Una mirada al running en Paraguay
Las corridas de larga distancia —antes un deporte de nicho muy poco practicado— explotó en popularidad en las últimas décadas. Cada vez hay más personas que eligen correr 5, 10 o 15 km, media maratón o incluso una maratón completa. Para hablar del tema, consultamos con expertos en atletismo: los corredores Derlys Ayala y María José Sotelo; el superhéroe Super Run; la psicóloga deportiva Natalia Dancuart; y los organizadores de competencias de calle Myrta Doldán y Marcelo Iturralde.
Por Laura Ruiz Díaz. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Bethania Achón. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: gentileza y Fernando Franceschelli. Arte de apertura: Javier Valdez.
La primera vez que Paraguay vivió una media maratón, solo 90 personas se inscribieron. Hoy, son más de 1200 los anotados para completar los 21 kilómetros reglamentarios, y otras carreras de menor kilometraje han llegado a tener 7000 participantes. A solo dos décadas de aquel evento inicial, el crecimiento de corredores es exponencial.
Es apropiado decir que el atletismo explotó en popularidad en los últimos años. En la actualidad vemos a personalidades públicas compartir sus experiencias en las maratones de Boston o Tokio, dos de las majors; y cada vez más personas se apuntaron a una carrera en el último año e, incluso, muchas personas se anotaron a varias.
¿Qué hay detrás de este deporte que conquista multitudes? La nota de tapa de esta semana está dedicada al running, específicamente a las corridas de larga distancia con un objetivo a largo plazo que, necesariamente, implica tiempo de preparación previo.
Para profundizar en el tema, contamos con la perspectiva de varios expertos: los destacados corredores Derlys Ayala, que representó a nuestro país en dos olimpiadas, y María José Sotelo, que posee casi 20 años de experiencia; el superhéroe conocido como Super Run, que anima las corridas; la psicóloga especializada en deportes Natalia Dancuart; y los experimentados organizadores de eventos de calle Myrta Doldán y Marcelo Iturralde, de Paraguay Marathon Club. Sus conocimientos y experiencias nos proporcionan una visión integral y enriquecedora acerca de esta disciplina en crecimiento.
Un deporte en auge
Hace 21 años, Myrta Doldán y Marcelo Iturralde organizaron la primera media maratón del país. Ya habían probado con distancias menores y el desafío era ir por más. El primer paso era oficializarla y obtener el aval de los organismos internacionales, en este caso, de la Confederación Sudamericana de Atletismo.
Por medio de la Maratón de Puerto Alegre (Brasil) y con asistencia de un equipo interdisciplinario, lo lograron. Todo era mucho más precario, desde la medición de kilómetros hasta la corroboración de los puestos. “A los participantes se les ponía un papelito con el número, el nombre y la fecha de nacimiento; cuando llegaban, lo arrancábamos y colocábamos con un pinche boca abajo. Cuando terminaban todos, lo dábamos vuelta para saber quién fue el primero”, cuenta Marcelo. Hoy los participantes de todas las carreras poseen un bib number (dorsal o número de carrera) y una tecnología especial, el Chrono Tracker, que mide los tiempos.
“Lógicamente, la primera vez hubo muchos detalles que fuimos mejorando con el tiempo”, afirma Myrta, que posee una trayectoria en atletismo de más de tres décadas. La mayor parte de los aprendizajes, sobre todo con respecto a seguridad e infraestructura, los realizaron en otras organizaciones de maratones internacionales como la de Boston, Nueva York, Buenos Aires y San Pablo.
“Siempre digo que Paraguay Marathon Club hizo correr al país y eso es algo que nos llena de orgullo. [… ] En Ñu Guasu, por ejemplo, antes todos caminaban y eran muy pocos los que corrían. Creo que hoy podemos afirmar que incluso son más los que corren. Evidentemente hubo una evolución muy clara”
Marcelo Iturralde, director de Paraguay Marathon Club
Cuando Myrta empezó a organizar carreras lograron, en el mejor de los casos, grupos de 800 niños y jóvenes. Con los adultos el tope era de 300 o 400. Pero corredores de largas distancias, que hacían una maratón o incluso media, eran muy pocos. Entre 10 y 15, identifica ella. En la Media Maratón Internacional Ciudad de Asunción (MMICA) de este año, que también es sede del Campeonato Sudamericano de Carreras de Calle, hay más de 1200 inscriptos, muchos más que los 90 de aquella primera edición. En distancias menores, registraron hasta 7000 inscripciones. Y en la Maratón Internacional de Asunción (MIA), que este 2024 se realiza en agosto, lo normal es contar con alrededor de 3000 anotados en cada edición.
