Arte

Sussy Sacco

Poesía en movimiento

A sus 74 años, es una de las maestras, bailarinas, coreógrafas, diseñadoras de vestuario y gestoras culturales más importantes del país, con más de cinco décadas de trayectoria. En esta edición, aprovechamos la excusa de su nuevo espectáculo Ciento por ciento Paraguay, que llega a escena esta semana, para conocer en profundidad a la gran artista Susy Sacco. 

Por Laura Ruiz Díaz. Producción: Sandra Flecha. Fotografía: Fernando Franceschelli.

Como muchas mujeres, Sussy estudió danza desde muy pequeña. A los tres años empezó clásica, después española. A su madre le dijeron: “Mirá, si querés que tu hija viaje y conozca al mundo, tenés que hacerle estudiar baile folclórico”. La decisión se tomó y, sin pensarlo dos veces, el folclore paraguayo inundó sus pasos. Ella tenía ocho años. 

“Al empezar a conocer la música paraguaya, a mí me fascinó”, cuenta. Le encantó a tal punto que en su fiesta de 15 años actuaron Los Troveros de América y, a partir de sus 16, todos los sábados iba al Jardín de la Cerveza a escuchar al conjunto Perurima, de don Mauricio Cardozo Campo, que actuaba una hora. “Para mí era un momento de deleite, solaz y belleza inigualables”, recuerda. 

Esa conexión fue la inspiración para crear el Ballet Folclórico Internacional Sussy Sacco. “Yo conocí a mi marido dirigiendo otro ballet y eso terminó de enamorarme del folclore. Él es un folclorista nato, eso fue fundamental para que nos unamos y sigamos juntos nuestra carrera artística después de casados y con cinco hijos”, resalta. 

Sussy Sacco. Fotografía: Fernando Franceschelli.

A lo largo de sus casi 60 años de trayectoria, Sussy vio evolucionar a la danza en distintos puntos: cada vez más academias, formación y técnica. Ella misma abrió su escuela a los 14 años y a los 18 ya presentó su primer espectáculo en un teatro con más de 70 alumnas. “En este momento, el mundo de la danza está muy avanzado en comparación con nuestros tiempos. Ahora tienen muchísima más versatilidad: danza jazz, contemporánea en sus diferentes movimientos. Es un mundo de posibilidades”, afirma. 

Reconoce que a nuestro país aún le falta un largo camino para estar al nivel de los grandes escenarios del mundo. Hay pocos profesionales del área, pocas compañías. ¿Por qué? “Es realmente oneroso, un gasto, y no tenemos apoyo de las empresas ni las instituciones. Para formar un ballet profesional hay que costearlo una misma. Eso cuesta. Requiere de entrega, de darse sin miedo y con mucho riesgo, pero es la única forma de hacerlo porque, si no, no se logran hacer espectáculos de nivel”, remarca. 

Sussy formó a más de 10.000 bailarines y produjo más de 5000 espectáculos. El oficio nació por un pedido de sus padres, pero se convirtió en su pasión. Siempre se mantuvo actualizada, mediante cursos y especializaciones, tanto para su desarrollo personal como para compartir en la docencia. 

Fotografía: Fernando Franceschelli.

Alma de artista

Sussy es una artista nata. También es profesora de dibujo y diseñadora de vestuario, pero eligió la danza porque encuentra en ella una intersección entre distintos lenguajes artísticos. “Cuando se realiza un trabajo coreográfico en un escenario, se deben tener en cuenta los colores, la armonía y el equilibrio. Guarda mucha relación con lo visual”, resalta. A la coreografía le acompañan todos los elementos que suman su aporte a la composición final.

“Es una cosa maravillosa zambullirse en el mundo de la creación. A veces quisiera no salir y quedarme, para sentir y vibrar cuando voy diseñando y logrando el objetivo, que es una obra de arte, por lo tanto, algo extraordinario”, remarca. 

“A los estudiantes siempre les digo que no solamente les enseño a bailar, sino también lo que es el arte de la vida”

“A los estudiantes siempre les digo que no solamente les enseño a bailar, sino también lo que es el arte de la vida”, afirma. Y eso hace que ella sea recordada siempre con mucho cariño. Sussy es directora del ballet Mimbipa, el cual recorre el mundo y el interior del país desde 1969, y ya recogió múltiples reconocimientos.

“Mi vida es danza y la danza es parte de mi vida”, dice Sussy Sacco. Desde que a los tres años su madre la llevó a su primera academia, entró como pato en el agua. “Me casé con un bailarín. Nuestros hijos y nietos bailan. Ver a la juventud formarse me llena el alma de alegría”, acota.

¿Qué es lo paraguayo?

¿Cuáles son los elementos que componen nuestra identidad territorial? El folclore busca recoger el conjunto de costumbres, creencias, artesanías y canciones de carácter tradicional y popular. A esta pregunta quiso responder Sacco con Ciento por ciento Paraguay, que se presentará el 14 y 15 de setiembre con el ballet Mimbipa.

“El folclore de cada país se compone de muchísimos elementos, no solo de la música y la danza, sino también de canto, instrumentos, artesanías, fiestas, comidas, bebidas… Todas esas son piezas muy importantes a tener en cuenta en el momento de presentar un espectáculo inspirado en un hecho folclórico”, explica. Según indica, cada cuadro puede durar hasta 20 minutos, pero ella prefiere que sean más cortos, alrededor de 15.

