Un año de historias paraguayas en la gran pantalla
Cada ciclo que termina nos permite un espacio para la reflexión y aprovechamos la última Pausa del año para mirar varias producciones nacionales que demostraron que el cine paraguayo va afianzando un lenguaje propio. Además, mencionamos algunos títulos que nos tienen expectantes de cara al 2025.
La segunda mitad del 2024 trajo consigo una seguidilla de largos y cortometrajes de ficción y no ficción que cautivaron a la audiencia. Algunas películas tuvieron estrenos comerciales, mientras que otras se proyectaron de manera limitada en centros culturales. Y si bien cada producción es única, al encenderse la pantalla se vuelve palpable la paraguayidad de las narrativas y los temas que tocan.
Con No entres llegó un éxito de taquilla en el terror, género que sorprendió como uno de los favoritos de la audiencia local. Su director, Hugo Cardozo, demostró la capacidad del cine descentralizado, fuera de Asunción, y la sed del público por una ficción nacional. En una entrevista con Pausa, explicó: “Teniendo en cuenta la cultura paraguaya, que heredamos de nuestros abuelos —digo específicamente por los míos—, sus creencias, supersticiones y hábitos característicos, creo que somos un pueblo con mucho respeto por lo desconocido. Si le sumamos la extrema curiosidad que tenemos todos por explorar lo desconocido o ir más allá de lo que se nos permite, creo que son combinaciones que construyen nuestra inclinación a optar por el terror a la hora de comprar una entrada”.
Poco después llegó el documental Los últimos, que cautivó durante su paso por las salas. El filme trata sobre tres amigos, sus viajes por el Chaco, sus ácidas conversaciones y la ironía ante las a veces desesperantes perspectivas de la vida en este mundo tan complejo. El director, Sebastián Peña Escobar, realizó constantes viajes al Chaco por casi 18 años, en compañía de los ecologistas Jota Escobar y Ulf Drechsel, durante los cuales registró una introspectiva reflexión sobre el futuro de los bosques, especialmente de esa región tan poco explorada.
Los últimos es la película seleccionada por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Paraguay para representar al país en la 98.ª entrega de los Premios Oscar en la categoría de Mejor Película en Lengua Extranjera. Además, competirá como Mejor Película Iberoamericana en los Goya de España.
En un tono similar, Capturando al Cerrado llegó para arrojar luz sobre El Cerrado, una ecorregión que se extiende por Brasil, Bolivia y Paraguay. En nuestro país incluye el extremo norte de Alto Paraguay, así como Concepción, Amambay, partes de San Pedro y Canindeyú. El documental de naturaleza fue dirigido por Rodrigo Salomón para la WWF y tuvo un estreno limitado, pero llamó la atención sobre una zona muy afectada por los incendios forestales que azotaron el Chaco el pasado mes de setiembre. Fue portada de nuestra revista y en ese reportaje ahondamos en la preciada experiencia que vivió el crew durante el rodaje (encontrá la nota completa haciendo click aquí).
Setiembre trajo consigo otros dos estrenos que generaron olas. Uno fue el corto documental Emilio Barreto: Ángeles y demonios, recuento de la vida del actor de teatro que da nombre al audiovisual durante su resistencia al régimen estronista. Barreto y su esposa fueron víctimas de la dictadura y él hizo una crónica de sus años privado de libertad, en conjunto con la directora paraguaya residente en España Cris Arana.
“Es una herramienta poderosa para aprender su historia y entender el impacto de la represión y la lucha por la libertad. Creo que esta obra no solo documenta hechos históricos sino también ofrece una plataforma para la reflexión, tan relevante para el público paraguayo como para el internacional interesado en derechos humanos y democracia”, confió Arana a Pausa durante el estreno del que fue su quinto corto.
El segundo fue Una sola primavera, himno a la libertad y coproducción paraguayo-argentina que también fue tapa de una de nuestras ediciones del 2024. En ella conocemos la resistencia de una joven durante la Revolución del 47 en Asunción, personaje inspirado en la abuela del director correntino de ascendencia paraguaya Joaquín Pedretti. La película fue un éxito, permaneció bastante tiempo en cartelera y fue tema de conversación constante, también gracias al trabajo de su protagonista, la actriz Majo Cabrera.
Sobre la importancia de retratar este tipo de vivencias, el director nos dijo: “Primero que nada, creo que todo lo personal es político, y que la política también se construye en los gestos cotidianos. Entré a este relato por algo familiar, emocional. Nunca quise narrar ‘la historia oficial de la guerra’, primero porque es algo muy complejo y no me siento autorizado para tomarme esa licencia”.
Buenos presagios
El 2025 promete algunos títulos que están bien arriba en nuestra watchlist. La lista obligada incluye Bajo las banderas, el sol, el documental de Juanjo Pereira que recupera material fílmico que se creía perdido debido a la dictadura militar, y Narciso, de Marcelo Martinessi, obra inspirada en el crimen del locutor Bernardo Aranda, que desató la infame persecución estronista y la lista de los 108.
La película de suspenso y humor Nochebuena, del cineasta paraguayo-estadounidense Michael Kovich Jr., promete un buen rato. Su sinopsis reza: “En una Nochebuena en Paraguay, seis personas reciben invitaciones a un misterioso hotel donde el propietario organiza un juego de truco con un gran premio. A medida que la noche avanza, descubren un vínculo entre ellos y las tensiones aumentan, culminando en violencia y traición”.
Por otro lado, Timoteo, de Osvaldo Ortiz Faiman, y Distancia, de Dea Pompa, apuntan a un estreno en 2025, probablemente al terminar su ciclo de recorrido por festivales.
Si el 2024 sirve de indicador, nos espera un año repleto de buenas producciones nacionales que no podemos para esperar ver.
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