Hoy en día es posible adquirir leche sin lactosa en todos los supermercados y hasta en despensas de barrio. En esta nota, entrevistamos a la licenciada en Nutrición Shirley Guissen, para contarte todo sobre esta variedad láctea.
Por Laura Ruiz Díaz para Brand Voice. Imágenes: Gentileza.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir, de forma normal, el azúcar que presenta la leche. Para los intolerantes, fueron creados productos especiales deslactosados. Pero de los beneficios puede disfrutar cualquiera y, por eso, se generó un boom entre los consumidores de lácteos, que cada día optan más por esta variedad.
Pero, ¿qué es la leche sin lactosa? “Se trata de una leche modificada a la cual se le añade una enzima llamada lactasa, que rompe la lactosa en sus dos azúcares simples constituyentes: la glucosa y la galactosa. De ahí que el sabor se siente más dulce que la convencional”, explica la nutricionista Shirley Guissen.
¿Descremada o deslactosada?
Según la licenciada, la principal diferencia entre la leche descremada y la deslactosada es que la primera está libre de grasa y la segunda es producto de un proceso por el cual su azúcar —la lactosa— se divide en glucosa y galactosa —los azúcares que la forman la lactosa—; si esto no ocurre no pueden ser absorbidos.
Intolerancia a la lactosa, ¿qué debo tener en cuenta?
Se recomienda evitar galletas, productos de bollería, sopas o purés que estén elaborados con leche u otro producto lácteo. Realizar una dieta equilibrada y saludable, que incluya diariamente legumbres, cereales, frutas, verduras y hortalizas en las comidas.
En lo que respecta a bebidas, se sugiere consumir agua, caldos, infusiones y zumos de frutas naturales. En cuanto a las grasas, incluir en las ensaladas aceite de oliva y semillas. Los frutos secos y el aguacate también son clave a la hora de buscar fuentes de grasa saludable.
También es importante hacer una dieta equilibrada que cuente con entre cinco y seis comidas al día, sin saltarse ninguna: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda, cena y colación nocturna. Es imprescindible, además, acudir a un profesional para un plan personalizado según requerimientos y necesidades.
Es de suma importancia que la intolerancia a la lactosa sea diagnosticada y evaluada por un profesional de la salud de acuerdo con los síntomas que aparecen y mediante unas pruebas establecidas.
Muchas personas con molestias gastrointestinales atribuyen equivocadamente esta dolencia a un problema de intolerancia, sin pruebas que lo avalen. “Cometen el error de eliminar la leche y sus derivados de la dieta. Un paciente con intolerancia a la lactosa debe ser bien diagnosticado y tratado por un médico y un nutricionista. Si presentás algún síntoma, no dudes en consultar y asesorarte”, insta la licenciada.
Tres beneficios de los productos deslactosados
Según la especialista, el beneficio principal es que la puede beber cualquier persona, especialmente los intolerantes a la lactosa, que adquieren así todos los nutrientes. Algunos de los principales beneficios de la leche sin lactosa son el calcio, la vitamina C y el fósforo, que son esenciales para el fortalecimiento de los huesos y un refuerzo de nuestro sistema inmunológico.
Además, estos productos ayudan a bajar de peso porque en su proceso de elaboración pierden la mayor parte de sus grasas. “Es una buena alternativa para los pacientes que buscan llegar a un peso óptimo”, menciona.
Productos sin lactosa
A lo largo de los años se desarrolló una larga lista de productos sin lactosa, a los cuales podemos acceder sin mayores inconvenientes. Lácteos Los Colonos comercializa leches y yogures —de arándanos, frutilla y frutos rojos— que se encuentran disponibles en los supermercados, autoservicios y hasta pequeños almacenes de todo el país.
Estos productos ayudan a que la digestión sea más fácil y ligera. Fueron desarrollados especialmente para personas con intolerancia, que presentan molestias en el estómago, gases, inflamación e incluso colon irritable.
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