“Siempre digo que Paraguay Marathon Club hizo correr al país”, afirma Marcelo. “Y eso es algo que nos llena de orgullo”, agrega. Describe que antes no era tan común ver que las personas practicaran este deporte con continuidad, y un reflejo de ello era ir, por ejemplo, al parque Ñu Guasu. “Antes todos caminaban y eran muy pocos los que corrían. Creo que hoy podemos afirmar que incluso son más los que corren”, cuenta. “Evidentemente hubo una evolución muy clara”, identifica. “Siento que es un logro y una satisfacción ver que el amor a este deporte crece; incluso en pandemia hubo personas que continuaban haciéndolo con un software especial de tracking”, cuenta Myrta.
Otra meta alcanzada que ambos identifican es la obtención de reconocimiento de entidades internacionales. Las únicas carreras oficiales en Paraguay reconocidas por organizaciones de talla mundial, como la Asociación Internacional de Maratones y Carreras de Distancia (AIMS), Atletismo Sudamericano y World Athletics, son la MMICA y la MIA, y ambas pasaron por exhaustivos filtros de acuerdo con estrictos estándares.
Las majors sudamericanas
La competencia World Marathon Majors agrupa las seis maratones más prestigiosas del mundo: Boston, Londres, Berlín, Chicago, Nueva York y Tokio, todas con requisitos específicos y alta participación. Inspirados en esto, crearon Mega Finisher, lanzada este 19 de mayo de 2024 en la Maratón de Lima (Perú).
Mega Finisher incluye competencias en Perú, Paraguay, Uruguay, Argentina y Brasil. Los corredores tienen cinco años para completar las cinco carreras y se benefician de menos requisitos, mientras que los anfitriones aprovechan el turismo deportivo. La Maratón Internacional de Asunción (MIA) está en el circuito, lo que posiciona a nuestro país como referente en el atletismo sudamericano.
Con la maratón en la piel
Y si hay una persona que puede hablar de posicionar a Paraguay en el atletismo sudamericano, ese es Derlys Ayala, catalogado como el mejor fondista nacional de todos los tiempos. En setiembre de 2019 alcanzó una impresionante marca de 2:10:27, se convirtió en el segundo mejor corredor latinoamericano y logró el mejor tiempo local, que ya no existe, pues él mismo lo volvió a superar al año siguiente, en Valencia, a 2:10:11.
Pero en realidad, Derlys empezó cuando iba junto a su abuelo, que estaba a 60 kilómetros de su casa. Él vivía en Ciudad del Este y amaba visitarlo. “Un día, un tío me dijo que si yo me inscribía a una carrera y ganaba, me iba a dar para mi pasaje”, contó en una entrevista que otorgó en exclusiva para Pausa. Cuando llegó a la línea de salida, vio a todos con equipos deportivos y sintió que no podría, pero recordó su objetivo y ganó. Fue entonces cuando se enamoró del atletismo. “Desde ese día no dejé de correr, solo paré algunos meses por lesiones, pero siempre estuve metido al 100 % en lo que es el mundo del running”, afirma. Tuvieron que pasar unos 15 años para que participara de su primera maratón, pero su meta estuvo firme en seguir demostrando su talento.
Su entrenamiento ya está marcado desde hace mucho. Un lunes cualquiera, por ejemplo, inicia con 18 km de carrera. Luego desayuna, descansa y espera el entrenamiento de la tarde, cuando nuevamente hace de 12 a 14 km suaves para completar el día. “Básicamente me paso corriendo”, dice entre risas.
Desde que decidió dedicarse a esto, lo hizo por completo y son muchas las cosas que dejó de lado. Casi la mitad de estas dos décadas las pasó entrenando en otros países, porque la altitud y el clima en Paraguay no son comparables con otros lugares. Pero siempre encontró refugio en su pasión. Son muchas las fiestas en familia de las que se ausentó, y de amistades también; aunque siempre recibió apoyo incondicional.
Participó en dos olimpiadas: Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 (que se postergó para el 2021 por la pandemia). En la primera acabó la maratón en el puesto 136, pero llegó a la meta por la puerta grande. Fue a la competencia con una dolencia encima, y una vez que arrancó, dio muestras de solidaridad pura cuando acompañó al maratonista argentino Federico Bruno, quien se lesionó en el kilómetro 38. “Fue un momento emotivo porque yo sabía que no iba a subir puestos, pero siempre digo que el olimpismo es el compañerismo. Las medallas quedan en una vitrina, pero los amigos son los que van a estar presentes», aseguró en una entrevista posterior. “Hice una clasificación histórica, recuerdo bien cuando gané la Maratón de Buenos Aires, sede del Campeonato Sudamericano de ese año”, cuenta. Entonces se empezó a preparar para su siguiente meta olímpica. La emoción fue tal que decidió tatuarse Tokio 2020 en la pierna.
