Retorno a clases: A dos años del inicio de la pandemia
Hace dos años, en estas fechas, los niños de todo el país se preparaban con entusiasmo para comenzar un nuevo ciclo lectivo sin imaginar que sería la última vez que pasarían por un aula antes del cierre total e indefinido de las escuelas por la propagación del covid-19. En este nuevo presente que nadie vaticinó, ¿cómo es volver a clases en plena campaña de vacunación y por qué es importante acompañar a los más pequeños en esta transición, tan incierta incluso para los mismos adultos?
Por Karina O. Conteiro y Patricia Luján Arévalos.
A estas alturas, más de 1.500.000 alumnos aguardan el regreso a las aulas, en modalidad presencial, a fin de no desperdiciar ningún día más este año. Si bien muchos colegios privados y subvencionados ya vivieron su primer día este año lectivo, las clases a nivel país dan inicio oficial este lunes 21 de febrero. Esta situación se produce en medio de una campaña de vacunación contra el covid-19, un plan que se volvió necesario para aumentar la cobertura de modo que los estudiantes acudieran inmunizados con —al menos— una dosis a los centros educativos.
Con la implementación del protocolo, el retorno a clase se realizará bajo parámetros seguros, con las mismas indicaciones que se implementaron en 2021: distanciamiento (ahora se redujo a 91 centímetros), lavado de manos y uso de mascarillas, un proceso que el sector educativo tiene bien incorporado. “Quiero insistir en que la comunidad educativa aprendió a manejarse; eso de ‘nos cuidamos entre todos’ está muy internalizado en las instituciones. Es por eso que durante el 2021 no hemos tenido ningún caso de contagio masivo en escuelas públicas, privadas o subvencionadas”, expresa la viceministra de Educación Básica del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), Alcira Sosa.
La funcionaria asegura que entre las implementaciones seguirán rigiendo la renovación de oxígeno con ventilación cruzada en todos los centros educativos y salidas marcadas cada 45 minutos. Es decir, aunque el aula cuente con acondicionador de aire o ventilador, igual se deberán mantener las ventanas abiertas para garantizar la circulación de aire.
Por otro lado, el sistema de burbujas se tendrá en cuenta en aquellas escuelas que poseen, en promedio, un número superior a 400 alumnos matriculados. La principal medida es la posibilidad de realizar clases presenciales con hasta 15 personas. De los pequeños centros educativos ubicados en el interior del país, unos 3500 necesitan alguna mejora o intervención para el retorno y más de uno carece de un baño que cubra el requisito principal del protocolo con el lavado de manos, de acuerdo con los datos recogidos por el Sindicato Nacional de Directores (Sinadi). Un escenario conocido de abandono y ninguneo que continúa siendo tema de discusión en la agenda nacional.
El barbijo es recomendable, pero no obligatorio en menores de cinco años, según las indicaciones del Ministerio de Salud, pero sí para los demás grados. Tal como el año pasado, el uso se maneja dentro del aula con la posibilidad de no depender de él a la hora del receso o para tomar agua, un mecanismo que se volvió habitual entre los estudiantes. “Son prácticas que con los niños más pequeños se han hecho a modo de juego”, dice Sosa. La transición más evidente posiblemente ocurra con los más pequeños que ingresarán a primer grado, ya que en preescolar no es obligatorio y este año inician con el sistema de práctica.
Aunque la vacuna no condiciona la presencia de los niños y jóvenes en las escuelas, aún hay padres que se resisten a enviar a sus hijos a las clases presenciales este año, así como también algunos rechazan que sus chicos sean inmunizados. Frente a este último caso, la viceministra afirma que no se puede obligar a nadie, pero sí es necesario que todos los involucrados de la sociedad educativa comprendan la importancia de concientizar sobre la campaña de vacunación.
En cuanto al rechazo de la inyección dentro del colectivo docente, desde el ministerio también ofrecen cierta flexibilidad en el marco del protocolo de la vuelta a clases. La alternativa es presentar una prueba de covid cada 15 días. Sin embargo, y en declaraciones de la viceministra, a diferencia de otros grupos de la sociedad, la cifra de inmunizados dentro del plantel docente en todo el país supera el 93 %, porcentaje que resaltan con orgullo desde el MEC al tiempo de destacar el compromiso del gremio.
Ante este panorama, el sistema híbrido será de gran soporte para aquellas instituciones que cuentan con una cantidad de matriculados superior a lo que se puede mantener en el aula, con una distancia de 91 centímetros.
Esto demuestra que el sistema híbrido llegó para quedarse y se mantendrá vigente para las clases virtuales, aunque Alcira reconoce que solo el 30 % de la población tiene acceso en sus hogares a una conexión acorde con un equipo que garantice la interacción en clase, ya sea desde un smartphone, una tablet o una notebook.
