Nota de tapa

Las Yacarés

Un viaje inédito

Las atletas de la selección femenina de rugby 7 del Paraguay nos comparten sus experiencias y sensaciones como equipo al tener la oportunidad, por primera vez, de competir por un lugar en los Juegos Olímpicos París 2024. Aquí, un recuento de la travesía que empezó un año atrás y que sigue como meta cercana al corazón de todo el grupo.

Por Nadia Gómez. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Bethania Achón. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Javier Valdez. Agradecimientos: Kiara Galarza.

Un gran hito, en el trayecto histórico del deporte paraguayo, sucedió durante los torneos de repechaje olímpico de rugby 7 en Mónaco, este mes de junio. Las Yacarés tuvieron la oportunidad de competir por un sitio en los Juegos Olímpicos París 2024. Las jugadoras y todos quienes las sostienen llegaron a las instancias de cuartos de final y quedaron entre los mejores ocho equipos del mundo. Solo había un lugar para una selección femenina para las olimpiadas, y ese lugar se lo llevó China, pero Las Yacarés se quedaron con un proceso abierto sumamente esperanzador: el de saber y hacer camino hacia esa anhelada meta.

Ahora, empecemos por el principio. ¿Qué es el rugby 7 y en qué se diferencia del de 15? El que juegan Las Yacarés es una variante del rugby tradicional en la que, en vez de tener 15 jugadores por equipo, participan siete en cada lado. Cada partido tiene una duración de 14 minutos en total, divididos en tiempos de siete minutos cada uno. “Nuestro juego es más físico, ya que hay más espacios para cubrir y correr. Las dimensiones de la cancha son las mismas y los puntos son exactamente iguales al rugby 15, lo que hace que nuestro torneo termine en un fin de semana o en un día. Normalmente jugamos dos a tres partidos diarios”, comenta Ingrid Alfonso, la actual capitana de esta selección, Las Yacarés, que se desempeña en la posición de hooker.

Fotografía: Javier Valdez.

El equipo de jugadoras, las convocadas al repechaje olímpico llevado a cabo en Mónaco, fueron: Cecilia Benza (vicecapitana), Lucero Viveros, Verónica Romero, Cinthia Cristaldo, Susana Quinteros, María Gauto, Sofía Armoa, Araceli Nicolini, Perla Roa, Mayra Méndez, Rosana Mendoza, Mirian Ramos, Jacqueline Velaztiqui y Natalia Méndez, dirigidas por el head coach Enrique Kneup.

Las Yacarés no son solo las jugadoras, detrás de ellas trabaja un equipo enorme que se encarga de brindar todas las herramientas para que ellas puedan llegar a punto a cada competencia. El equipo está integrado por un técnico asistente, un asesor externo, un preparador físico, médicos, fisioterapeutas, nutricionistas y managers. “A pesar de viajar solo 12 atletas por competencia, son 30 en total las que forman parte del plan de alto rendimiento que la Unión de Rugby del Paraguay lleva adelante con el apoyo del Comité Olímpico Paraguayo y la Secretaría Nacional de Deportes. Todas entrenamos, todos los días, desde las 5.30, en el estadio Héroes del Curupayty”, comenta Ingrid.

“Venimos entrenando desde diciembre, estamos bien y contentos de ser parte de esta historia. Sabemos que es un torneo muy competitivo”

Enrique Kneup, head coach de Las Yacarés.

¿Cómo es un día normal de entrenamiento para una jugadora de Las Yacarés? Ingrid comparte que las prácticas se desarrollan cuatro veces por semana y arrancan bien temprano; es decir, el día de las ellas empieza ya alrededor de las 4.00 de la madrugada. Entrenan primero en cancha, con secuencias de destreza y juego, paran un momento a desayunar y luego se dirigen al gimnasio. En ocasiones específicas suelen tener doble turno, sobre todo antes de los torneos. “Yo trabajo en el Cristo Rey Rugby y cuento con el apoyo de todo el club para cumplir con mis responsabilidades, tanto deportivas como laborales. Todas mis compañeras tienen la misma rutina”, comenta Ingrid sobre las implicancias de ser una mujer atleta profesional en Paraguay.

