Soñar no cuesta nada
La protagonista de hoy es la reina y señora de la cumbia nacional. Ostenta el título con mucho orgullo, un porte distinguido, el mismo carisma y la sencillez que demostró siempre. ¿Su corona? Un sombrero que podemos identificar en donde sea, a la primera mirada. En el Día de la Amistad, traemos a una amiga de la casa, el ejemplo vivo de la fuerza y tenacidad de la mujer paraguaya.
Por Laura Ruiz Díaz. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción Betha Achón. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Javier Valdez. Escenografía: Hiper Fiesta. Agradecimientos: Taffe Peláez y Laura Arias.
La vio crecer su pueblito de Villarrica, al que vuelve siempre. Nacida en Guairá, Marilina Bogado soñó toda su vida con cantar y ser famosa. Pero nunca, ni en sus pensamientos más ambiciosos, imaginó que las expectativas cultivadas cosecharían tantos éxitos.
Para el equipo de Pausa, recibir a la reina de la cumbia fue un gran honor y tuvimos la oportunidad de conocerla de cerca, nada más y nada menos que en los agitados días del gran estreno de la serie de televisión basada en su vida. Sanguchitos de miga de por medio, nos contó un poco de su historia y el momento que está atravesando hoy.
Los primeros pasos
Con el bolso cargado de fantasías, en 2013 se presentó al casting del programa La academia, en la primera generación. La producción hizo pruebas en todo el país para seleccionar a 20 afortunados que tendrían la oportunidad de cambiar su vida con el canto, la danza o la actuación.
Aún hoy podemos ver, en el video oficial del casting, a una Marilina de 18 años que cantó la canción de Marisela Sola con mi soledad, con la voz poderosa que ya reconocemos hoy. Y así como nos sorprendió a nosotros, también al jurado de aquel entonces.
Muy pronto estaba en camino a la capital del país. “Cuando pienso en eso, pareciera que fue ayer, pero ya pasaron 10 años”, recuerda la artista.
Fue la primera vez que estuvo lejos de su familia. “Pasé cuatro meses en un encierro sin saber nada de ellos; yo nunca me separaba de mi madre ni de mi hermana”, nos confía y detalla: “Fue una de las situaciones más difíciles que atravesé en mi vida. Extrañaba mucho a mi mamá, a Mariela y a mis otros hermanos”.
Al principio fue muy difícil. Había días cuando el techaga’u le superaba, además de la presión del constante escrutinio. “Luego me fui acostumbrando. Vino mi mamá de visita y después Mariela, a vivir conmigo, y ahí ya estuve más tranquila”, rememora.
Aun así, la odisea fue positiva. Lo más importante es que obtuvo sus frutos: “La experiencia de venir a Asunción fue algo increíble. Conocí gente distinta, nuevos amigos”. Eran sus primeros pasos en un mundo totalmente desconocido. Ganó el certamen con el 37 % de los votos y su vida cambió.
¿Nena? Nena era hace 10 años
Hoy es la reina de la cumbia. Pero recorrió mucho desde entonces. El éxito se dio rápido gracias a su carisma. El pueblo paraguayo se sintió identificado con su historia desde el principio, y más aún al escuchar de su boca nuestra lengua oficial.
Las cosas se dieron velozmente. La academia culminó el 24 de setiembre, y para el 3 de octubre Marilina ya estaba participando en Baila conmigo Paraguay, donde protagonizó varios de los momentos más insignes de la tevé paraguaya.
Si bien para muchos de los participantes —y, sobre todo, miembros del jurado que hoy podrían ser considerados menos relevantes en la escena nacional—, la polémica era parte de la performance, de alguna manera lo “normal” en un reality de televisión, para Marilina cada uno de esos momentos fue real: “Nunca actué, los nervios siempre se apoderaban de mí”.
Y no es para menos. “Era demasiado increíble todo lo que sucedía. Estar en Telefuturo, ver a los famosos en persona, interactuar con ellos, era un sueño”, agrega. En apenas siete meses, su vida dio un vuelco de 180 ° que ella, de ninguna manera, desaprovecharía.
La fama también demostró que puede ser traicionera: le hizo blanco fácil de un sinfín de críticas y polémicas que fueron causadas por personas malintencionadas. Pero ella siempre se mantuvo firme. Su trabajo y profesionalismo fue realmente su garantía.
Con el sombrero bien puesto
Marilina mantuvo sus objetivos marcados a fuego: “Siempre tenía en la mente mis sueños: ser una cantante famosa, llegar lejos para ayudar a mi familia”. Pero no se imaginó que estaría en la posición que hoy ocupa. Y recuerda su fe, que para ella es crucial: “Nunca pensé que Dios tuviera preparado esto para mí”.
“Hoy día puedo decir que todos mis sueños se cumplieron”, remarca la icónica voz de la música popular paraguaya. Recorrió el mundo cantando y muchos países los visitó más de una vez: “Mi gira internacional fue increíble. Fui a Argentina, Brasil, ¡hasta Europa!”, nos cuenta. Y su público siempre la recibió como se debe: “La gente quedaba fascinada con mis presentaciones”.
Si bien arrancó haciendo covers de los clásicos de la cumbia y la música paraguaya, muy pronto empezó a grabar canciones propias. En sus presentaciones nunca faltan Mentiroso, de Karina, o Qué bello, de la venezolana Kiara, popularizada por La Sonora Dinamita. “Esas canciones marcaron mi carrera y hasta hoy día siempre me las piden”, dice.
