Gustavo es actor y humorista, además de conductor de tevé.
Dos palabras que te definan: Candidez y diversión.
Libro que te marcó: Kaputi Mennonita, de Peter P. Klassen.
Plato favorito: Milanesa con puré.
Destino nacional favorito: Salto Cristal, en Paraguarí.
Serie que estás viendo actualmente: Nada.
¿Cómo arrancaste en el mundo del espectáculo?
Comencé de abajo bien caradura (risas). Yo aparecí así en televisión, cuando arrancaba Telecomio. Me iba de espectador y pescaba una oportunidad, como todo el mundo. De a poco me empezaron a tener en cuenta para entrar a participar en algunos sketches y fueron dándome más espacio.
Actor, productor, humorista, conductor… ¿con qué te identificás más?
Mi pasión es la actuación.
¿Qué buscás en tu contenido de humor?
No busco la aceptación de la gente, hay a quienes les gusta y a quienes no; pero lo que quiero es entretener y sacarles una sonrisa, hacerles pasar el rato. Muchos me escriben y me dicen: “Gus, tuve un mal día y vi tu video, y te juro que me levantaste el ánimo”; esas cosas me llenan y hacen que tenga más ganas de seguir trabajando. Y, obviamente, ganar la platita, que todo el mundo anhela, para vivir dignamente.
¿Qué es lo más desafiante en las imitaciones?
Siempre es un tema convencer a las personas a quienes imito. ¡A veces lo logro!
¿Con qué figura internacional te gustaría compartir un asado?
Moria Casán, sin dudas.
¿Una frase que te identifique?
Tarde o temprano, Quintana será tu sastre.
¿En qué momento te tomás una pausa? ¿Qué hacés para desconectarte?
En mis vacaciones me desconecto y hago esa pausa más que necesaria.
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