Antonieta se dedica a estudiar y a buscar soluciones para las enfermedades transmitidas por vectores, su trabajo sobre el Mal de Chagas es internacionalmente conocido. Trabaja en el Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC) y fue la primera mujer en presidir la Sociedad Científica del Paraguay.
• Bióloga, zoóloga.
• Educadora e investigadora.
Libro que le marcó: Para mí, los libros son como la ciencia: temporales y disruptivos. El último: Armas, gérmenes y acero de Jared Diamond.
Plato favorito: La pizza en todas sus variedades.
Destino nacional favorito: Me encanta viajar al Chaco.
Dos palabras que te definan: Tenaz y emprendedora.
¿Por qué decidió dedicarse a la ciencia?
En realidad fui atrapada por ella. Sumergirme en los escenarios donde el ambiente y quienes lo habitan interactúan se convirtió en mi pasión y propósito profesional.
¿Cómo podríamos fomentarla?
La ciencia debe ser una causa nacional. Sin la producción de conocimiento propio, no lograremos desarrollarnos positivamente.
¿Cuál es la situación de las mujeres en el campo?
El 50 % de los científicos son mujeres, pero al pretender ascender, se quedan por el camino: las barreras culturales y estructurales de las instituciones coartan este ascenso.
¿Cuál es tu frase favorita?
Carpe diem.
¿Una heroína de la vida real?
La doctora citogenetista Barbara McClintock. Su trabajo no fue comprendido ni aceptado en su momento, pero 40 años después ganó el premio Nobel. Es un monumento a la perseverancia.
¿En qué momento te tomás una pausa? ¿Qué hacés para desconectarte?
Mis pausas son espacios de reflexión que anteceden a mis publicaciones o a una idea que pretende ser innovadora. Suelo desconectarme leyendo, pero le temo a la pausa porque hay mucho por hacer y no tenemos tanto tiempo.
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