Cine

Poner los miedos a prueba

31 noches de terror

Las películas de terror pueden generar más que miedo. Después de todo, son medios para contar historias que no tienen nada que envidiar a un galardonado drama. A veces, es solo cuestión de ampliar los horizontes y animarse a encarar lo desconocido. Este mes te invito a unirte a mi desafío de ver una de terror por día hasta el 31 de octubre, fecha de Halloween.

Desde hace un par de años, me impuse a mí mismo una misión para el mes de octubre: ver una película de terror por día. Este desafío, por así llamarlo, me llevó a descubrir y redescubrir un montón de títulos. A través de reseñas en internet y recomendaciones de amigos, intento armar una lista de clásicos que por alguna razón nunca vi, además de títulos de los que nunca antes escuché hablar.

Las películas de terror pueden, al mismo tiempo, ser dramáticas o cómicas y no tener una sola gota de sangre en pantalla, o bien ir por un sangriento espectáculo repleto de violencia. Definitivamente, hay matices para todos los gustos.

Escena de Possesor.

Este 2022 quiero compartir mi lista con los lectores de Pausa e invitarlos a sumarse al desafío. A continuación, les cuento cuáles veré y los diversos —pero muchas veces simples— motivos por los cuales las escogí:

  1. Audition (1999): este filme nipón está entre mis pendientes desde hace años y siempre lo mencionan en las listas de los mejores de todos los tiempos. Los japoneses saben cómo llevar al límite lo permitido en pantalla, algo que me preocupa un poco.
  2. Hellraiser (1987): con el estreno de una nueva versión este 2022, llegó el momento de enfrentarme a los sádicos cenobitas y sus originales métodos de tortura (probablemente, con los ojos entrecerrados). Junto con Chucky, el muñeco diabólico, la simple idea de ver esta película me aterraba cuando era chico.
  3. Candyman (2021): el año pasado vi, finalmente, la genial película original de 1992. Esta continuación directa promete no solo terror, sino también un comentario social acorde a los tiempos actuales.
  4. The Night House (2020): en su momento era imposible dejar de leer críticas positivas para esta cinta, con la actuación de Rebecca Hall en el papel principal. Además, el terror psicológico es uno de mis subgéneros favoritos.
  5. The Medium (2021): posesiones y rituales en la Tailandia rural. No tuve oportunidad de verla en el cine, pero recuerdo que tan solo el tráiler ya lograba atraer y repeler al mismo tiempo, debido a los horrores bien filmados.
  6. Old (2021): recientemente, M. Night Shyamalan (director de El sexto sentido) tuvo un merecido resurgimiento y las críticas a esta cinta son tan contrariamente extremas que no puedo evitar sentirme intrigado. ¿Una playa en la que uno envejece aceleradamente? El concepto, al menos, es aterrador.
  7. The Black Phone (2021): la premisa de Ethan Hawke como un asesino serial es de por sí interesante, pero la suma de elementos sobrenaturales la hace incluso más atractiva.
  8. Lamb (2021): esta película islandesa es descrita como perturbadoramente dulce. Parece una acertada forma de sintetizar la historia de una pareja que adopta a una criatura mitad humana, mitad cordero.
  9. Spontaneous (2020): la primera vez que vi el tráiler sobre un colegio en el que los alumnos comienzan a explotar en pedazos repentinamente, quedé cautivado.
  10. Brightburn (2019): todo parte de un concepto simple: ¿qué pasaría si Superman, en lugar de decidir a temprana edad defender la Tierra con sus superpoderes, eligiese torturar a todos a su alrededor?
  11. A Nightmare on Elm Street (1984): una de las películas que, junto a Chucky, el muñeco diabólico, evité ver desde que tengo memoria. Este año me toca enfrentar mis pesadillas.
  12. X (2022): el género slasher (como la saga Scream) es mi favorito. Nada más aterrador y realista que un asesino humano. Esta película fue descrita como un homenaje a la época dorada del género.
  13. A Cure for Wellness (2016): al parecer, la película sobre un misterioso centro de bienestar en los Alpes suizos es más bella que buena, pero esos tintes de horror lovecraftiano justifican darle una oportunidad.
  14. Oculus (2013): una de las primeras películas de Mike Flanagan (Doctor Sleep, The Haunting of Hill House, entre otras), sobre un espejo asesino. Flanagan se convirtió en uno de mis directores de terror favorito, principalmente por sus fantásticas series, por lo que debo completar su catálogo cinematográfico con este filme.