“Cuando faltaban dos meses sentí la pierna hundida una tarde y desde ahí ya no pude entrenar”, recuerda. Poco más de tres semanas antes de los juegos pasó un poco el dolor y practicó algo. Obtuvo el puesto 42, un gran logro, para todo lo que atravesó.
“El alto rendimiento es así”, dice con una sonrisa. “Lo más importante es continuar”, remarca. Y refuerza la importancia de trabajar en los factores psicológicos que muchas veces se descuidan a la hora de entrenar. La relevancia de este acompañamiento es tan importante como la del equipo médico o fisioterapéutico, identifica.
Para Derlys, lo más importante es “ganar los entrenamientos. Es ahí donde lográs la motivación o la perdés. Si vos entrenaste bien, sabés que podés dar lo mejor y eso es lo importante”. Cuando las cosas salen mal, son momentos en los cuales “la cabecita tiene que ser fuerte y decir: ‘Lo voy a volver a intentar hasta que lo logre’”.
Correr es su vida. “Desde el día uno significó todo para mí. Me permitió cumplir mis sueños, conocer a los amigos que hoy son mi familia, otros países y culturas. Me dio disciplina”, dice emocionado. “Actualmente estoy casi de salida, me quedan los últimos seis años en los que espero hacer mis mejores resultados. Luego ya tengo que pensar en mi retiro, ser entrenador y compartir con otros lo que aprendí estos años”, finaliza.
El lado psicológico
El cuidado de la salud mental en los atletas es clave. El campo de la psicología del deporte es amplio, son varios los aspectos a considerar, y si bien hay muchas exploraciones, no siempre resultan suficientes. Ahí cobra importancia la consulta especializada. Natalia Dancuart tiene 11 años de trabajo con deportistas, entrenadores y padres; es máster en Psicología del Deporte y Actividad Física por la Universidad Autónoma de Madrid y dirige Centro Activa, un espacio de atención integral de alto rendimiento.
Ella identifica que el atletismo puede generar beneficios significativos: bienestar emocional, elevación de la autoestima, mejora del estado de ánimo, e incluso aguza funciones cognitivas como la memoria y la concentración. Además, libera endorfinas y te desconecta. “Enfocate en tus pasos y disfrutá del paisaje, ¡nada más importa!”, afirma.
Pero cuando hablamos de los desafíos importantes, como una corrida de larga distancia, son otras las ganancias. “El concepto de ‘personalidad resistente’ hace alusión a ser consistente en una serie de actitudes y acciones que ayudan a transformar las situaciones estresantes en oportunidades de crecimiento. Se realizaron estudios que la relacionan con los deportes de resistencia como maratones, medias maratones y otros. Las investigaciones sugieren que un nivel elevado de personalidad resistente forma parte de las características psicológicas de los corredores”, identifica.
“La sugerencia es plantear metas realistas, estar atento al cuerpo y escucharlo, trabajar el foco de la atención en los aspectos más productivos del running y disfrutar del proceso más que enfocarse en los resultados”
Natalia Dancuart, psicóloga deportiva.
Además, según la profesional, unirse a un grupo de running o participar en carreras otorga sentido de comunidad y pertenencia: “El apoyo social y la camaradería que hay en esos entornos pueden aumentar la autoestima y la confianza en uno mismo”. Los consejos para quienes se inician en este camino se centran en el cuidado de la salud: física, pero también mental. “Considero muy importante ser paciente con el proceso, plantearse metas realistas para que la motivación se sostenga en el tiempo y ser constante para disfrutar de los beneficios que trae la práctica a largo plazo”, afirma Natalia.
Un aspecto muy común, que suele terminar en abandono o en una práctica poco satisfactoria, es la desmotivación que se produce por la frustración de no alcanzar metas o por plantearse expectativas poco realistas. “La clave es celebrar los logros, sin importar si son grandes o pequeños”, plantea.
En casos extremos se pueden mencionar la adicción al ejercicio y los trastornos de alimentación asociados: “El primer consejo es que si la persona siente que no puede seguir disfrutando del deporte y siente una alta ansiedad, busque ayuda profesional. En otros casos, la sugerencia es plantear metas realistas, estar atento al cuerpo y escucharlo, trabajar el foco de la atención en los aspectos más productivos del running y disfrutar del proceso más que enfocarse en los resultados”.
Amor a primera pista
María José Sotelo, conocida por muchos como Majo, comenzó su viaje en el mundo del running hace 20 años, inspirada en una revelación que aún recuerda con cariño. «Nació en el momento que vi a las corredoras de velocidad en la pista de atletismo de la Secretaría Nacional de Deportes. Creo que hasta ahora fue el único ‘amor a primera vista’. Íbamos caminando entre tres, yo era la pequeña que acompañaba a mi mamá y a su amiga. Mientras ellas conversaban, mis ojos no dejaban de ver a esas personas practicando. Una señora notó mi fascinación y me preguntó si quería entrenar. Le dije que sí, y desde entonces ese primer amor por correr nunca se detuvo», detalla.