Sin embargo, con el repechaje olímpico en la mira, los entrenamientos y la preparación física se intensificó para las chicas, bajo la mirada atenta del head coach. “Venimos entrenando desde diciembre, estamos bien y contentos de ser parte de esta historia. Sabemos que es un torneo muy competitivo”, agrega Enrique Kneup. El sueño olímpico fue y sigue siendo un aliento y una inspiración para Las Yacarés.

“Para el repechaje entrenamos doble turno, de lunes a sábados, de modo a llegar de la mejor manera. Nuestro objetivo es jugar una olimpiada, entonces el compromiso es practicar al máximo para cumplirlo. Cada entrenamiento y preparación encaramos de la mejor manera”, acota Ingrid.

Enrique Kneup, head coach de Las Yacarés. Fotografía: Javier Valdez.

World Rugby Sevens Repechage

El escenario donde se desarrolló el repechaje olímpico fue en la emblemática ciudad de Mónaco, en el estadio Luis II, lugar que atestiguó las eliminatorias finales masculinas y femeninas para la competencia de rugby 7 de los Juegos Olímpicos París 2024. Del 21 al 23 de junio, luego de tres días de competencia, con 12 equipos masculinos y 12 equipos femeninos, finalmente dos selecciones se ganaron un cupo para participar en las olimpiadas: la femenina de China y la masculina de Sudáfrica.

El camino de Las Yacarés hacia el repechaje olímpico comenzó hace un año, en un torneo en Uruguay. “Sabíamos que el que terminaba en podio y no podía clasificar directamente tenía la oportunidad de ir al repechaje. La verdad, ese torneo fue bastante especial porque los partidos eran muy reñidos y eso hizo que sea más valedero. Habíamos empatado con Colombia en ese Sudamericano y estábamos a la espera de otros resultados para saber si entrábamos al podio o no. Gracias a todo el esfuerzo llegamos al tercer puesto y accedimos a la oportunidad de ir al repechaje olímpico. El sueño intacto”, agrega Cecilia. Desde ese momento, Las Yacarés tuvieron dos desafíos internacionales: su participación en el World Rugby Sevens Challenger Series y el repechaje.

Fotografía: Javier Valdez.

La capitana de la selección, Ingrid, sostiene que es un orgullo para todas las atletas de Las Yacarés tener la oportunidad de representar a Paraguay en esta y en más competencias y torneos. “Como equipo siempre venimos escalando de a poquito”, agrega. Antes del repechaje, la selección participó de circuitos mundiales en Dubái, Montevideo y Polonia: “En cada etapa mejoramos posiciones en el ranking, consolidando el rugby femenino de Paraguay en el mundo”. Si bien no clasificaron a los Juegos Olímpicos, es la primera vez que llegan a un estadio tan cercano; la primera vez en cuartos de final, codo a codo con los mejores ocho equipos del mundo.

Ante este tipo de eventos históricos e importantes para la carrera de una atleta, el goce del proceso también es fundamental. “Disfrutamos de la oportunidad de estar juntas, de la convivencia, el poder conocernos más y hacer amigos en las competencias a las que vamos. Nos consideramos una familia. Y tener todo esto, aparte de dedicarse al rugby, para mí es un lujo y un orgullo”, explica Ingrid.

“Disfrutamos de la oportunidad de estar juntas, de la convivencia, el poder conocernos más y hacer amigos en las competencias a las que vamos. Nos consideramos una familia”

Ingrid Alfonso, capitana de Las Yacarés.