  15. El espinazo del diablo (2001): una de mis pendientes del gran Guillermo del Toro, maestro del terror gótico.
  16. Evil Dead (2013): remake de la clásica película de 1981 de Sam Raimi y debut cinematográfico del director uruguayo Fede Álvarez, que promete brutalidad con mayor presupuesto.
  17. Orphan (2009): este año llegó la precuela y con eso me di cuenta de que la película original, sobre una “niña” huérfana asesina, se convirtió básicamente en un clásico que debía ver.
  18. Glorious (2022): una deidad primordial (con la voz del ganador del Oscar J. K. Simmons) demanda ser satisfecha por un hombre en la caseta de un baño público, para salvar a la humanidad. Un concepto tan bizarro demanda mi atención.
  19. Jennifer’s Body (2009): recientemente redefinida como un “clásico feminista”, a pesar de la mala recepción que tuvo en el momento en que fue estrenada. Me interesa ver a qué conclusión llego 13 años después, puesto que en ese entonces me pareció regular.
  20. The Autopsy of Jane Doe (2016): recuerdo que todo el mundo estaba sorprendido con la cinta en su momento. Su legado como una película más inteligente de lo que aparenta me convenció de darle finalmente una oportunidad.
  21. The Lodge (2019): más que la premisa de un grupo de personas atrapadas en una cabaña durante una tormenta, lo que me atrae es que la describen como un terror reminiscente al cine giallo de los años 60 (como Suspiria). Le suma puntos también que, al parecer, tiene tintes de drama familiar, fuente de muchas pesadillas.
  22. Possessor (2020): escrita y dirigida por Brandon Cronenberg, hijo del gran David Cronenberg. Me intriga ver si aquí aplica la frase “de tal palo tal astilla”. La historia trata de una mujer que toma posesión de cuerpos de terceros para cometer asesinatos. Suena suficientemente novedoso.
  23. Censor (2021): una premisa intrigante en la que una mujer encargada de censurar películas debido a su contenido violento cree reconocer a su hermana desaparecida en una de las cintas que está revisando.
  24. Green Room (2015): Patrick Stewart interpreta al asesino líder de un grupo neonazi; es todo lo que necesité escuchar respecto a esta película.
  25. Silent Night (2021): las cenas navideñas suelen ser suficientemente estresantes, pero sumarle un apocalipsis suena divertido.
  26. The Wailing (2016): la idea de una misteriosa infección que enloquece a las personas no será original, pero la película recibió críticas demasiado positivas como para ignorarla. Además, el cine coreano está siempre en otro nivel.
  27. The Empty Man (2020): una niña desaparecida y un posible culto detrás de los hechos. Lo que más me atrae es la pésima recepción que recibió originalmente, pero que ahora es considerado un clásico de culto.
  28. Saint Maud (2019): nunca antes escuché de esta historia sobre una enfermera que se obsesiona con una paciente, pero al menos tres personas me la recomendaron este año, así que por algo será.
  29. Bodies Bodies Bodies (2022): personas hermosas encerradas en una mansión durante una tormenta van cayendo, una a una, en las manos de un misterioso asesino.
  30. Men (2022): el título lo dice todo, nada más aterrador que los hombres. Suma a mi interés que fue escrita y dirigida por Alex Garland (Ex Machina).
  31. Halloween Ends (2022): a pesar de lo decepcionante de la entrega anterior, tengo que ver cómo termina la historia de Laurie Strode y Michael Myers.
Escena de Halloween Ends.

Poner límites

Es importante expandir los horizontes y salir un poco de la zona de confort, hasta cierto punto. Siempre que comienzo a armar mi lista y pido recomendaciones en redes sociales, me nombran ciertas películas que simplemente me niego a ver, como Hostel o la francesa Martyrs. Son obras que, si bien tendrán sus meritos, se sienten más como “porno de tortura”. Lo mismo me pasa con las secuelas de El juego del miedo, a pesar de que la primera me pareció brillante.

Cuando parece que una película está más interesada en mostrar sufrimiento y causar náuseas al espectador que en contar una historia o transmitir un mensaje, me resulta difícil sentirme atraído. Simplemente no comparto el interés por llevar las cosas hasta tal extremo solo por ver hasta dónde se puede llegar.

Escena de X.

Con esto no quiero decir que está mal disfrutar de este tipo de cine, porque sobre gustos no hay nada escrito, pero sí que es importante poner límites y saber a qué tipo de cosas uno está (o no) dispuesto a exponerse.

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