Tiempo de reinventarnos
Van sumando los días en cuarentena y pareciera que nos estamos acostumbrando a este encierro. Pero de repente,
vuelven a atacar los sentimientos de angustia, miedo e incertidumbre. Para saber cómo trabajarlos y sobrellevar de la mejor manera esta situación, te compartimos consejos de profesionales de la salud mental.
Los días se volvieron un relato de ciencia ficción, como si fueran escritos por George Orwell en 1984, Aldous Huxley en Un mundo feliz o Margaret Atwood en El cuento de la criada. Salir de la casa a disfrutar un paseo, organizar una reunión con amigos o realizar cualquier actividad al aire libre son ahora planes improbables.
Pospusimos trabajos, viajes, presentaciones y festejos, pero no pudimos aplazar la incertidumbre ante lo que va a pasar. Sin embargo, y parafraseando a Fito Páez, ¿quién dijo que todo está perdido? Hay quienes vienen a ofrecer su corazón y un acompañamiento psicológico. No solamente los doctores y científicos de la salud están trabajando incansablemente para salvar vidas, sino también los profesionales de la salud mental. Psicólogos/as y psiquiatras han ofrecido sesiones de forma remota para quienes las necesiten.
Algunos ya lo hacían, pero bajo estas condiciones pusieron más énfasis en la modalidad. En esta era de hiperconexión, existen dos pandemias que nos acechan: una es el coronavirus y la otra es la desinfodemia, la propagación de información falsa. Según una investigación del medio El Gato y la Caja, ambas epidemias se retroalimentan, generando desconfianza hacia los organismos expertos y comportamientos que podrían poner en riesgo a las personas. Por eso es tan importante evitar la sobrecarga de datos y solo consultar fuentes oficiales como la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
Las principales indicaciones que establecieron los profesionales de salud mental tienen que ver con evitar la sobreexposición a información sobre el covid-19; mantener contacto con familiares y amigos por medio de las herramientas tecnológicas, pero sin saturarnos; establecer una rutina: desayunar, bañarnos, limpiar la casa, etcétera; practicar ejercicios físicos; exponernos al sol por lo menos 10 minutos cada día; destinar el tiempo a actividades que deseemos y nos hagan bien como leer, jugar, pintar, entre otras; fijarnos en nuestros hábitos alimenticios, y, por supuesto, hablar de lo que nos pasa, y en caso de ser necesario, comunicarnos con algún psicólogo o psicóloga.
Pero, ¿qué pasa cuando a pesar de cumplir con estas recomendaciones siguen surgiendo dudas y preocupaciones?, como por ejemplo: ¿Qué pasará con mi trabajo? ¿Cómo voy a pagar mis cuentas? ¿Qué le va a pasar a mis padres? ¿Todos vamos a morir?
“Una de las características psicológicas de la raza humana es el miedo a lo desconocido. Imaginate que muchas personas en Paraguay todavía piensan que tener VIH es una sentencia de muerte, cuando hoy ya sabemos que es una enfermedad crónica y manejable. El problema con el covid-19 es que conocemos a este virus desde hace muy poco tiempo y ya ha causado estragos en diferentes contextos. Sin embargo, la ciencia también se ha movilizado más rápido que en ocasiones anteriores”, explica el psicólogo clínico y sexólogo Ariel González Galeano, quien está a cargo de ECIS: Educación, Clínica e Investigación en Sexualidad.
Lo desconocido casi siempre nos asusta, continúa González, y justamente informarse adecuadamente es la mejor manera de contrarrestar ese miedo, que a veces hasta puede ser irracional.
En palabras de Montserrat Vera, psicóloga social comunitaria del colectivo PsicoFemPy, la mejor forma de atravesar esta incertidumbre es entender esta cuarentena o aislamiento como un proceso transitorio, un aplazamiento temporal de los proyectos y planes, no como una cancelación definitiva.
“Es importante mentalizarse con que hay un mañana, y pensar en qué haremos cuando llegue”, agrega. Además, hay que reconocer que la experimentación de síntomas de ansiedad no se da solo en nuestro caso particular. Gran parte de la población está viviendo eso a consecuencia de este contexto específico. Con variaciones y matices en cada caso.
“Para lidiar con esto es importante no negar lo que nos pasa, y buscar formas de expresión o exteriorización de las emociones y apoyo en el otro. Es necesario realizar un inventario mental o incluso físico de las herramientas emocionales y sociales con las que contamos para lidiar con las sensaciones que afloran en estas circunstancias”,
propone Vera.
Ariel también plantea realizar actividades físicas cardiovasculares y practicar técnicas como: relajación muscular progresiva, respiración profunda o diafragmática, atención a la respiración, entre otras. Estos métodos son clave para encontrar calma en momentos de estrés.
Cercanía emocional
“La paranoia y el miedo no son ni serán el modo, de esta saldremos juntos”, escribió Jorge Drexler y las integrantes del colectivo PsicoFemPy utilizaron esta frase para dar a conocer que habilitaron la modalidad de sesiones de forma remota.
“Es posible que el repentino cambio de hábitos, que nos obliga a cortar una serie de distracciones y estímulos, nos enfrente a mirarnos más al espejo y que eso nos genere cierto temor”, expresa Montserrat. Pero es ahí donde hay que ser capaces de reconocer si nos sentimos sobrepasados y pedir ayuda.
