¿Sabés realmente lo que te están aplicando en el rostro?
La industria de la belleza es una de las más grandes del mundo, y anualmente mueve millones de dólares en productos legalmente fabricados, con certificaciones y garantías de uso, y un estricto control. Pero a su vez, como en todo negocio, las falsificaciones, imitaciones e incluso los artículos de calidad pero ingresados a través de contrabando, sin las mínimas medidas de seguridad para su uso, están en boga. Pero, ¿cómo puede un paciente asegurarse de que la toxina botulínica por la que pagó es la que está recibiendo? ¿Cuáles son las garantías que ofrecen las etiquetas legales en comparación con las ilegales? ¿Quiénes son los profesionales habilitados para aplicar este producto? En esta nota te damos todos los datos que necesitás para tomar una decisión informada.
Los tratamientos médico-estéticos de todo tipo están en boga desde su aparición en el boom de los 90. Evolucionan a medida que la tecnología lo permite y alcanzan niveles casi indetectables tras su uso en el rostro y cuerpo. Por esa razón, son los más solicitados en los consultorios de los especialistas. La toxina botulínica —conocida originalmente por el nombre comercial de la marca Botox— es una de las predilectas por el público sin distinción de género.
El bótox es una neurotoxina que actúa a nivel de las uniones neuromusculares y evita la contracción al unirse a receptores de un neurotransmisor llamado acetilcolina, lo que genera una denervación química transitoria. Botox es la primera marca de toxina botulínica registrada en la historia, pero con el correr del tiempo surgieron nuevos laboratorios, con sus propios nombres.
En todo el mundo existen más de 500 marcas de toxina botulínica, pero solo tres de ellas están aprobadas tanto por la FDA de Estados Unidos como por la EMA, de la Unión Europea. Una de estas tres líderes a nivel mundial está legalmente comercializada en Paraguay; en nuestro país, la única avalada por la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) del Ministerio de Salud y certificada por la FDA de Estados Unidos es Xeomin, del laboratorio alemán mundialmente reconocido Merz Aesthetics (el mismo fabricante de Radiesse).
Actualmente, Xeomin es la única que carece de proteínas y las probabilidades de generar resistencia por su uso repetido son casi nulas. La vigencia de este registro cuenta con validez hasta agosto del 2023, dato corroborable en la web de la institución www.mspbs.gov.py, en el apartado de registros sanitarios vigentes.
¿Qué significa esto? Implica que existe un control en la importación del producto, es original, cuenta con una trazabilidad desde su origen y es apto para uso. Xeomin no necesita cadena de frío, por lo que es la más segura en cuanto a condiciones de conservación.
En nuestro país, productos como la toxina botulínica ingresan ilegalmente a consecuencia del contrabando fronterizo, lo que pone en peligro la salud de miles de personas en todo el territorio.
Red flags
En nuestro país, productos como la toxina botulínica ingresan ilegalmente a consecuencia del contrabando fronterizo, lo que pone en peligro la salud de miles de personas en todo el territorio.
Hace solo unas semanas, medios de prensa de Brasil como Globo se hicieron eco de una alerta sanitaria emitida por la Policía y Vigilancia de la Salud de ese país con respecto a la comercialización ilegal de una toxina botulínica de nombre comercial Israderm.
Esta es una marca ilegal en Brasil y otros países de la región, y su ingreso se realiza a través de Paraguay, donde también es ilegal. Esto se debe a que su origen es completamente desconocido por las autoridades competentes y hasta hoy, luego de varios análisis, no se ha logrado identificar qué realmente contiene el vial en el que se comercializa.
El diario Extra reportó que la propietaria de un centro estético fue detenida por vender el producto y señaló que lo adquiere de nuestro país. El producto está catalogado como una droga ilegal y la ley brasileña prohíbe su uso, comercialización, distribución, fabricación y publicidad. Allá existe un gran número de denuncias de personas que lo han recibido en algún tratamiento y que terminaron con inflamaciones o infecciones como resultado.
El medio brasileño Globo realizó una investigación sobre este fenómeno y descubrió el comercio ilegal del producto en distintos puntos del Brasil, y el contrabando desde y hacia Paraguay; más específicamente, Ciudad del Este, donde Israderm se vende abiertamente. Estas botellas son manipuladas sin control alguno.
