Con la resiliencia como motor
Cirugías reconstructivas gratuitas y micropigmentación de las areolas son ofrecidas gratuitamente por este programa interdisciplinario, que busca brindar una mejor calidad de vida a mujeres que tuvieron cáncer de mamas. Conocé más sobre esta noble iniciativa en esta nota.
Por Leticia Ferro Cartes. Dirección de arte: Gabriela García Doldán. Dirección de producción: Betha Achón. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Javier Valdez.
«Cuando leí sobre el programa en Facebook, estaba cerca del lugar donde se conmemoraba Octubre Rosa. Me acerqué al doctor, le pregunté si podía hacerme la cirugía y me dijo que sí. Me alegré muchísimo. Días después me llamaron para la entrevista. Empecé con mucha fuerza, con fortaleza. Fue una alegría para mí, porque salí de una experiencia e iba a entrar a otra con la ayuda de Dios, la Virgen y los doctores”, cuenta muy emocionada Celia Bracho, paciente oncológica participante del programa Victoria, que ofrece reconstrucciones mamarias gratuitas para mujeres que fueron sometidas a una mastectomía a causa del cáncer.
Victoria está vigente desde octubre de 2019, impulsada por la Oficina de la Primera Dama (OPD), la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética (SPACPRE), el Ministerio de Salud y el Instituto de Previsión Social (IPS), para mejorar la calidad de vida de estas personas.
Al igual que Celia, Rita Larroza también pasó por la experiencia: “Yo había escuchado apenas empezó, a través de los medios. Averigüé, pero dejé a medias porque no estaba segura de operarme. Después, como a fines de febrero, mi compadre me contó que su compañero le mostró una foto de su hija, que ya se había operado. Me pasó su número, hablé con ella, me puso en contacto con la licenciada Rocío, ¡y metieron mi solicitud! Días después, me llamó porque me aceptaron. ¡Fue una noticia maravillosa!”.
Apoyo invaluable
Una vez que recibió la llamada de bienvenida al programa, todo fue muy rápido para Rita. “Me agendaron con el doctor Rodrigo Frachi —excelente profesional, por cierto, muy comprometido con el proyecto—, quien me sugirió que me hiciera la mama con la grasa de la panza. Aparte de ser una técnica con la que no debía esperar mucho, fue un doble premio porque no solo iba a tener de vuelta el pecho, sino también iba a disminuir la panza”, recuerda Rita, riendo. Agrega que para el 16 de junio ya estaba operada: “Me sentí una reina con las atenciones que me brindaron en el hospital San Pablo. El doctor es una persona maravillosa que estuvo muy pendiente de mi evaluación día a día. Me mensajeaba constantemente y me preguntaba cómo estaba. La atención en su consultorio fue buenísima. Realmente hubo mucha gente mirándome todo el tiempo”, acota.
Celia tuvo una experiencia similar, pues siente que salió fortalecida. Está muy agradecida y visiblemente emocionada de haber participado: “En todo momento el programa me ayudó, los doctores siempre estuvieron apoyándome, dedicándome su tiempo. La verdad es que pasé como si fuera un familiar más entre ellos. Mi autoestima sanó, estoy feliz, sin dolencias, bien recuperada y agradecida, especialmente con el doctor Frachi, que siempre estaba pendiente de mí, me mensajeaba para saber cómo iba y me alentaba. No tengo palabras. A veces pienso cómo llegué hasta acá y qué feliz soy, bendecida por tener una vida nueva. Cuando empecé no creí que llegaría a estas instancias. Una prueba más que pasé”.
¿Qué les dirían a otras mujeres que están en la misma situación? “Yo les aliento a que se animen a hacerse la operación porque es una hermosa oportunidad que nos brinda Diosito, Él obra a través de esas personas maravillosas. Este proyecto me devolvió la autoestima, en primer lugar; hoy me siento nuevamente una mujer entera y, sobre todo, mucho más fuerte. La vida es única y no hay peor cosa que rendirse. Hay que ponerle mucha fe y ganas a la enfermedad, animarse a los desafíos”, dice Rita.
Para Celia, se trata de una oportunidad invaluable. “Felizmente, estoy superbien, salió todo exitosamente. Quiero dar las gracias a las personas del programa Victoria. También, alentar a todas las mujeres que pasaron por esto a que se animen a operarse si les llega la oportunidad, de modo a sentirse bien con sí mismas y sus familias”, subraya.
