Arte

Frida Kahlo

Mujer, artista y sinónimo de la cultura mexicana

Una vida surcada por el dolor y la capacidad de hallar belleza hasta en los rincones más oscuros de su mente, así se podría resumir a la gran artista mexicana. En esta nota te contamos todo lo que necesitás saber sobre esta emblemática mujer antes de visitar la muestra inmersiva Frida Kahlo, museo sensorial, en el Paseo La Galería.

Reportaje: Antonio Torres Jam / EFE Reportajes.

“Yo quisiera poder hacer lo que me dé la gana detrás de la cortina de ‘la locura’. Así, arreglaría flores todo el día, pintaría el dolor, el amor y la ternura, me reiría a mis anchas de la estupidez de los otros, y todos dirían: ‘¡Pobre! Está loca’. Sobre todo me reiría de mi estupidez y construiría mi mundo que, mientras viviera, sería mío y de todos”. Así describía el mundo perfecto la polifacética artista Frida Kahlo (6 de julio de 1907-13 de julio de 1954).

El mundo imaginario de Frida se construyó a los pies de su cama tras un aparatoso accidente de tránsito a fines de 1925. Estuvo a punto de morir, pero gracias a eso su amor por la pintura nació, le acompañó e incluso se hizo más fuerte y poderoso que ella misma. 

Su padre, Guillermo, de origen austriaco y fotógrafo de profesión, le inició en la pintura en sus largos meses de convalecencia. Tiempo después, en 1926, pintó su primer autorretrato. 

Nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán (México) —aunque ella afirmaba haber nacido en 1910 por solidaridad con el comienzo de la Revolución Mexicana—, Kahlo fue estandarte de la cultura de su país, de la belleza natural y el espíritu emprendedor.

El pintor Diego Rivera

En 1922, un movimiento cultural de tendencia muralista se instaló en México: edificios públicos, colegios, iglesias y bibliotecas se trasformaron en lienzos. Por aquel entonces, Frida contaba con 15 años y una tarde le presentaron a Diego Rivera en el auditorio de su escuela.

Allí fue donde el famoso artista pintó un mural por encargo del Gobierno y donde se inició una relación entre ambos. De lo idílico a lo extremista, del amor más puro al tormento. Diego tenía 36; Frida, 15, y cinco años más tarde, en 1929, contrajeron matrimonio.

En 1930, Rivera fue expulsado del Partido Comunista —al que Frida estaba afiliada desde 1927— por aceptar un encargo del Gobierno. Por ello, en noviembre de ese mismo año, ambos se trasladaron a San Francisco (EE. UU.), donde permanecerían tres años. 

En EE. UU., la pareja descubrió nuevos movimientos artísticos, tendencias, texturas y, algo más importante, el éxito de sus obras fuera de las fronteras de su país. El cuadro Frida Kahlo y Diego Rivera fue expuesto en la sexta muestra de la Sociedad de Mujeres Artistas de San Francisco, en la que sería la primera exhibición pública de Frida, que coincidió con la exposición de Rivera en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Allí conoció Frida a la artista Georgia O’Keeffe, gran influencia en la obra de Kahlo de aquella época.

Los trabajos se sucedían y el éxito internacional comenzó a aclamarles. A partir de entonces, la pareja viviría a caballo entre EE. UU. y México. Él le recomendó que se vistiera siempre con el traje típico mexicano; ella, que le sea fiel.
En 1932 viajaron a Detroit, donde Rivera tuvo el encargo de pintar varios murales, entre ellos, uno para el Rockefeller Center, que días después fue cancelado por la inclusión del retrato de Lenin en el diseño. Esto coincidió con las primeras secuelas del accidente de Frida, tras practicarse un aborto y varias operaciones en la columna. Poco después, la General Motors suspendió un nuevo trabajo de Rivera para la Feria Mundial de Chicago, y fue entonces, en diciembre, cuando la pareja decidió regresar a México. 

En 1934, Frida Kahlo fue internada de nuevo para practicarle una apendicectomía, otro aborto y una operación en el pie derecho.

El vuelo de Frida

En ese tiempo, la pareja se separó después de que Kahlo descubriera la aventura de su marido con su hermana Cristina. “Si tan solo tuviera cerca de mí su caricia. Como la tierra al aire se la da. La realidad de su persona me haría más alegre, me alejaría del sentido que me llena de gris. Nada en mí ya sería tan hondo, tan final”, escribió en esos días.
Esta es la época en la que Frida comenzó a tomar su propia iniciativa con respecto a su obra artística y a su vida personal, ya que hasta ese momento era considerada la sombra de Diego. En 1936, la Galería de Arte de la Universidad Autónoma de México expuso cuatro cuadros suyos. Gracias a esta publicidad, un año más tarde, en 1937, Kahlo vendió sus primeras obras al actor Edward G. Robinson.