Sussy buscó crear piezas que representen la identidad nacional: las fiestas patronales, la relación con la religión, los juegos y ferias. Además, también existe un componente muy importante que tiene una fuerte relación con la memoria histórica: las residentas, por ejemplo, que tomaron en sus hombros la dura tarea de la reconstrucción luego de la injusta Guerra contra la Triple Alianza. 

“El folclore de cada país se compone de muchísimos elementos, no solo de la música y la danza, sino también de canto, instrumentos, artesanías, fiestas, comidas, bebidas… Todas esas son piezas muy importantes a tener en cuenta en el momento de presentar un espectáculo inspirado en un hecho folclórico”

“Nosotros tenemos una responsabilidad muy grande como artistas de presentar en los escenarios todo lo que significa el Paraguay, que se conozca el valor y la valentía de nuestra gente”, plantea Sacco. 

El espectáculo cuenta con más de 40 bailarines y música en vivo del dúo Purahéi Soul. La obra presenta cuatro facetas diferentes de nuestra realidad: el primer acto es Sueño amenazado, basado en la investigación de Ticio Escobar llamada La maldición de Nemur. Representa la vida de los indígenas ishir y, a través de la danza, son reconstruidos el contexto histórico regional y los principios mítico-rituales que animaban los modos de vida de ese pueblo originario. La siguiente escena, Fiesta patronal, muestra las fervientes celebraciones que atraviesan nuestro país a lo largo y ancho. 

Aroma jazmín es la propuesta artística que homenajea a una de las flores simbólicas del Paraguay. “Nos concentramos en el jazmín para hacer un cuadro romántico donde las parejas bailan un poco más enamoradas; es una oda al amor y al romanticismo de antaño, además de tener el componente del cuidado de la naturaleza”, plantea Sussy. Por último, la coreografía Independencia reafirma los valores patrióticos y, en ella, los bailarines personifican el amanecer del 15 de mayo de 1811.

Cada uno de estos cuadros es una revisita a proyectos de años pasados. “Esta vez decidimos recrear escenas que ya compartimos anteriormente, pero con un toque nuevo y actual”, afirma. “Yo creo que los asistentes se van a llevar de Ciento por ciento Paraguay el sentirse mejor como paraguayos, por todo lo que es Paraguay y lo que se logró a pesar de los males que ha pasado. Es un país hermoso, hogar de mucha belleza natural y música única”, manifiesta.

El público se va a encontrar con un espectáculo hecho con cariño, sacrificio y entrega. “Estamos con mucha expectativa y preparados para hacer lo mejor”, cuenta. “Yo creo y espero que el público paraguayo siempre tenga un buen espectáculo. Es uno de los más exigentes que existen: no te aplaude si no le gusta, pero cuando hay algo que está bueno, sí; incluso se pone de pie”, revela. “Eso es lo que buscamos, que la gente se sienta bien, en un momento de magia y elevación, porque el arte nos eleva hacia nuestro creador”. 

“Yo creo y espero que el público paraguayo siempre tenga un buen espectáculo. Es uno de los más exigentes que existen: no te aplaude si no le gusta, pero cuando hay algo que está bueno, sí; incluso se pone de pie”

Un futuro prometedor

Además de la larga lista de logros de Sacco hay dos objetivos que se mantienen como norte: llevar el ballet al exterior y contar con un espacio más grande que le permita tener un auditorio, un teatro, su propio templo de la danza. Con respecto al primero, Mimbipa ya realizó varias giras por el interior y el exterior del país, pero este movimiento significa una operativa importante y con gran costo, como por ejemplo, viajes a Taiwán y El Cairo. “En ambas ocasiones fue un éxito total y eso es lo que nosotros queremos. Cuando una lleva este tipo de espectáculos, se da cuenta del país del que estamos hablando a través de nuestra danza, música y expresiones artísticas”, afirma. 

“Mi sueño siempre fue tener un local enorme, donde podamos poner un café y un escenario para espectáculos. Y además diversificar, que sea un complejo cultural en donde seguir aprendiendo del arte y cultivar la cultura paraguaya”, anhela, al describir su segundo gran sueño. 

Ella piensa seguir bailando y enseñando todo lo que le den las fuerzas. Su gran amor son los espectáculos y planea dedicarse a ellos en la medida de lo posible, siempre que cuente con el apoyo institucional y de entidades privadas. Además, insta a otros coreógrafos a apostar por crear estas muestras.

Ballet Mimbipa

Está formado en su mayoría por profesores de danza, en alguno de sus estilos, y enseñan en diferentes escuelas o academias. A lo largo de su historia crearon 24 cuadros y actualmente están trabajando en remontarlos. Son 40 bailarines los que componen el equipo más consolidado, pero el ballet ha hecho presentaciones con 120 integrantes, para lo cual invitaron a otros profesionales. 

¿Dónde y cuándo?

Las funciones de Ciento por ciento Paraguay serán el sábado 14 y el domingo 15 de setiembre en el Teatro José Asunción Flores del Banco Central del Paraguay (Federación Rusa y Augusto Roa Bastos), a las 20.30 y 20.00, respectivamente. Las entradas generales cuestan G. 110.000 y pueden adquirirse en Tuti.

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