Las expectativas claro que estaban altas para Las Yacarés; pusieron todo el empeño, la fuerza, la preparación y el corazón en esta meta colectiva, en este sueño por representar al país en circunstancias totalmente inéditas. “Tuvimos mucha competencia, y bueno, cada vez era terminar un pasito más arriba, y uno menos en el ranking, es decir, más cerca de la cima. Y poco a poco fuimos haciendo eso. De los cuatro torneos que jugamos este año, el último fue el repechaje olímpico. Clasificar entre los ocho mejores nos hizo terminar bastante bien. Obviamente el sueño es lograr clasificar. Sabemos que somos un país, un equipo en desarrollo, pero nuestras ganas siempre están presentes en todos los torneos, en todas las responsabilidades que tenemos”, cuenta Cecilia.

Las convocadas al repechaje llegaron a Mónaco una semana antes de que empiecen los partidos, teniendo en cuenta el largo viaje que les esperaba y el descanso que debían hacer al llegar. Esa semana la encararon con una planificación exhaustiva precompetitiva que incluyó entrenamientos en cancha, en gimnasio y análisis de videos.

Ingrid Alfonso, capitana de Las Yacarés. Fotografía: Javier Valdez.

Momentos antes de salir al gramado y enfrentar al equipo oponente, Las Yacarés llevan a cabo un pequeño ritual para encender los corazones que, además de sus cuerpos vigorosos, las guía durante el encuentro. “Previo a cada partido formamos túneles para entrar a la cancha. En cierto momento, María Gauto, una de nuestras compañeras, empieza a cantar Patria querida, la parte donde dice: ‘Libre serás, oh, patria amada’, y a partir de ahí coreamos hasta ingresar al campo”, agrega Cecilia. Las jugadoras se sienten muy cercanas a esas palabras una vez que empieza la competencia. Para Cecilia, experimentar esas cosas antes de dejar la vida en el césped es un plus enorme a todo lo que implica la experiencia de ser atleta de rugby 7.

Estar en la cancha, jugar juntas y ser parte de un equipo como Las Yacarés para Ingrid tiene mucho que ver con el orgullo, y también con sensaciones y sentimientos como la ansiedad y los nervios. “Nervios por querer hacer todo lo que venimos entrenando, pensando en todo lo que ya hicimos y hasta dónde llegamos”, agrega.

Fotografía: Javier Valdez.

Competir en torneos internacionales como el repechaje olímpico, para las chicas, es algo invaluable. “Nos genera una ambición tremenda no solo para el futuro, sino también para el presente mismo. Tenemos todavía competencias este año. Si bien ahora termina un ciclo, sabemos que los siguientes años podrían ser sumamente beneficiosos para alcanzar el primer objetivo: clasificar a los Juegos Olímpicos. Porque eso siempre está presente. Creo que es el mayor sueño de un atleta y sabemos que podemos hacerlo”, comenta Cecilia.

Durante el periodo del repechaje olímpico, Cecilia desempeñó el rol de capitana de la selección, y en ese proceso sabe que el trabajo en equipo es fundamental para cumplir los objetivos que anhelan como selección. “Siempre les agradezco a mis compañeras porque el esfuerzo es finalmente tanto de las jugadoras que viajan como de las que se quedan en el país, del staff, de todos. Tratamos de que sea una experiencia grupal porque eso es lo más importante: primero está el grupo, después uno mismo”, explica.

Fotografía: Javier Valdez.

La oportunidad de estar en Mónaco representando al país y llegar, como selección femenina paraguaya de rugby 7, por primera vez a los cuartos de final para un puesto en los Juegos Olímpicos fue de suma riqueza personal, profesional y emocional para el equipo. “Este viaje dejó demasiadas enseñanzas positivas. Ahora mismo tenemos que volver a enfocarnos en los torneos sudamericanos para clasificar a los internacionales. Sabemos que los necesitamos para no bajarnos de ese radar de alto nivel. Poner de vuelta nuestras mejores cartas para seguir y competir bien arriba”, reflexiona Cecilia.

Si hay lectoras interesadas en este maravilloso deporte, las atletas de Las Yacarés las animan a acercarse y se encuentran abiertas a guiar a quienes deseen aprender más al respecto. “Vengan a conocernos, que se van a enamorar del rugby y a hacer amigas para toda la vida”, concluye Ingrid.

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