Entre el papel y la pantalla
Las formas de producir y consumir lectura en pleno apogeo virtual establecen las nuevas reglas del juego con una camada de jóvenes escritores nacionales que apuestan por la transición. Exploramos el nuevo ambiente de las letras en Paraguay, junto a algunos de sus más fervientes impulsores.
Por Karina O. Conteiro y Belén Cuevas Trinidad. Dirección de producción: Betha Achón. Fotografía: Fernando Franceschelli, José Alderete y gentilezas.
En una época en la cual la instantaneidad y el constante consumo no dan espacio para una selección minuciosa, en nuestro país aún existen personas que se encargan de ofrecer y difundir lo mejor de la lectura local y se convierten en responsables directos de mantener a flote la cultura literaria. Tras la exitosa convocatoria de la última edición de la Feria Internacional del Libro de Asunción, con más de 40 expositores y una alta demanda en ventas, quedó constatado que el público apuesta por seguir llenando la biblioteca personal.
Las propuestas de nuevos escritores va en aumento y, en paralelo, también las opciones para la difusión. Y si bien dentro del consumo aún se mantiene la impresión en papel, hay quienes apuestan por ver publicadas sus obras en el formato digital.
Al servicio de los nuevos escritores
Con casi 15 años en la industria editorial y más de 1200 libros de autores nacionales publicados, Servilibro es una de las editoriales paraguayas que se mantienen fieles en su compromiso con la cultura local y apuestan por la difusión de historias de la mano de la nueva camada de jóvenes escritores. “Los que estamos en el tema editorial comprendemos que, además del objetivo comercial, existe uno cultural”, dice Vidalia Sánchez, propietaria de la librería y editora de Servilibro.
Sánchez asegura que a pesar de que una parte de la población consume mucho más contenido en línea, aun así el objetivo de una mayoría sigue siendo llegar al libro impreso. “Lo novedoso es que los jóvenes escritores desarrollan la imaginación a través de la tecnología, entonces los temas son más actuales, están al día con las novedades y lo que pasa en el mundo cultural, en cualquier parte del globo. Ayuda la tecnología y es la gran ventaja que tienen”, detalla.
En su haber, Servilibro lleva más de 100 títulos debut de autores paraguayos, y apuntan a seguir publicando. Los géneros más divulgados son los cuentos de ciencia ficción, la poesía y las novelas cortas. “Creo que el paso más difícil en el proceso editorial para un principiante es animarse a lanzar su libro, porque se dicen tantas cosas, como que no hay posibilidades para los jóvenes, cosa con la que yo no estoy de acuerdo, porque lo demuestro”, enfatiza Vidalia.
Generalmente, el costo de producción corre por cuenta de la propia editorial. Tras el cierre en la negociación, el material a ser publicado pasa por una persona especialista que puede ofrecer un asesoramiento personalizado, quien deriva las correspondientes sugerencias para el escritor. “Si es poesía, se lo damos a un poeta o a una poetisa; si es narrativa, se lo damos a un escritor según el tema”, aclara Sánchez. Puede ocurrir que los propios autores busquen hacerse cargo del costo de producción para no perder del todo los derechos sobre sus obras; no obstante, para que el material sea publicado, de igual manera debe ser sometido a la casa editorial a través de sus colaboradores.
Aparte de Servilibro, son muy pocas las casas editoriales que buscan migrar al plano virtual, ya que, aseguran, es muy difícil mantenerse en un rubro donde no hay amparo ante los posibles plagios y violaciones a los derechos de autor que se pueden originar en el universo de internet. Vidalia sostiene que la industria local se basa en la ley n.º 24, que busca promover la difusión y comunicación del conocimiento, y cuyo artículo 2 establece que se considera libro a toda unidad gráfica impresa. Sin embargo, esta normativa no contempla el formato digital. “Es muy necesario producir publicaciones digitales en el país”, cierra.