“Las medidas hablan de distanciamiento físico, no de aislamiento social”, añade. Para las trabajadoras que conforman PsicoFemPy fue una sorpresa grata ver que las personas, a quienes venían acompañando en procesos terapéuticos, se mostraran bastante entusiastas con la idea de sostener por medio de herramientas digitales sus sesiones.
“Si bien la práctica no es nueva en el mundo del acompañamiento terapéutico, no es lo más común y hay mucho debate sobre su efectividad o no. En nuestra experiencia, resulta altamente eficaz, ya que permite sostener los procesos y mantener la cercanía. Así también, se puede acceder a contención y cuidados en salud mental desde cualquier lugar”, manifiesta la psicóloga.
“En casos que presentan un cuadro depresivo de base, el acompañamiento debe ser más cercano y constante. Que las amistades y los familiares pregunten cada tanto cómo está y realicen actividades con la persona, evitando dejarla en soledad. Quienes estén en cuarentena y en solitario deben aumentar las sesiones de psicoterapia vía videollamadas. También, evaluar acompañamiento psiquiátrico”, aconseja González, quien desde ECIS viene ofreciendo sesiones online desde hace más de 10 años, en especial con paraguayos que residen en el extranjero.
Con respecto a los niños y niñas, para el psicólogo hay que tratar de no exponerlos a la ansiedad y la angustia que quizás experimentemos los adultos. Explicarles de forma clara y directa lo que sucede afuera, pero reforzando las ideas de que también es divertido jugar en casa, que están seguros ahí adentro y que pueden preguntar siempre que tengan dudas.
Métodos de protección
La crisis sanitaria generada por el covid-19 nos encuentra en diferentes realidades: hay quienes tienen casa con patio, quienes viven en departamentos o comparten una pieza, los que están con sus familias, con amigos o solos.
Para que la convivencia en estos días sea lo más llevadera posible, González asegura que es importante que cada uno tenga su propia rutina y, sobre todo, que la misma no interfiera con la de alguien más. “Esta cuarentena nos obliga a planear quién va a hacer qué y en qué momento. Básicamente, nos recuerda que tenemos que organizarnos mejor y conectarnos de maneras más efectivas y saludables”, dice.
Pero, ¿qué pasa en el caso de las personas a las cuales sus familias no las aceptan como son, ya sea por su orientación sexual o su identidad de género? ¿O de las mujeres que sufren violencia por parte de sus parejas? En el primer caso, Vera sugiere intentar sostener acuerdos de paz y respeto para transitar la situación con un menor nivel de estrés. “En caso de no poder, considero de utilidad mantener la mayor distancia posible, tener presente que no es un momento óptimo para encarar conflictos históricos. Evitar los enfrentamientos en este contexto de tensiones acumuladas y depositar la energía que se posea en actividades de autocuidado”, menciona.
Y en lo que se refiere a las mujeres que se encuentran sin otra alternativa ahora mismo que vivir con su agresor, exhorta a su entorno a que les hagan saber y sentir cercanía. “Podemos ayudar también sosteniendo un apoyo emocional constante, cercano y empático. Que la persona sepa que hay gente que la quiere, que está pendiente de ella y que ante cualquier pedido de ayuda, estará dispuesta a activar los mecanismos de cuidado que considere necesarios”.
Asimismo, prosigue, hay que contar con un protocolo de seguridad y saber a qué instituciones recurrir en caso de desborde o una estrategia de cuidado social con el apoyo de pares.
Momento de reencuentro
Quizás este ir y venir de la cama al living, como cantaba Charly García, hace que el encierro se sienta muy pesado. Pero para no concentrarnos solo en lo negativo, es necesario mirar más allá o más adentro, por ejemplo.
“Hay que darnos la oportunidad de parar un rato, acallar el ruido de las noticias alarmantes en nuestras cabezas y escucharnos a nosotros mismos. Pensar en cosas que dejamos de lado o que nos gustaría retomar, ya sea durante o después de la cuarentena”, señala Montserrat.
Para ella, también hay que tener presente que el esfuerzo que realiza cada uno al respetar la cuarentena guarda relación con la consciencia de una responsabilidad colectiva que nos permite avanzar hacia un futuro cercano posible.
Por su parte, el psicólogo González Galeano cree que este momento podría aprovecharse para reconectar con la sexualidad, ya sea con la pareja, por medio de diálogos, caricias o relaciones sexuales con protección. O para quienes lo deseen, a través de la autoestimulación: “Es un elemento que ayuda a proteger la salud sexual de las personas”.
“Tenemos que aprender muchas cosas con esta situación: la importancia del cuidado personal y colectivo, la salud como algo invaluable, la relevancia de no contaminar y de tener un trato respetuoso con el medioambiente que nos rodea y, finalmente, que la salud tiene diferentes dimensiones: no solo la física, sino también la mental”, observa el profesional.
Por sobre todo, para González hay que recordar siempre que las cosas pueden mejorar. “Conectarnos con el pensamiento positivo, solidario y esperanzador también ayuda a atravesar de mejor manera esta pandemia”, enfatiza.
Aunque afuera todo parezca vertiginoso y difuso, según la psicóloga comunitaria hay algunas lecciones a destacar: la toma de consciencia de que los derechos básicos deben ser garantizados para toda la población, por fuera de la especulación del mercado; que el camino siempre es colectivo; que la esperanza está íntimamente vinculada con la humanidad; que el tiempo es incierto y, principalmente: hay que abrazarse más.
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