Cine

Parpadea dos veces

Una fiesta convertida en pesadilla

La ópera prima de la guionista y directora Zoë Kravitz es un thriller premonitorio que la artista empezó a esbozar a finales de 2017, justo antes de que expusieran los abusos de Harvey Weinstein e iniciara la era #MeToo. La película comenzó a tomar forma en los años siguientes y vio la luz este 2024, con Naomie Ackie y Channing Tatum a la cabeza. En esta nota te traemos el argumento definitivo para que no dejes pasar la oportunidad de verla en la pantalla grande.

Entrevista y fotos: gentileza de Warner y Rola Distribuidora.

“Toda mi vida he tenido acceso a habitaciones ocupadas por gente muy poderosa”, fueron las primeras palabras de Zoë Kravitz en una declaración enviada a los medios de prensa y al público en general, en puertas del estreno de su película Parpadea dos veces, o Blink Twice, como se titula en su idioma original.

Quien no la conozca lleva décadas viviendo bajo una piedra. Zoë, además de tener un padre muy famoso y aceptar su condición de nepo baby, es una artista por derecho propio. Dio sus primeros pasos en la industria del entretenimiento a través de la música y el modelaje, pero rápidamente pasó a la actuación. Tuvo una decena de participaciones menores hasta que llegaron X-Men: First Class, la saga Divergente y Mad Max: Fury Road.

Con la saga de Fantastic Beasts recibió más tiempo en pantalla y para cuando le tocó ser una de las protagonistas de Big Little Lies, ya era una actriz consumada. En 2022 la vimos como una intrigante Selina Kyle en The Batman, donde terminó por convencer a los (pocos) que todavía dudaban de su talento.

Lo que muy poca gente sabía es que, mientras actuaba en tremendos éxitos de taquilla, había empezado a escribir una historia sobre el (uso y abuso del) poder.

“Toda mi vida he tenido acceso a habitaciones ocupadas por gente muy poderosa”

Zoë Kravitz.
La guionista y directora de Parpadea dos veces, Zoë Kravitz.

Una heroína que desafía la narrativa victimista

Frida (Naomi Ackie) quiere una vida mejor. Entonces, cuando consigue trabajo como camarera en una gala organizada por el multimillonario de la tecnología Slater King (Channing Tatum), se le ocurre un plan.

Junto a su mejor amiga Jess (Alia Shawkat), Frida se cambia a un vestido de gala y se hace pasar por una de las invitadas de lujo del evento. Tras montar una escena cuando tropieza con su tacón, seduce a Slater y a su grupo de amigos. Pasan toda la noche de fiesta y, al final, él les ofrece una experiencia única en la vida: una invitación para ambas a viajar a su isla privada. Ella aprovecha la oportunidad.

¿Esta isla es realmente un sueño? Frida continúa su diversión, mientras ignora las señales de advertencia —no se permiten teléfonos— y enfoca su atención en el lujo. Ella, Jess y las demás mujeres (interpretadas por Trew Mullen, Liz Caribel y Adria Arjona) reciben los mismos bikinis y vestidos blancos que les ofrecen para usar. También hay una cantidad abundante de champán disponible, comida gourmet y jornadas interminables de relax junto a la piscina. Pero a medida que pasan los días, empiezan momentos clave en la memoria de las invitadas a desaparecer y queda muy claro que no todo es lo que parece.

Un proceso personal

“Entre lo que había visto, experimentado, leído y aquello que les había ocurrido a amigos míos, sentí una gran falta de conversación sobre la dinámica entre hombres y mujeres”, dice Kravitz respecto aquel momento, a fines de 2017, en que el incipiente movimiento #MeToo empezaba a destapar los horrores que los poderosos cometieron por años, amparados por la industria y el dinero.

Las denuncias de sus colegas y otras víctimas del poder le proveyeron del contexto perfecto para desarrollar su idea. Cuando la conversación cultural empezó a girar en torno a la política sexual, Kravitz pudo afinar lo que deseaba plasmar en pantalla: “Quise mostrar a un grupo de mujeres a las que juzgáramos y, luego, ver cómo se convertían en personajes completos y cómo emergían a su poder”, afirma.

El proceso de reescritura también afectó a los personajes masculinos debido a los cambios de percepción que sucedían coyunturalmente. En vez de un grupo de amigos agresivos, debían parecer hiperconscientes de las injusticias que los rodeaban.

Sobre Frida, su protagonista, Zoë tiene mucho que decir: “Busca ser respetada, no ser invisible. ¿Qué hará para conseguirlo? Es algo con lo que todos podemos identificarnos. No hay nada malo en querer que te acepten, que te miren, que no te ignoren, que te sirvan champán y no ser vos quien lo sirva”.

Y aunque Frida es la protagonista de Parpadea dos veces, el primer actor seleccionado fue Tatum para dar vida a Slater King. En aquel momento no se conocían (un tiempo después, en 2021, empezarían a salir y hoy están comprometidos), pero ella quería verlo hacer algo diferente, otra cosa por completo. “¿Quién más que Channing? El mundo entero diría: ‘Sí, me iría de vacaciones contigo y me sentiría totalmente segura’. No hay nada espeluznante en él”, afirma, ¡y qué razón tiene!

Para encontrar a su Frida tardó un poco más. “Es un rol difícil, es muchas cosas a la vez. Nunca llegás a saber realmente quién es. ¿Hasta qué punto es manipuladora? ¿Hasta qué punto es inconsciente? ¿Es la villana? ¿Es la víctima? Hay tantos elementos diferentes en ese personaje”, dice Kravitz. Lo que Zoë sabía era que quería una actriz negra porque la escribió desde su perspectiva. Frida es un tipo diferente de personaje de thrillers y Naomi Ackie aporta la dimensión que la directora estaba buscando.

Animate a visitar la isla privada de este millonario psicópata en las mejores salas de cine del país.

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