Creo que el paso más difícil en el proceso editorial para un principiante es animarse a lanzar su libro, porque se dicen tantas cosas, como que no hay posibilidades para los jóvenes, cosa con la que yo no estoy de acuerdo, porque lo demuestro.
Vidalia Sánchez, propietaria de la librería y editora de Servilibro.
El mar de internet
Si bien Paraguay se encuentra un poco más lejos de aventurarse totalmente a navegar en el mar de los e-books (libros electrónicos), la apuesta de las nuevas generaciones de escritores lleva la mirada hacia este rubro. En estas aguas se encuentra navegando Tiempo Ediciones & Contenidos, una editorial vigente desde inicios de 2018 que se enfoca netamente en la producción de publicaciones digitales y otros productos culturales elaborados a nivel nacional.
Matías Cardozo, editor de Tiempo, nos cuenta que el mercado para los libros digitales producidos localmente todavía es incipiente, pero que tiene el potencial de hacer que las obras sean mucho más accesibles en materia de publicación y distribución a escala internacional. “Para lo que realmente puede servir este negocio es para que el autor tenga presencia fuera del territorio nacional y no tanto para hacer dinero en ventas, al menos por ahora, aunque depende mucho de la calidad de las obras y el interés del público”, explica.
De hecho, la mayoría de los escritores se acerca a Tiempo Ediciones & Contenidos para elaborar la versión virtual de obras impresas, en la búsqueda de que su material llegue al exterior más rápidamente. En este punto, Matías agrega que “aunque muchos autores tradicionales siguen publicando en formato impreso y no en plataformas digitales, los últimos literatos de este tiempo buscan la mejor manera de posicionarse en la era digital”.
Además de presentar el fruto de su imaginación como material de exportación, el negocio digital ofrece otras ventajas potenciales para las nuevas camadas de escritores. En principio, Matías señala que los costos de producción son menores, comparados con una publicación hecha en papel, por lo que el proceso editorial puede enfocarse en el diseño de la portada, la diagramación y la distribución inmediata.
De esta manera, también disminuye el precio final para los lectores y la obra aumenta su rango de alcance. Las tarifas, generalmente, se basan en la regla tácita de que un e-book debe ser más barato que su par impreso y su valor ronda entre el 50 hasta el 70 % del costo en formato físico. A partir de este punto, la tienda virtual absorbe cerca de un 30 % de las ganancias y Tiempo Ediciones & Contenidos estila dividirse el porcentaje restante en partes iguales con el escritor.
Se habla de que los autores deben encontrar su nicho, su base de lectores. El modelo editorial actual apunta a esto y, si bien no es muy accesible para todos, los escritores sí están dispuestos a jugar y arriesgarse.
Matías Cardozo, editor de Tiempo Ediciones & Contenidos.
Sin embargo, la experiencia le ha enseñado a Matías que “al final, depende mucho del escritor, porque hay algunos que quieren que su libro llegue a la mayor cantidad de personas. Para ello podemos trabajar con una promoción de descarga gratuita por tres días en Amazon, que permite al autor llegar a aproximadamente 250 personas en ese lapso”.
El nuevo horizonte literario también se define en gran medida por el dinamismo, que requiere que los autores trabajen de forma constante en la difusión de sus materiales, ya sea con un enfoque de redes sociales o con intensas campañas de marketing a través de las tiendas virtuales. Por esta razón, el editor asegura que, para lograr un mayor alcance, “se habla de que los autores deben encontrar su nicho, su base de lectores. El modelo editorial actual apunta a esto y, si bien no es muy accesible para todos, los escritores sí están dispuestos a jugar y arriesgarse”.
En el camino, Matías observó también que el deseo de difundir los materiales nacionales en formato digital se enfrenta a una falta de inversión y de estrategias culturales orientadas a avivar el interés en esta modalidad de las letras. “Muy pocas editoriales tienen políticas que les ayuden a trabajar en la distribución en tiendas o bibliotecas. Prácticamente son los autores quienes prefieren invertir en sus libros y colocarlos ellos mismos en los estantes”, asegura.