Plan de nivelación
Actualmente el MEC tiene por delante un plan de nivelación que ayudará a mitigar el impacto de las pérdidas de clases con un sistema que se partirá en dos. Los tres primeros meses, desde el 21 de febrero hasta el 31 de mayo, los alumnos pasarán por el proceso de enseñanza con prioridad a las materias Lengua Española y Matemática. El 1 de junio comienza el año lectivo con el programa del grado correspondiente. En ambos casos, a las cuatro horas regulares de clases se le sumarán algunas más por las actividades virtuales de refuerzo para acelerar el contenido.
En ese sentido, la viceministra insiste en que la familia del estudiante esté presente en todo momento como parte del proceso y añade, como observación, que la situación de estudiar en casa también ha generado una experiencia positiva en la comunidad educativa.
Frente a las amenazas del virus, el ministerio debe combatir otra realidad: el incremento de problemas de aprendizaje, otro tema en discusión que fue agravándose en paralelo, debido a la migración de estudiantes a las clases virtuales y a que cada niño tiene distintos ritmos de aprendizaje. Alcira asegura que esta situación arroja de manera premonitoria a una futura caída en las pruebas estandarizadas, una vez que se vuelvan a aplicar. “Estamos trabajando en dar respuesta al déficit que ya traíamos, y a los nuevos desafíos que de alguna manera se imponen en esta pandemia”, adelanta la representante estatal.
El problema del aprendizaje es también una realidad alarmante dentro de la región y afecta en gran parte a los países latinoamericanos. Una lucha que tiene efectos mucho más complejos y notorios dentro de los hogares en este nuevo contexto, tales como la falta de un equipamiento adecuado para que más niños sean parte de las clases en línea o los inminentes abandonos debidos a la situación económica de muchas familias de escasos recursos. Sosa asevera que va a llevar un buen tiempo el proceso de equilibrar esas pérdidas de aprendizaje con el objetivo, a largo plazo, de garantizar también la continuidad de los estudiantes.
De un tiempo para acá, las autoridades educativas implementaron varios sistemas en 10.272 escuelas públicas, privadas y subvencionadas en toda la República para que ningún estudiante perdiera más clases a causa del aislamiento. Para la viceministra y su entorno, estos dos años no fueron perdidos sino más bien fueron pérdidas de aprendizaje, lo que obligó a la cartera estatal a ajustar los procesos pedagógicos. Esto permitió un acompañamiento más cercano ente autoridades, padres y estudiantes.
La importancia de acompañar
La licenciada en Psicopedagogía Alicia Angulo tiene en su haber una vasta experiencia en el tratamiento de dificultades de aprendizaje, ofrece apoyo a necesidades educativas y forma estructuras en ambientes educativos en diversos contextos. Desde su área, Angulo resalta que se le tiene que dar una debida importancia a lo que implica esta vuelta a clases de manera presencial desde otra postura.
Hay tres grandes aspectos a considerar al plantear este reinicio de clases. Por un lado, se debe tener en cuenta que hay niños y adolescentes que entrarán a una fase de readaptación tras no pisar un aula después de mucho tiempo. Ningún caso es el mismo, si se tienen en cuenta la edad y otras características.
En el sentido académico, la suspensión de clases presenciales por la pandemia creó una brecha con diferencias significativas, ya que cada alumno vivió diferentes realidades durante los últimos dos años: el acompañamiento cercano (o no) de los padres, la capacidad de aprender con recursos tecnológicos a su alcance o el acceso limitado a internet en muchos hogares.
Finalmente, la especialista indica que a esto se le suma la activación del protocolo sanitario, lo que conlleva a prestarle atención al estado en que se encuentra cada institución con los recursos disponibles o las condiciones de la misma. “También tenemos el cuidado de la salud de maestros, alumnos y sus familiares. No se pueden dejar de lado las normativas de prevención, pero también es importante entender que la realidad de cada sitio es diferente en cuanto a recursos e infraestructura”.
En los últimos meses también se descubrió, como era de esperar, que una gran parte de la población infantil atraviesa secuelas psicológicas como consecuencia del encierro, tema que preocupa bastante por las particularidades más comunes entre niños, niñas y adolescentes como depresión, ansiedad o problemas para socializar. “No hay nada más importante en este momento que la flexibilidad que deben tener las instituciones y las familias para ir afrontando paso a paso este nuevo cambio”, expresa la psicopedagoga.
Cada comunidad y familia vivió esto de manera diferente y lo principal es, creo, transmitir eso a los niños y, sobre todo, a los adolescentes para que se conecten y empaticen con otras realidades que no son las suyas a través de diferentes actividades de acuerdo con la edad.