La música no solamente es su medio de vida, sino también su razón de ser. Ella escucha todo tipo de estilos, pero su mayor inspiración siempre fue Selena, la famosa cantante estadounidense de origen mexicano.
Y luego de conocer a la reina de la cumbia mexicana, podemos definir el estilo de Marilina: deambula entre las rancheras, la cumbia y el reguetón, y en sus shows siempre incluye repertorio de música tradicional paraguaya.
Atreverse a soñar
Su historia conquistó a todo un país porque es la historia del pueblo paraguayo. Un pueblo sufrido, golpeado, pero que aún conserva las esperanzas en un mañana mejor. Y está dispuesto a luchar por él.
Hace una década escuchábamos anécdotas sobre la infancia de la superestrella, sobre cómo sus hermanos y ella lograron salir adelante, no sin pasar muchas desventuras: el hambre, las deficiencias del sistema sanitario, la falta de recursos y muchos otros temas que son el día a día de miles de paraguayos y paraguayas.
“Ahora que se está haciendo la serie de mi vida, siento que disfruto de todo lo que alguna vez soñé”
Ahora volveremos a recordar cada uno de esos episodios en la bioserie de Telefuturo Marilina: Atreverse a soñar. “Ella es la inspiración. Su historia demuestra que no hay límites para los sueños”, afirmó Tana Schémbori, quien, acompañada de su dupla creativa, Juan Carlos Maneglia, se puso al hombro la importante tarea de dirigir la producción.
“Ahora que se está haciendo la serie de mi vida, siento que disfruto de todo lo que alguna vez soñé”, afirma Marilina. Y la reina de la cumbia agrega: “Creo que estoy volando, es algo que no puedo creer”. “Por fin van a descubrir más sobre mi vida, la realidad desde chiquita y por todo lo que pasé. La gente cree saber tanto de mí, pero en realidad ahora recién me conocerán”, remarca.
La tira está protagonizada por la actriz Liz María Meza, LizMa, en la etapa adulta de Marilina, mientras que en la niñez recae en Melany Wenninger. El elenco, además, reúne a figuras como Lali González, Juan Carlos Moreno, Hugo Robles, Leti Medina, Clara Franco, Amparo Velázquez, Carlos Ortellado, Dani Willigs, entre muchos otros
En una entrevista exclusiva de LizMa con Última Hora, la protagonista mencionó que son dos las razones principales por las cuales la gente se sentirá conectada con la serie: “Primero por el guaraní y segundo por los personajes, que son gente paraguaya teete”. Ella misma se identifica con la historia de Marilina, ya que se considera una artista que busca una oportunidad para mostrar su talento.
La admiración es mutua. “LizMa es una chica increíble, su trabajo como actriz es buenísimo; la gente quedará fascinada”, remarca Marilina, quien también colaboró con los guionistas y cuidó cada detalle. “Igual, en el avant premiere me quedé con la boca abierta”, se ríe la cantante y acota que “para mí esto es una locura, a veces no puedo imaginarme lo grande que es”.
Sinergia con el público
La artista lleva a su público en el corazón. “Ellos lo son todo, les debo demasiado a esas personas que estuvieron desde el primer día para mí”, enfatiza. “Me envían mensajes de aliento, me dicen que soy inspiración para muchas personas y realmente no se imaginan lo que es escuchar esas palabras, me emocionan demasiado”, manifiesta.
Su figura es un fenómeno social, sobre todo en comunidades guaraní hablantes. Muchos se vieron representados en “la tele” por primera vez en su identidad; es símbolo de un sentir popular y hasta, vale mencionarlo, una representante más de quienes migran a la ciudad en busca de un futuro que este país centralizado no logra ofrecer en las comunidades rurales.
“Mi gira internacional fue increíble. Fui a Argentina, Brasil, ¡hasta Europa! La gente quedaba fascinada con mis presentaciones”
Un ejemplo claro es la canción que uno de sus seguidores, Domingo López, le dedicó. Cantada enteramente en guaraní, el hombre hizo un recuento de su trayectoria y las dificultades que pasó Marilina en sus comienzos televisivos, cuando lo único permanente y seguro era el amor de su público.
En palabras de Marilina, el rol que la gente puso en ella es de mucho orgullo, pero a la vez de responsabilidad. Su historia de superación nos sirve para replantearnos las muchas injusticias que el pueblo paraguayo sufre diariamente, y aún persiste. Más de uno de los soñadores lectores se sentirá identificado.
Su humildad, el respeto a sus raíces y la conexión real que logra generar con el público hacen de ella una artista única. Siempre vuelve a su “casita vieja” para recordar su infancia. Logró terminar el colegio con mucho esfuerzo y en medio de su trayectoria artística. “Siempre pensé en seguir alguna carrera, pero ahora mismo me estoy dedicando 100 % a la música”, asegura.
Su objetivo sigue firme: “Siempre seguir cantando”. “No sé qué me depara el futuro. Yo planeo disfrutar de cada momento y dejar en manos de Dios mi vida”, dice la cantante cumbiera.
De su humilde pueblito en Rincón 2 de Villarrica, al mundo. Una historia de muchos esfuerzos y sinsabores que sembraron semillas de sueños que ahora dan sus frutos. Al lado de su hija, Melody, y su pareja, Will, Marilina sigue soñando con fuerza.
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