El osado acto de autopublicar
Mientras el futuro del libro paraguayo parece desenvolverse entre un modelo tradicional y un mercado incipiente de e-books, los movimientos de literatura juvenil comienzan a formarse a raíz de un deseo de independencia, autogestión y proactividad. En este proceso se encuentran los Escritores Paraguayos Autopublicados e Independientes (EPAI), una organización fundada por cuatro jóvenes escritoras en 2018 con el propósito de promocionar y difundir la producción literaria en el país, para brindar una plataforma de soporte a quienes deseen incursionar en el rubro. El grupo oficial está conformado por una comunidad de 35 participantes y lo integran adolescentes desde los 16 años hasta personas de la tercera edad que dan sus primeros pasos en la utilización de herramientas digitales de escritura y publicación.
Patricia Cantero Ramos, miembro fundadora de esta iniciativa, nos comenta que una de las maneras en que EPAI ayuda a la nueva generación de escritores es “a través del asesoramiento para la creación de perfiles dentro de plataformas virtuales de lectura, la guía en cuanto a diseño de portadas, la elaboración de fichas técnicas de los personajes y de la escaleta de su historia”.
La organización entiende la autopublicación como aquellas obras que ven la luz a través de cuentas personales en plataformas virtuales, mientras que los escritores independientes son aquellos que publican con editoriales nacionales e internacionales, y se hacen cargo de sus propias estrategias de marketing y difusión.
Patricia se encuentra en ambas categorías, ya que desde el 2018 se dedica de lleno a trazar los inicios de su carrera como escritora en Amazon y Wattpad, y también con casas literarias como El Lector, Atlas, la editorial colombiana Sin Fronteras y el sello estadounidense Selecta, de Penguin Random House. También en ese año ganó un WattEs, un concurso interno de la plataforma Wattpad, con su historia The Race, el primero de sus libros en papel.
Lo más destacable de esta era es que, con el libro electrónico, el celular, la tablet y la computadora estamos más cerca de un tipo de lectura que todos los internautas consumen de manera subconsciente.
Patricia Cantero Ramos, escritora y miembro de EPAI.
Con sus inicios marcados por la virtualidad, Patricia ve que la nueva movida literaria tiene ansias de ser leída, desafiarse y ganarse un lugar en la posteridad, más allá de cualquier fin monetario. “Si bien ya no diría que el libro físico es una meta en sí, claro que el formato papel representa aún una necesidad para tener presencia en las librerías nacionales, porque el consumidor virtual paraguayo todavía apunta a tener ese material físico en su biblioteca”, asegura la joven.
“Lo más destacable de esta era es que, con el libro electrónico, el celular, la tablet y la computadora estamos más cerca de un tipo de lectura que todos los internautas consumen de manera subconsciente y este avance de los géneros juveniles sirve a los adolescentes como una puerta introductoria a lecturas más profundas”, añade.
Difusión poco tradicional
Con la irrupción de los formatos electrónicos también se rompe la barrera impersonal entre el autor y su público. La línea se desdibuja aún más con escritores que utilizan sus cuentas en redes sociales para crear contenido basado en sus personajes no solo a modo de estrategia, sino como una manera de trascender las páginas, tanto digitales como físicas, para dar mayor dimensión a sus mundos de fantasía.
Es por esto que en la transición del papel a la pantalla surgieron comunidades cibernéticas en torno al libro paraguayo contemporáneo, sus autores jóvenes y sus géneros pintorescos. Desde los primeros meses de este año, un grupo de lectores se dedica a descubrir obras de compatriotas que buscan conquistar un espacio en la vidriera de autores nacionales.
