Guille es arquitecto, fotógrafo, maquillador, peluquero, asesor de imagen y director de arte. Además, es activista por los derechos de los animales.
Dos palabras que te definen: Perseverancia y resiliencia.
Un libro que te marcó: La casa de los espíritus, de Isabel Allende.
La película que cambió tu vida: La dolce vita, de Federico Fellini.
Comida favorita: Milanesa.
Destino nacional favorito: Encarnación.
¿Cómo pasaste de la arquitectura al maquillaje y la peluquería?
Fue por accidente. En una producción en la cual trabajé como modelo, a los 21 años, faltó la maquilladora y la productora me pidió que maquillara yo porque era estudiante ¡de Arquitectura! Ahí nació la pasión, me recibí de arquitecto y a la par me dediqué al maquillaje profesional.
Si pudieras dedicarte a una sola cosa por el resto de tu vida, ¿cuál sería?
Sin dudarlo, al maquillaje.
Contanos sobre tu misión como rescatista.
Me gustaría salvar más animalitos, pero es económicamente muy difícil. El Gobierno sigue ignorando el derecho de los animales y no existe educación al respecto, ni en los colegios ni en las iglesias. Las mascotas abandonadas que sufren en las calles y rutas son el primer síntoma de una sociedad egoísta, decadente y enferma.
¿Alguna frase que te represente?
Menos es más.
¿Qué lugar ocupa la moda en tu vida?
Me encanta trabajar en moda, no vivirla.
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