Alicia Angulo, licenciada en Psicopedagogía.
Para Angulo, volver a una rutina “normal” no significa lo mismo para todos. “A cada niño o adolescente, el aislamiento le pudo haber afectado de manera diferente, según lo que le tocó vivir estos dos años en su propia realidad: crisis económicas de sus familias, duelos, exclusión, falta de oportunidades para aprender o separación de vínculos importantes, entre otros”, comenta.
“Este contexto colectivo no afectó atodos por igual […]. Cada comunidad y familia vivió esto de manera diferente y lo principal es, creo, transmitir eso a los niños y, sobre todo, a los adolescentes para que se conecten y empaticen con otras realidades que no son las suyas a través de diferentes actividades de acuerdo con la edad”, dice Angulo y subraya el rol de los maestros en este reinicio: “Los educadores tenemos la oportunidad de utilizar la experiencia vivida en estos años de crisis para pensar en estrategias que ayuden a dejar aprendizajes instalados para futuras situaciones parecidas a las que vivimos en esta pandemia”.
Pero, ¿qué pasa con los niños que pisan un aula por primera vez? “Esto es algo que, desde mi rol, me preocupa mucho y sobre todo en chicos que no pudieron realizar un nivel inicial como jardín y preescolar de manera adecuada”, explica Angulo. Es allí donde se trabajan las bases fundamentales de la escolaridad y de los aprendizajes instrumentales como la lectura, la escritura y el cálculo básico.
Su sugerencia es que se debe intentar flexibilizar el currículo de todos los niveles y adaptarlo a la realidad de sus alumnos, para conocer cómo llegan al nivel y ajustar el plan a esta realidad. “Por otro lado, priorizaría las actividades enfocadas más bien en lo socioemocional, como artísticas y deportivas; ver la participación social de todo el alumnado antes de retomar lo estrictamente académico. Es educación integral”, acota.
La ansiedad de los peques
En este punto resalta que la ansiedad en niños puede expresarse de diversas maneras como llanto o desesperación a la hora de volver al aula. En cuanto a los adolescentes, la atención se desvía hacia cuestiones internas como parte del proceso de crecimiento. Sumado al contexto, las reacciones ante estas preocupaciones pueden darse de diferentes maneras y derivar a un aislamiento voluntario, irritabilidad, dificultades escolares, etcétera.
“Creo que es de esperar que muchos niños experimenten diferentes sensaciones al volver a clases después de mucho tiempo. Es muy importante que estemos atentos para responder con estrategias de contención emocional que ayuden a ir manejando cada situación particular”, sugiere la psicopedagoga Alicia Angulo.
La profesional explica que a medida que crecen, los niños van teniendo diferentes preocupaciones. “Al llegar a la preadolescencia comienzan a fijarse en cuestiones internas, los cambios del cuerpo, cómo les ven los demás, sus logros, etcétera. Y las reacciones ante estas preocupaciones pueden darse de diferentes maneras; por ello hay que, primero que nada, conocerlos muy bien para darnos cuenta de los cambios que tienen, como evitación, aislamiento, irritabilidad o dificultades escolares”, afirma y agrega: “Para muchos pueden ser situaciones normales de la edad, pero para otros quizás significa que algo les pasa y necesitan ayuda”.
las reacciones ante estas preocupaciones pueden darse de diferentes maneras; por ello hay que, primero que nada, conocerlos muy bien para darnos cuenta de los cambios que tienen, como evitación, aislamiento, irritabilidad o dificultades escolares.
Alicia Angulo, licenciada en Psicopedagogía.
Alicia explica que todas las etapas de desarrollo son vulnerables y tienen sus propios desafíos, pero la atención es fundamental para notar la diferencia entre lo normal y lo que requiere mayor consideración: “Para mí, la clave es estar siempre interesados en entender qué cosas está viviendo en ese momento el hijo o alumno, de modo a acompañarlo de cerca”.
Afirma que este año será desafiante por los cambios que se vienen arrastrando. La introducción de dispositivos tecnológicos como requisito no es para menos, método que se queda para instalarse y que ya está generando debate por su uso, entre clases virtuales y tiempo de ocio frente a la pantalla. “Como siempre digo al hablar de este tema, nosotros como adultos —padres, madres y educadores— debemos conocer las ventajas, desventajas y riesgos”, aconseja Alicia y sostiene que lo ideal es participar de manera activa y prestar atención, sobre todo al contenido y las actividades que se realizan en línea.
Sin dudas, el esperado retorno a clases trae consigo tantas inquietudes como entusiasmo ante un panorama incierto que sigue dividiendo a distintos sectores de la población respecto a las recientes normativas, a medida que una nueva normalidad académica se instala con firmeza en nuestra cotidianidad.
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