Intersecciones entre cáncer de mama y desigualdad
Octubre es el Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama y el 19 se conmemoró el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama. En este periodo, las iniciativas de visibilización sobre esta afección, los síntomas y métodos preventivos llenan las redes sociales y los medios de comunicación masivos. En esta nota nos dedicamos a ir un paso más allá y ver cómo afecta el tema a un país como el nuestro.
Por Laura Ruiz Díaz. Fotografía: Fernando Franceschelli.
Todos los días, las salas de espera de los hospitales públicos están llenas de mujeres. Son ellas las que cuidan, a menudo, a quienes sufren dolencias. Es el caso de María, de 42 años, que trabaja como profesional independiente y no cuenta con un seguro médico para afrontar los gastos que implica su diagnóstico, cáncer de mama, “una enfermedad en que células alteradas se multiplican sin control y forman tumores que, de no tratarse, pueden propagarse por todo el cuerpo”, como define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El caso de María es ficticio, pero podría ser el de Liliana o Marta, cuyas historias relatamos en otros octubres. Cuando el diagnóstico llega temprano, es un alivio. Pero, ¿alguna vez nos pusimos a pensar qué necesitamos para acceder a este? En esta nota vamos a explorar cómo influye la desigualdad en la detección y el tratamiento de esta enfermedad y, sobre todo, la necesidad de contar con servicios de salud fortalecidos que permitan el descubrimiento temprano para reducir su incidencia.
Durante 2023, el Instituto Nacional del Cáncer (Incan) diagnosticó más de 600 nuevos casos y registró 274 muertes en territorio nacional.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que el de mama es el tipo de cáncer más frecuente y la causa más común de muerte en mujeres a nivel mundial. Aunque con menos frecuencia, también se da en varones.
Según el Ministerio de Salud Pública (MSP), a nivel nacional, durante 2023, el Instituto Nacional del Cáncer (Incan) diagnosticó más de 600 nuevos casos y registró 274 muertes en territorio nacional. Según la OMS, más del 99 % de estos corresponde a personas del sexo femenino. Estas cifras ponen de relieve la importancia de una respuesta integral y coordinada. Pero… vayamos un poco más allá.
La incidencia es desigual entre distintos países
La desigualdad es un factor importantísimo a la hora de realizar los cálculos de morbilidad de esta enfermedad. Esta situación puede evaluarse mediante el Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador que refleja el bienestar de la población a través de tres aspectos fundamentales: una vida larga y saludable, acceso a la educación y un nivel de vida digno. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el valor del IDH de Paraguay actualizado al 2022 es 0,731, cifra que lo ubica en la posición 102 de 193 países.
Las estimaciones internacionales de la OMS destacan importantes desigualdades en la carga de morbilidad por cáncer de mama, correlacionadas con el Índice de Desarrollo Humano (IDH). En los países con un IDH muy alto, se espera que una de cada 12 mujeres sea diagnosticada a lo largo de su vida, y una de cada 71 fallecerá a causa de esta enfermedad.
En contraste, en los países con un IDH bajo, aunque el diagnóstico se presenta en una de cada 27 mujeres, la mortalidad aumenta a una de cada 48.
En contraste, en los países con un IDH bajo, aunque el diagnóstico se presenta en una de cada 27 mujeres, la mortalidad aumenta a una de cada 48.
Un cálculo rápido, con los números del Incan (600 nuevos casos, 274 fallecimientos) proporcionados por la cartera de Salud, nos ofrece el impresionante porcentaje aproximado de 45 % de mortalidad solo en el 2023. ¿Por qué? Los expertos hablan del principal factor, que es la prevención y el diagnóstico temprano.
Cabe entonces volver a preguntarnos qué factores inciden en este punto. Son muchas las variantes que se dan en un diagnóstico tardío, y este es solo un recuento que nos permitirá reflexionar dos cuestiones claves: la importancia de la descentralización y el desarrollo de políticas públicas realmente inclusivas.
Cuestión de tiempo
La OMS destaca la importancia de la detección temprana, lo que reduce la morbilidad de esta afección en un 90 %. Según el organismo, la mayoría de las personas no experimentan ningún síntoma cuando el cáncer está aún en fase temprana. Por eso es clave la detección a través de estudios mamográficos y controles anuales.
Quien ha consultado alguna vez en hospitales públicos sabe bien que es un proceso que inicia el día anterior, como mínimo. Sea para sacar una cita que llegará en algún futuro (cercano o no) o en el caso que den turnos en el día, hay que estar ahí temprano. Algunos seguramente piensan que eso implica ir para las 6.00 o 7.00 de la mañana. Error. Temprano, en el lenguaje de la atención pública, es a partir de las 3.00 o 4.00.
La ley 3803/09 estipula que todas las trabaja doras del país tienen derecho a un día de licencia remunerada para someterse a exámenes de Papanicolaou y mamografía. No se trata de un permiso, sino de un derecho. Pero es necesario reconocer que la gran mayoría de las mujeres trabajan de manera informal, muchas veces día a día, y no tienen la posibilidad de ausentarse.
En el Instituto de Previsión Social (IPS), institución a la que los aportantes destinan el 9 % de sus salarios, para hacerse un análisis de sangre es menester llegar antes de las 5.00, porque solo otorgan 150 turnos al día; no importa si fuiste derivado de un servicio de Urgencias. Los turnos para imágenes demoran, como mínimo, alrededor de un mes.
