Camino a la cena anual del Banco de Alimentos
El Banco de Alimentos Paraguay se fundó hace 20 años con el firme objetivo de combatir el hambre y reducir el desperdicio de comida. En esta nota, conversamos con José San Martín, presidente de la comisión directiva de la fundación, sobre esta iniciativa.
En Paraguay, según datos de la Encuesta Permanente de Hogares del 2023, un 24,6 % de los hogares experimentaron inseguridad alimentaria moderada (dificultad en el acceso, calidad y variedad), mientras que 5,31 % padeció inseguridad alimentaria grave, entendida como la falta de alimentos en el hogar por un día o más. Es decir, mientras que uno de cada cuatro hogares paraguayos pasa hambre, uno de cada 20 directamente no come por, al menos, un día.
En contraste con estos datos, según el Atlas de Políticas Globales de Donación de Alimentos, elaborado por la Clínica de Derecho y Política Alimentaria de la Facultad de Derecho de Harvard y la Global FoodBanking Network, en nuestro país se desperdician en los hogares unas 510.256 toneladas de comida de forma anual.
A raíz de esta problemática es que nació el Banco de Alimentos Paraguay (o BAPY). Fue fundado oficialmente en 2004 con el objetivo de combatir el hambre y reducir el desperdicio. Desde sus inicios creció significativamente: solo durante 2023 asistió a más de 35.000 personas, que forman parte de unas 140 organizaciones sociales alrededor del país. Se estima que, anualmente, logran distribuir unos 487.500 kilos de comida.
Existen más de 1000 instituciones de este tipo en todo el mundo. El Banco de Alimentos en Paraguay es, desde 2012, miembro de la Global FoodBanking Network (GFN), una red de almacenamiento y distribución de víveres presente en más de 25 países. La GFN tiene sede en Houston (Estados Unidos).
Todo empezó en 1996, cuando un grupo de personas en Paraguay conoció la experiencia mundial solidaria de los bancos de alimentos a través de la asociación Compañía de las Obras de Italia. “Este encuentro nos impulsó a poner en marcha ese modelo y los principios de solidaridad y apoyo comunitario observados en otros lugares”, recuerda José San Martín, actual presidente de la comisión directiva de la fundación. Finalmente, ocho años después, el 4 de agosto de 2004, lograron constituirse oficialmente.
“El Banco de Alimentos Paraguay es una organización dedicada a combatir el hambre y reducir el desperdicio de comida a nivel local. A través de nuestras alianzas con productores, supermercados y otras empresas, rescatamos grandes cantidades que, de otro modo, terminarían en la basura”, describe el directivo. “Este esfuerzo no solo tiene un gran impacto social, sino también contribuye a la sostenibilidad ambiental”, agrega.
Más cerca de la gente
La Coordinación Social de la fundación trabaja estrechamente con los referentes de cada organización beneficiaria. “Eso nos permite tener una trazabilidad completa de las donaciones y evaluar el impacto que estas generan en las poblaciones atendidas por dichas organizaciones. Este sistema asegura que los alimentos lleguen de manera eficiente y efectiva a quienes más los necesitan”, remarca.
Uno de los desafíos más grandes es la cuestión logística. Actualmente cuentan con un camión con capacidad para dos toneladas y una motocarga que puede transportar hasta 350 kg. Teniendo en cuenta que, en promedio, mueven más de 40.000 kg de alimentos al mes, resulta insuficiente.
La cena anual
La cena anual 2024 se realizará en el Talleyrand Costanera el 28 de agosto. El menú incluirá una selección de platos gourmet. “Será una noche de celebración y reconocimiento. Compartiremos historias de impacto y nuestros logros recientes, y la compra de una adhesión puede generar el efecto multiplicador de otorgar 153 platos de comida a las organizaciones que conforman el Banco de Alimentos Paraguay”, remarca San Martín. Se espera que este año la recaudación supere la de ediciones anteriores.
“Agradecemos a todos nuestros donantes, voluntarios y aliados por su continuo apoyo. Sin ellos, nuestro trabajo no sería posible”, culmina el directivo e invita a unirse a las iniciativas de la fundación y trabajar en conjunto por el derecho a la alimentación. “Estamos convencidos de que cada donación, ya sea en especie, financiera o de tiempo, marca una diferencia significativa en la vida de miles de personas”, finaliza.
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