Empezar de nuevo
La reconstrucción tras un cáncer de mamas es uno de los procedimientos quirúrgicos más seguros y gratificantes para la paciente, dentro de la cirugía plástica. El desarrollo de nuevas técnicas posibilita a los cirujanos a crear una mama muy similar en forma, textura y características a la no operada. El fin es recrear un seno de aspecto natural —que incluya la areola y el pezón, gracias a la técnica de la micropigmentación—, rellenar el hueco que a veces quedar en el tórax y, sobre todo, mejorar la imagen corporal, que puede incidir en la calidad de vida de la paciente.
Mirtha González se especializó en micropigmentación en Francia y es quien da el paso final de la reconstrucción a través de su especialidad. La micropigmentación paramédica o micropigmentación oncológica es la reconstrucción óptica de la areola mamaria, una especialidad con la que se logra homogeneizar, corregir y eliminar posibles imperfecciones e irregularidades producidas por accidentes, enfermedades u operaciones. Reduce el efecto psicológico negativo que diferentes problemas causan sobre las pacientes y ayuda a fortalecer su autoestima. “Es por eso que esta técnica es inmensamente gratificante. Generar bienestar en personas en quienes las enfermedades, accidentes u otros acontecimientos han dejado su huella simplemente no tiene precio. Utilizo pigmentos de alta calidad, sin conservantes, esterilizados, testados dermatológicamente, antialergénicos y veganos para una máxima seguridad”, cuenta la especialista.
“Al regresar en junio a Paraguay quise obsequiar con amor el servicio de micropigmentación de las areolas en Octubre Rosa. Con la pandemia, el confinamiento fue difícil, me tocó desempeñarme en hospitales como esteticista social. Fue allí que descubrí lo que realmente me apasiona. Mi función era ayudarles a recuperar la confianza con tratamientos estéticos y paramédicos. El primer día de trabajo llegué de noche a mi casa y empecé a llorar, emocionada por la experiencia vivida. Me sentí privilegiada de compartir y aprender con ellos. Así empecé esta profesión que amo: ayudar a las personas a que vuelvan a ser protagonistas de su vida”, dice. Gracias a Ornella Zulli, propietaria de Vida Estética, Mirtha cuenta con un lugar para atender a las pacientes beneficiadas con el proyecto Victoria.
“Siento que es un privilegio y, a la vez, un gran compromiso contribuir con una iniciativa tan sensible que afecta a las mujeres sin distinción alguna, y que tiene como fin recuperar una parte del ser, recobrar no solo el bienestar y la autoestima individual de la afectada, sino también de toda su familia; porque las secuelas que deja esta terrible enfermedad son imborrables para todo el entorno”, dice Zunilda Pereira, coordinadora del proyecto por la OPD.
Para ella, son innumerables las enseñanzas que deja ser parte de esto. “Solo por mencionar las más notorias: al apoyar a una mujer sobreviviente de cáncer de mama a cerrar el círculo con la reconstrucción se contribuye con el bienestar físico y emocional de todo el entorno familiar; la articulación interinstitucional y el trabajo en equipo definitivamente generan buenos frutos. Saber que existen profesionales de alto nivel, capaces de donar su tiempo, sabiduría, profesionalismo y experiencia en favor de las mujeres que lucharon y vencieron una terrible batalla. Por último, tener en cuenta que es posible trabajar en alianza con gremios y la sociedad civil con resultados muy positivos”, concluye.
Las interesadas deben acercarse al Departamento de Trabajo Social del hospital San Pablo de Asunción para completar una ficha social, de lunes a viernes de 07.00 a 18.00. “Nosotros conversamos con la paciente y le llenamos la ficha. Los médicos que están apostando a este proyecto solicitan, como mínimo, un lapso de dos años desde que se sometieron a la mastectomía y también a los tratamientos, ya sea radioterapia o quimioterapia. Además, deben presentar los estudios actualizados y el visto bueno del oncólogo, que certifique que la paciente es apta para la cirugía”, enfatiza Rocío Ruiz Díaz, jefa de esa sección.
Tras las consultas se inicia un proceso de selección para concretar las cirugías de reconstrucción mamaria sin costo alguno, que estarán a cargo de médicos voluntarios de la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica Reconstructiva y Estética. La provisión de los insumos corre por cuenta de la OPD y los establecimientos hospitalarios, del Ministerio de Salud.
Los teléfonos habilitados para asesoramiento son (021) 509-400 y (021) 500-078. También pueden comunicarse con la OPD al (021) 216-4107, con Zunilda Pereira.
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