Wendy es cocinera, chef y emprendedora gastronómica. El interés por la cocina le llegó de pequeña, en su casa, y evolucionó hasta convertirse en una pasión que trasladó a su trabajo.
A través de su taquería mexicana Taco Dealer reivindica un tipo de comida auténtica y sabrosa, que debe experimentarse de primera mano.
Dos palabras que te describan: Que sean tres: noble, leal y trabajadora.
Un libro o una película que te marcó: Justine o los infortunios de la virtud, del Marqués de Sade.
Tu serie fav del momento: Dune y La niñera.
El lugar al que siempre volvés: Paraguay.
Algún miedo inusual o alguna fobia: Las arañas. ¡Guácala!
¿Cómo empezó tu relación con la cocina?
En mi infancia. Siempre me gustó comer rico, en mi casa se cocinaba muy bien. También, de chicos nos obligaban a probar de todo, nos gustara o no. Mientras íbamos creciendo, ayudábamos en la cocina y hasta nos contábamos cosas de niños —“de hambre no se van a morir”, decía mi mamá—. Así que, si sos de comer variado y sabés cómo se hace, es un ganar-ganar.
¿Tenés algún recuerdo visceral con alguna comida?
Visceral repulsivo, no. El amor es visceral, cuando uno tiene mariposas en la panza. ¡Eso sí me genera la comida! Le dicen también el efecto Ratatouille. Para mí es magia.
¿Qué es lo más difícil de emprender en Paraguay?
Todo: emprender, ser legal, hacer las cosas bien cuesta un montón porque el sistema está hecho para que el proceso sea largo y desgastante. Lo que sí tiene bueno Paraguay son los amigos. No hubiera podido emprender sin el apoyo de ellos y de mi familia, para idas al súper, al mercado, ser deliveries, cajeras, ayudantes de cocina, soporte técnico y mental. Les estoy eternamente agradecida a los que formaron parte.
Si pudieras compartir un trago con cualquier persona, famosa o no, viva o no, ¿con quién sería?
Me tomaría varios con Anthony Bourdain.
Para vos, ¿cuál es el mejor guisado para tacos?
El de carnitas, es alucinante.
¿En qué momento te tomás una pausa?
La hamaca paraguaya de mi jardín es fundamental para darme una pausa. Todo pasa muy rápido; a veces se hace complicado parar, respirar, mirar alrededor y agradecer.
Sin Comentarios