La ley 3803/09 estipula que todas las trabaja doras del país tienen derecho a un día de licencia remunerada para someterse a exámenes de Papanicolaou y mamografía. No se trata de un permiso, sino de un derecho. Pero es necesario reconocer que la gran mayoría de las mujeres trabajan de manera informal, muchas veces día a día, y no tienen la posibilidad de ausentarse. Entonces, en primer lugar, en esta problemática incide el factor tiempo. Realizarse estos estudios sin dudas es una actividad que demorará probablemente todo un día o hasta varios. “No traté mi cáncer porque tenía que dar de comer a mis hijos y no podía dejar de trabajar. Si ahora debo elegir entre mi tratamiento y alimentarles, dejaré el tratamiento”, dijo Felipa, una entrevistada en un informe de la organización Amnistía Internacional denominado La deuda de la salud.
Factores de riesgo
La mitad de los casos de la enfermedad corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (más de 40 años), señala el organismo sanitario mundial. Pero algunos antecedentes que aumentan las posibilidades son obesidad, beber nocivamente alcohol, familiares con cáncer de mama, historial de exposición a radiación, historial reproductivo (como la edad de inicio de los periodos menstruales y del primer embarazo) y el consumo de tabaco.
Un informe de López-Plaza et al. (2023), titulado El papel de la nutrición en la génesis del cáncer de mama, destaca la importancia de la nutrición en el desarrollo de la enfermedad: “Es recomendable llevar a cabo una dieta saludable que incluya todos los grupos de alimentos en las cantidades aconsejadas. Mantener durante toda la vida un peso corporal adecuado cobra vital importancia para reducir el riesgo de cáncer”.
El 26,23 % de la población, es decir, aproximadamente 26 de cada 100 personas, ha enfrentado inseguridad alimentaria moderada o grave en el último año.
Según un informe desarrollado por la Red Rural de Organizaciones Privadas de Desarrollo (Red Rural) en Paraguay, el 26,23 % de la población, es decir, aproximadamente 26 de cada 100 personas, ha enfrentado inseguridad alimentaria moderada o grave en el último año. Además, el 5,60 % de los habitantes sufrió esta situación durante el mismo periodo, lo que revela una problemática preocupante en el acceso a alimentos.
Muchas veces el sobrepeso y la mala alimentación vienen de la mano, ya que una dieta basada en carbohidratos simples revela una falta de acceso a otro tipo de alimentos como frutas, verduras y proteínas.
Seguro médico: polladas
El mismo informe de Amnistía Internacional citado anteriormente recuenta numerosas historias sobre personas que tuvieron que enfrentar un problema de salud grave en nuestro país, que no son muy distintos a los retos de los países de la región. En concepto de gasto público, no alcanza el estándar mínimo de inversión recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (6 %) para asegurar cobertura universal.
Amnistía Internacional reveló que en Paraguay la disponibilidad de recursos materiales e infraestructura, como camas hospitalarias, personal médico y de enfermería, es considerablemente baja en comparación con otros países de similar nivel de desarrollo, sus vecinos geográficos y el promedio de América Latina. Más del 70 % de la población no contaba con ningún seguro de salud, por lo que se atienden en el MSPyBS, mientras que el 19,6 % tenía seguro médico por parte del IPS y solo el 5,9%, privados.
En Paraguay casi cuatro de cada G. 10 que se gastan en salud (38 %) proviene de las familias y es uno de los países con mayor gasto de bolsillo per cápita ajustado por paridad del poder de compra.
¿Cómo se suplen esas falencias? Según el mismo informe, en Paraguay casi cuatro de cada G. 10 que se gastan en salud (38 %) proviene de las familias y es uno de los países con mayor gasto de bolsillo per cápita ajustado por paridad del poder de compra. Es decir, no solo este gasto representa una mayor proporción del monto total, sino que también es más caro pagar por este tipo de servicios en comparación con otros países. La alternativa, casi siempre, es la gestión comunitaria. Rifas, polladas, colectas y ventas de comida son el pan de cada día.
Por último, es importante mencionar que todos los factores mencionados anteriormente se agravan en el interior del país, ya que la centralización es una dificultad grave a la hora de acceder a controles anuales. Como verán los lectores en una otra nota publicada por Pausa sobre el tema, en Paraguay solo 24 centros de salud ofrecen servicio de mamografía, solamente 12 regiones sanitarias están cubiertas y 13 de estos centros están en Asunción y Central. Cabe destacar que, el 24 de octubre, posterior a la publicación de esta nota en el medio impreso, el presidente Santiago Peña anunció la adquisición de 34 nuevos mamógrafos.
La lucha contra el cáncer de mama en Paraguay no solo implica enfrentar una enfermedad compleja, sino también lidiar con profundas desigualdades estructurales. La falta de acceso a servicios, la centralización de los recursos en zonas urbanas y las dificultades económicas son barreras que agravan la situación, especialmente para las mujeres de sectores vulnerables. Es fundamental impulsar políticas públicas inclusivas y un sistema fortalecido que garantice la detección temprana y el tratamiento oportuno, para asegurar así el derecho a la salud para todas las personas.
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