En esos meses, Frida Kahlo conoció al húngaro Nickolas Muray, famoso fotógrafo de la movida neoyorquina, con quien inició una aventura. A principios de 1939, ella emprendió una travesía en barco rumbo a Francia donde entró en contacto con Kandinsky y a Picasso, así como otros miembros del círculo surrealista de Breton, como Max Ernst, Paul Eluard, Joan Miró, Yves Tanguy y Wolfgang Paalen. Allí, Frida expuso en Renou & Colle junto a fotografías de Manuel Álvarez Bravo y la colección privada de Breton sobre arte popular mexicano.

A finales de ese año, comenzaron de nuevo los dolores en la columna causados por el accidente, por lo que el doctor Juan Ferril, amigo personal de Frida, le recomendó guardar reposo y utilizar una silla de ruedas. Por ello, cayó en una depresión que le indujo a beber, y que se agudizó tras su separación oficial de Diego Rivera, al final de 1939.

Sus grandes exposiciones

En 1940 el prestigio de Kahlo aumentó y, a principios de año, sus famosos cuadros Las dos Fridas y el actualmente extraviado La mesa herida se incluyeron en la exposición Internacional de Surrealismo, organizada por Breton y Paales en la Galería de Arte Mexicano.Ese mismo año exhibió parte de su obra en el Museo de Arte Contemporáneo y Artes Gráficas de México, el Palacio de Bellas Artes de San Francisco y en la exposición Veinte siglos de arte mexicano, inaugurada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Tras este éxito, Kahlo solicitó una beca a la fundación Guggenheim, avalada por Meyer, Shapiro, Duchamp, Breton, Walter Pach y Rivera, pero le fue denegada.

Sus dolores no mitigaban y Frida decidió viajar a San Francisco para visitar al doctor Eloesser, quien se opuso a las opiniones de los galenos mexicanos de seguir con las intervenciones quirúrgicas. Por entonces conoció a Heinz Berggruen, con quien inició una relación amorosa y con el que viajó a Nueva York para intentar concretar una segunda exposición en la galería Levy, que nunca se realizó. De regreso a San Francisco se reconcilió con Rivera y la pareja se casó el 8 de diciembre de 1940.

En 1941 falleció el padre de Frida, tres meses antes de que la artista cumpliera 34 años, y por esta razón sufrió una depresión que agudizó su mal estado físico. En 1942, la obra de Kahlo se incluyó en dos exposiciones celebradas en Nueva York: Retratos del siglo XX, en el Museo de Arte Moderno, y Primeros documentos del surrealismo, ambos patrocinados por el Consejo Coordinador de Sociedades Francesas de Beneficencia.

En enero, Frida Kahlo fue artista invitada en la Exposición de 31 mujeres, en el centro Art of This Century Gallery, de Peggy Guggenheim, en la ciudad de Nueva York. 

Por esas fechas y durante 10 años, impartió clases en la Escuela de Pintura y Escultura en México, pero su estado de salud tan frágil le hizo dar las lecciones en su propia casa en Coyoacán, a un grupo de cuatro alumnos elegidos: Fanny Rabel, Arturo García Bustos, Guillermo Monroy y Arturo Estrada, que se harían conocer como “Los Fridos”.

El empeoramiento físico

En los años siguientes, su empeoramiento físico fue progresivo, con nuevas y complicadas operaciones que la confinarían a una silla de ruedas, pero Frida siguió dibujando. En 1945, tras leer a Freud, pintó sus reflexiones sobre sus teorías. Ese mismo año, sus fotografías comenzaron a hacerse públicas.

En 1946 le fue otorgado el Premio Nacional de Artes y Ciencias de México e inició una relación amorosa con un refugiado español, que duraría hasta 1952. Ese mismo año, en abril, pintó 13 cuadros de naturaleza muerta, los cuales formarían parte de la primera exposición personal de Frida Kahlo, en la Galería de Arte de Lola Álvarez Bravo, en Ciudad de México.

El 13 de julio de 1954, 14 meses después, Frida Kahlo falleció. La causa oficial de su muerte se determinó como «embolia pulmonar», pero la sospecha de un suicidio creció, a falta de autopsia, y ante los últimos escritos de su diario: “Yo creo que es mejor irme, irme y no escaparme. Que todo termine en un instante, ojalá”.

La muestra inmersiva llega a Asunción

Desde este miércoles 15 de noviembre se podrá disfrutar de Frida Kahlo, museo sensorial, en el segundo nivel del Paseo La Galería. La exhibición multimedia fusiona elementos clave de sus obras para crear una experiencia envolvente de sonido, música e imagen. El recorrido dura, aproximadamente, una hora, y parte de su infancia y la influencia de su padre, llega hasta el accidente de tránsito que cambió para siempre su existencia, para luego hacer hincapié en la explosión artística de Frida.

El museo sensorial nos sumerge en la obra de Frida a través de proyecciones y música emotiva que enfatizan, decididamente, el impacto de su trabajo en el mundo. La jornada termina en un altar mexicano que rinde homenaje a la mujer y permite explorar distintos aspectos de su historia con realidad virtual.

Las entradas están en venta a través de Red UTS.

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