rory, Instrumentoteca y Jeporeka, por nombrar solo algunos de ellos.

Barrios WorldWideWeb Competition, en sus ediciones de 2009 y 2011, fue una de las competencias internacionales más importantes de su tipo. Su convocatoria de alcance mundial, su importancia en el desarrollo de nuevos talentos y finalmente el aval de grandes maestros que conformaron el jurado hicieron de esta experiencia un hito en el mundo de la guitarra clásica. Fue, sin dudas, uno de los más grandes homenajes al artista paraguayo y revolucionó el universo de las cuerdas.

Fotografía: Javier Valdez.

Jeporeka, lanzado en el 2021, fue un espacio de creación colectiva que propuso la idea de atravesar distintos lenguajes de arte. Se trató de un recorrido virtual que visitó 30 obras de grandes artistas visuales paraguayos y cada equipo eligió una que los inspiró para la composición. El resultado fue la creación de 10 nuevas canciones con sus respectivos videoclips. Además, contó con un ciclo de conferencias denominado La canción, nuestro retrato, que estuvo abierto al público en general.

En Ensamble Pu Rory, jóvenes promesas de la guitarra clásica tuvieron la posibilidad de enriquecer su formación al lado de la maestra Berta Rojas. Además, estuvo acompañada por un cuerpo docente de primer nivel integrado por Javier Aquino, Rodrigo Benítez, Favio Rodríguez y José Carlos Cabrera.

En la primera edición de la Instrumentoteca, un selecto grupo de músicos lograron conseguir guitarras profesionales de primer nivel a través de un concurso abierto destinado a los jóvenes valores expertos en el instrumento. El préstamo fue por un año.

“Hoy hay toda una generación de guitarristas que crean música muy bella. Cuando hablo con ellos se siente la emoción de la posibilidad que se les abre y sé más que nadie las horas de trabajo que ponen en sus guitarras”

“Con la segunda edición de la Instrumentoteca, me toca llegar con estas guitarras que yo sé que van a florecer en manos de estos chicos. De hecho, ya están floreciendo”, indica. Actualmente se está poniendo en marcha la segunda edición, con el apoyo de Toyota, cuya meta es dotar a jóvenes paraguayos de instrumentos de primer nivel.

Si bien en la primera edición los instrumentos fueron entregados a préstamo, en esta ocasión serán cedidos de forma permanente a los ganadores. La valiosa colección de guitarras está conformada por ocho piezas, una del lutier francés Jean-Marie Fouilleul y siete del japonés Sakurai Kohno, con un valor total que supera los USD 45.000.

“Hoy hay toda una generación de guitarristas que crean música muy bella. Cuando hablo con ellos se siente la emoción de la posibilidad que se les abre y sé más que nadie las horas de trabajo que ponen en sus guitarras”, reflexiona. La invitación que nos deja a todos es que tenemos que salir a descubrirlos: “Pongan la mirada donde están esos jóvenes, donde está el Mangoré del mañana, y si de alguna manera pueden regar esos talentos, ¡qué lindo va a ser!”. Y finaliza: “Esa energía que se da, que se entrega, es un búmeran que te vuelve, y te vuelve hecho alegría. Eso no tiene precio”.

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