Carlos es periodista e historiador, reconocido por su activismo político y de derechos humanos.
Dos palabras que te definan: Jodón y lector.
Película o serie favorita: La serie La última noche de Tremor.
Último libro que leíste: El tomo I de Historia del marxismo, dirigido por Eric Hobsbawm y escrito por varios capos, como Pierre Vilar, Maurice Dobb y otros.
Comida preferida: Asado, en todas sus formas y estilos.
Tu mayor miedo: No saber enfrentar la muerte.
Tenés una trayectoria diversa y comprometida. ¿Cómo describirías la evolución de tu pensamiento y tu lucha a lo largo de estas décadas?
Es muy interesante. Reconozco los cambios y eso me hace muy bien, pues me ayudan a saber que estoy leyendo y militando correctamente.
¿Qué recuerdos o experiencias de la época de los 70 y 80 marcaron tu visión sobre la justicia social y los DD. HH.?
Resulta que en mi familia paterna siempre se habló de política. Entonces, mucho antes me acostumbré a elegir a mis “héroes” de entre los opositores a la dictadura.
¿De qué trató el proyecto Semillas de vida? ¿Qué te impulsó a involucrarte en esta investigación y qué desafíos enfrentaste al documentar estas historias?
Muchos. Era una época de inicio de mis investigaciones. En realidad, tanto Ida como Federico Tatter fueron los que realizaron ese gran aporte del libro. Trata de la historia de los paraguayos desaparecidos en Argentina.
En tu opinión, ¿cuál es el papel del periodismo en la construcción de la memoria histórica?
Su papel debería ser fundamental. Sin embargo, solo se preocupa del tema en fechas ya “históricas”. En un país con tantas luchas, la prensa no le da ninguna importancia.
¿Qué consejo darías a las nuevas generaciones de jóvenes comprometidos con la verdad?
Lo primero es leer e interesarse en la problemática social. Luego, preguntarse siempre por qué, para qué, cómo y dónde, y tratar [de llegar] al fondo de las respuestas.
¿Qué figura histórica o contemporánea, nacional o internacional, te inspira?
Muchas son las figuras. Hay estudiosos que realmente son significativos como Marx, el mismo Hobsbawm. A nivel nacional, mi viejo, que realizó aportes importantes y que no es reconocido por la política tradicional.
En un mundo donde la desinformación y las fake news son cada vez más frecuentes, ¿qué estrategias creés que deben adoptar los medios y los periodistas para mantener la credibilidad y el impacto social de su trabajo?
Es difícil la respuesta. Los medios reflejan siempre determinados intereses económicos y políticos, y los periodistas no pueden hacer mucho. Creo que cuando uno sigue a los periodistas uno puede saber cuál es su práctica y qué “mentiras” nos quieren hacer creer. Hay que denunciarlos.
¿En qué momento te tomás una pausa?
De noche, antes de dormir, tengo que reírme y estar contento. Entonces veo al Negro Olmedo y a Portales. No importa que sean programas repetidos. Siempre me río y gozo con esos programas.
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