La coordinadora de estas reuniones literarias es Karina Ayala, divulgadora de contenido literario en la app de reseñas Alibrate y la comunidad de Bookstagram, como denominan internamente a las burbujas de aficionados a la lectura en Instagram. Ella explica que el motor de estos grupos es dar notoriedad a los autores paraguayos contemporáneos con miras a una audiencia internacional, ya que la mayoría de los participantes pertenece a Argentina, México y España. “Iniciamos con La colmena, una saga de Barby Ayala que mezcla fantasía y mitología guaraní y que juntó su propio club de seguidores también fuera de Paraguay a través de Wattpad; luego pasamos a Ni príncipe ni princesa, de Araceli Samudio; llegamos a Lista para amar, de Pati C. Ramos; en mayo finalizamos Mi querido señor Lagdon, de Lorena Valois, y ahora estamos a semanas de terminar Por culpa de un instante, de Bianca Mond, y Aurora, poemario de Nair Pereira”, continúa Ayala.
Ayudamos a que no se queden solamente en Paraguay y que las audiencias extranjeras se fijen en los materiales disponibles en plataformas de venta como Amazon o de lectura gratuita como Wattpad.
Karina Ayala, divulgadora literaria.
Todas las lecturas conjuntas que se realizaron hasta el momento fueron para los consumidores locales, con libros en físico de autores independientes y, para los integrantes extranjeros de estos grupos, en formato e-book. “Con esto ayudamos a que no se queden solamente en Paraguay y que las audiencias extranjeras se fijen en los materiales disponibles en plataformas de venta como Amazon o de lectura gratuita como Wattpad”, señala.
Si querés sumarte a este grupo de lectura y adentrarte en los nuevos universos de la literatura nacional contemporánea, podés contactar con Karina a través de su cuenta de Instagram oficial @karireadings.
La era digital
La revolución de la lectura adquirió fuerza cerca de 2012, cuando comenzó a dispararse la venta de e-books o libros electrónicos en Estados Unidos. Según la Asociación de Editores Estadounidenses (AAP, por sus siglas en inglés), este formato representó un 22 % del mercado literario en ese año. A una década de este repunte editorial, ocupa un 10,9 % de la industria, de acuerdo con el informe emitido por la AAP en marzo pasado. El audiobook también gana terreno con un 9 % del mercado y se convierte así en el segundo formato no tradicional más consumido. Mientras, a nivel nacional, los e-books representan un 7,55 % de la industria editorial, de acuerdo con el registro de ISBN. Hay que considerar que ni el reporte mundial ni los datos nacionales representan el número de ventas o publicaciones netamente literarias, pues también incluyen manuales académicos y estadísticas.
Cantidad de publicaciones
Si bien no existen datos específicos de la cantidad de libros de autores nacionales que vieron la luz en los últimos años, entre 2015 y 2018, 2.588 títulos fueron publicados, según la Cámara del Libro Asunción Paraguay (CLAP), un promedio de 900 por año. Esta cifra subió a 1170 en el 2019 y experimentó un descenso en el 2020, con 851 publicaciones durante ese año, en coincidencia con la etapa más cruda de la pandemia. En 2021, el número de publicaciones llegó a 1020, mientras que, hasta el presente mes, hay 564 nuevos registros. Las estimaciones de la CLAP apuntan a que alcanzarán los 1.100 libros publicados en 2022.
Nueva narrativa paraguaya
Editada por Arandurã el año pasado y presentada durante la última edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, la colección Nueva narrativa paraguaya engloba las obras de cuatro autores nacionales emergentes, que ya lograron posicionar sus nombres entre los más destacados de esta generación. Esta serie incluye los libros En curso de colisión, de Javier Viveros; Comandante Mosca, de Ricardo Loup; Historias selectas, de Patricia Camp, y Antorcha, de José Pérez Reyes. Desde relatos no ficcionados hasta narraciones de tinte fantástico y de ciencia ficción, estos ejemplares constituyen una interesante muestra de los géneros que trabaja la más reciente tanda de literatos nacionales.
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