Majo mantuvo su pasión viva a lo largo de los años al escuchar a su niña interior, aquella que simplemente quiere correr y observar el mundo mientras lo hace. Su amor por el running no solo se refleja en su dedicación a entrenar y competir, sino también en cómo integra esta pasión en su vida profesional como comunicadora audiovisual.
Sus favoritas son la maratón (en asfalto), con 42 y 50 km en trail. “Son las distancias que combinan resistencia y explosividad. En trail puedo jugar con los altibajos del terreno, y en asfalto la maratón es la distancia madre, te hace experimentar todos, absolutamente todos los sentimientos posibles”, cuenta. Las diferencias, según identifica, es que en la calle se mantienen el ritmo, la cadencia y la frecuencia. En trail, como deporte a campo traviesa, hay que correr en cerros, senderos o montañas, “y podés aplicar estrategias según creas. El contacto con la naturaleza se hace presente, así que es un descubrimiento de nuevos senderos y sensaciones de acuerdo con donde vayas”.
El running es lo más hermoso que tengo, mi orgullo, mi carta de presentación. La frase que me identifica es: ‘Corro, luego existo’. Fue cambiando cómo veo el competir y existir. Se adaptó a mi vida y siempre me acompañó, y mutó conmigo y mi esencia
Majo Sotelo, corredora.
En las carreras de aventura, por otro lado, se corre en equipo. “No depende 100 % de uno, sino del comportamiento de todos los integrantes. Experimentás otros niveles de cansancio y sueño si las carreras son mayores a 120, 200 o 500 km, que son las distancias que más me gustan”, cuenta.
Si bien antes soñaba con vivir del deporte y “vivir para entrenar”, ahora su enfoque es distinto: trabaja para entrenar. “Me di cuenta de que mi primer sueño no iba a ser posible. Así que hoy disfruto de trabajar y competir, como una atleta de alto rendimiento que se esfuerza al máximo para entregar su mejor versión cada año que pasa”, afirma.
“El running es lo más hermoso que tengo, mi orgullo, mi carta de presentación. La frase que me identifica es: ‘Corro, luego existo’. Fue cambiando cómo veo el competir y existir. Se adaptó a mi vida y siempre me acompañó, y mutó conmigo y mi esencia”, identifica.
El atletismo influyó en toda su vida, incluso fuera de las pistas. “Antes no era tan ordenada y ahora puedo ser muy meticulosa; soy exigente, me propongo metas a diario y, si no las cumplo, no me derrumbo, pero acepto lo que se puede hacer y lo que no”, expresa. Y agrega: “El running me ayuda a saber cómo liderar equipos de trabajo, cómo mantenerlos motivados, a ejecutar estrategias, ser quisquillosa, decidida y, sobre todo, cuándo ser divertida. Hay que saber disfrutar de estar donde quiera que sea”.
“Combinar mi yo deportivo con el personal y profesional está totalmente ligado a cómo enfrentar una carrera o entrenamiento: finalmente todo es un juego de la vida y cómo quiera uno vivirla”, puntualiza.
El superhéroe de las corridas
Super Run nació en el 2013 en la Maratón Internacional de Asunción. A Héctor le gustó correr siempre y lo hizo desde niño. Esa vez, notó que en la línea de salida había mucho fervor, mucha alegría y entusiasmo, que se terminaba una vez que arrancaba la corrida. “Era todo muy silencioso, cada uno en su mundo”, cuenta el superhéroe del running. Faltaba alguien que transmitiera fuerza y alegría a los corredores durante el circuito.
Fue así como nació este superhéroe, con un concepto claro y a partir de una necesidad que él mismo sintió como corredor. Hoy lleva 11 años de gritar: “¡Fuerza! ¡Arriba el ánimo! ¡Dale, campeones! ¡A cruzar la meta!”. Un motivador real dentro de la corrida.
La vida de un superhéroe no es fácil. Entrena como todo runner: por semana, dos días de fortalecimiento y tres de corridas (dos cortas de 5 o 6 km y una larga de 10 km o más) y, por supuesto, las jornadas de descanso. Pero Super Run no busca llevarse el primer puesto. Es un motivador cuyo superpoder es el “despertar esa energía dormida que todos tenemos dentro”. Completó la primera Ultramaratón de 12 horas en 2014, en la Secretaría Nacional de Deportes, y en el 2016 logró su primera maratón (42.195 m), ambos compitiendo con el traje.
Super Run está presente en varias de las grandes carreras y se proyecta otras metas a largo plazo. La más grande es crear la Fundación Super Run, de ayuda a atletas talentosos de escasos recursos.
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