“En Paraguay, como en otras partes del mundo, hay una gran cantidad de productos que ingresan por el mercado negro. A veces, uno ve que se promocionan en redes sociales marcas de toxina botulínica no registradas, que lógicamente ingresan por contrabando a un precio irrisorio, sin saber si la cadena de frío, el transporte o el depósito son adecuados”, dijo el doctor Bruno Balmelli, presidente de la Sociedad Paraguaya de Cirugía Plástica, en un reportaje de Unicanal que se hizo eco de la polémica en Brasil.
Además de Israderm, otras marcas utilizadas en Paraguay sin control de la cartera estatal correspondiente son Dysport, Botox (la marca) y varias más. En respuesta a la investigación de Globo y la repercusión en la prensa local, la doctora María Antonieta Gamarra, directora nacional de la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa), emitió una alerta sobre el uso ilegal de estos químicos.
Una de las red flags más importantes es el precio del tratamiento. Aunque todos buscamos algún tipo de ventaja económica, lo cierto es que los productos de este tipo comercializados a bajo precio ponen en riesgo la salud porque aunque los costos varían según el caso, existen ciertos estándares en la industria pues se deben cubrir tasas de importación, registro legal y almacenamiento adecuado.
Algunos médicos han alertado también sobre el consumo de alcohol previo al aplique de la toxina botulínica, una práctica que se viene haciendo cada vez más regular en las llamadas botox party. En estos encuentros, que también se han instalado en Paraguay, se ofrecen combos a un precio bajo con el uso de toxinas que, generalmente, no están registradas en el Ministerio de Salud.
El paciente se pone en nuestras manos queriendo mejorar su apariencia. Un buen profesional se asegura de que el paciente reciba el mejor producto del mercado con sus certificaciones, un producto legal con respaldo.
Dra. Laura Sánchez, dermatóloga certificada por la Sociedad Paraguaya de Dermatología y especialista en Dermatología Clínica, Quirúrgica y Estética.
El poder está en tus manos
“Es muy importante utilizar productos con registro sanitario, ya que nos garantiza su seguridad”, dice la Dra. Laura Sánchez, dermatóloga certificada por la Sociedad Paraguaya de Dermatología y especialista en Dermatología Clínica, Quirúrgica y Estética, y agrega: “Al utilizar toxinas sin registro, no sabemos realmente su origen, su composición y, con todo esto, su seguridad”. La médica menciona que los efectos adversos a la aplicación de un producto de dudoso origen pueden ser falta de efectividad, infecciones y reacciones. “A esto nos exponemos al no tener control sanitario”, sentencia la médica.
Existe un factor emocional que entra en juego cuando hablamos del aspecto, cómo nos autopercibimos cómo nos perciben los demás. Una mala experiencia con la toxina botulínica no solo pone en riesgo la salud física de la persona, sino también su salud mental. Al respecto, la doctora Laura Sanchez nos dice que: “El paciente se pone en nuestras manos queriendo mejorar su apariencia. Un buen profesional se asegura de que el paciente reciba el mejor producto del mercado con sus certificaciones, un producto legal con respaldo”.
Pero, ¿cómo puede una persona común que busca recibir tratamientos de bótox saber con certeza que su médico o la clínica a la que asiste ponen en marcha buenas prácticas dentro del marco legal? A continuación, algunas precauciones a considerar a fin de hacer de esta una experiencia segura y satisfactoria en todo sentido.
- El entrenamiento médico es uno de los pilares de la estética médica: Acudí a profesionales de experiencia comprobada y buenas referencias.
- No tengas miedo de preguntar; la información es poder y tu salud y seguridad están en tus manos.
- Como parte del consentimiento informado que cada paciente debe firmar antes de recibir apliques de este producto, exigir conocer la marca que le será administrada.
- Consultar al médico o la clínica si el producto a ser aplicado cuenta con el registro vigente por parte de Ministerio de Salud.
- Sé realista: el efecto de la toxina es temporal, por lo que si la dejamos de utilizar no aparecen efectos secundarios, pero sí volverán las arrugas al rostro. Si cada vez se debe aplicar más producto, o con mayor frecuencia, no dudes en consultar por qué.
- Interiorizate sobre los precios del mercado de estos tratamientos y desconfiá si su costo es irrisorio.
- Asegurate de que el profesional al que acudirás cuente con registro médico y esté habilitado para procedimientos con este producto.
Sin Comentarios