En busca de la redefinición de ser creativo
El arte y la creatividad congenian en este espacio en donde chicos y grandes de todas las edades ponen en
práctica la imaginación. Club Touch! se presenta como una alternativa que pone a disposición un punto de
encuentro con el fin de potenciar a ese creador interno que llevamos dentro. ¿De qué se trata este proyecto
que busca incentivar que cualquier persona, sin importar la edad, pueda equivocarse, mancharse y, sobre
todo, liberar al artista oculto mediante encuentros distendidos?
Por Karina O. Conteiro. Fotografía: Fernando Franceschelli.
Se dice que el arte cumple más de una función al aplicarlo en nuestra vida, ya sea como forma de expresión, creatividad, para volcar emociones o autoconocimiento. En este nuevo contexto que nos atañe, también puede convertirse en una vía de escape beneficiosa para enfrentar de otra manera los problemas cotidianos.
La formación previa no es requisito para comenzar a incursionar en disciplinas artísticas si es que el interés y la predisposición priman. Fomentar la creatividad desde muy temprana edad fortalece la imaginación y, por ende, es un factor clave en el proceso de aprendizaje, pues estos dos elementos favorecen el desarrollo infantil.
Tanto los más pequeños como los adultos entramos en una especie de introspección al dibujar y lo que tenemos en frente se convierte en nuestro principal enfoque. Cuando pintamos o realizamos cualquier otra actividad de expresión artística, sin darnos cuenta, expresamos nuestras emociones y sensaciones.
En Asunción, el primer club de arte y creatividad con énfasis en lo urbano abrió sus puertas a comienzos de este año. Es un sitio que fomenta la participación artística. En su haber, Club Touch! cuenta con dos meses operativos, pero la gestación del proyecto data de hace tiempo, más precisamente de la época de encierro en plena pandemia. “Anteriormente yo tenía un lugar que se llamaba Espacio Bruto, con la intención de descubrir artistas emergentes”, cuenta Lucas We, ilustrador y grafitero argentino radicado en Paraguay, que está al frente de Club Touch!
Desde hace algunos años, y durante mucho tiempo, Espacio Bruto se convirtió en un punto de encuentro físico para artistas y sus seguidores, y estaba constituido por una pequeña tienda de diseño independiente, una oficina fija y una galería para exposiciones y ferias. Era costeado por el propio Lucas con el apoyo de su esposa, la productora Maika Rasmussen.
“Eso habrá durado dos años, luego vino la pandemia y tuvimos que cerrar. No teníamos fondos para mantenernos. En ese momento comencé a proponer el proyecto a varios amigos y entre esas cosas retomamos lo que teníamos con Sergio Kostianovsky”, menciona Lucas. Al comienzo, la idea de ambos era contar con un espacio educativo y artístico en las afueras de la capital, con San Bernardino como punto estratégico. Y si bien la idea fue tomando madurez, al final, fue estableciendo sus bases en Asunción con más socios interesados en unirse.
Así fue como llegó también el músico Julio Troche, integrante de la banda nacional Kchiporros y actual gerente general de Club Touch!, quien está a cargo, además, de otro centro educativo artístico, School of Rock: “Me invitaron a participar del proyecto cuando todavía era una idea y, bueno, yo aporté desde la experiencia de tener una escuela de música, que es una franquicia norteamericana con un sistema aprobado. Y con algunas cuestiones que tienen que ver con nuestra esencia, de perseguir la técnica y concentrarse en el desarrollo de las actividades blandas, que para nosotros son los pilares en ambas escuelas”, cuenta Troche.
Al proyecto se le unieron varias personas más durante el proceso de gestación: el propio Sergio Kostianovsky como director creativo, Leticia Silva a cargo de la administración y planificación, Nani Elías en el desarrollo humano, Juanma Cabarcos en la parte de dinámica de trabajo, Enma Lezcano en la estrategia de comunicación y Felipe Achaval en coordinación general, todos liderados por We, como director artístico: “Y así de alguna manera se fue formando el equipo y se dio el proyecto”, expresa Lucas.
El club que une a todas las edades
Cuenta con un taller pensado para todo público, a partir de los tres años en adelante, sin límite de edad. Los módulos están divididos por clases de una hora y media, y en ellas se imparten temas como arte urbano y contemporáneo. Comienzan con los más chicos, a partir de las 14.00, y siguen con los adultos hasta la tarde noche. “Tratamos de llevar una clase para todas las edades que varía según la complejidad y los materiales. Intentamos disfrutar y aprender mucho del proceso más que de la obra final”, explica Lucas.
A través de la experimentación, el objetivo del club no es formar a futuros artistas; más bien, ceder un espacio alternativo para que cada quien incursione en la expresión libre, apostando por el arte callejero o grafiti y recurriendo a los aerosoles como herramienta. A la par, también se acompaña este proceso con la parte teórica: cada semana se analiza a un artista o referente, se enriquece lo estudiado y luego se pasa a la acción. En ese sentido, para el equipo es de suma importancia no solo formar parte de dicho proceso, sino también ser un gran aporte para la cultura creativa. “Nuestro propósito como espacio es, primero que nada, generar comunidad y trabajar en el futuro de los más chicos”, menciona Lucas. A dos meses de su apertura, por el club ya pasaron unas 500 personas de todas las edades y el número sigue en aumento.
Para quienes aún no se animan, ofrecen un Demo Day que consiste en presenciar un día, con inscripción previa, las actividades que se realizan en esa jornada, en compañía de otros alumnos y los profes guías, personas que forman parte del plantel de campo. “La idea del Demo Day es que vos participes de algunas de esas clases, como para que entiendas hacia dónde va, cuál es la forma de trabajo que mantenemos y el ritmo que manejamos”, asegura Lucas.
Hasta el momento la recepción es buena; de hecho, un gran número de personas ya pasó por la experiencia en grupos numerosos con la posibilidad de extender la estadía, ya que el club no se rige por un parámetro de estudio tradicional. “Salimos totalmente de lo formal; no hay títulos ni exámenes, no va por ahí la cuestión”, dice por su parte Julio Troche. Dentro del sistema que maneja Club Touch!, la persona interesada se inscribe al taller para una o dos veces a la semana, y al cumplirse cuatro meses, arman una exposición en donde todos los alumnos muestran el trabajo final en el Art Show.
“A los que no se animan a ser parte, les decimos que vengan, que tienen la posibilidad de probar una clase con nosotros en donde ellos van a sacar sus propias conclusiones. Touch! puede ser una escuela para muchos, tal vez no para todos, pero sí es un espacio que se está gestando con amor y muy buena energía”, asevera We.
La importancia del arte
Para Lucas, padre de una niña, la influencia que tiene la expresión artística es de suma importancia para los primeros años de vida de un niño, ejercitar la mente creando es un gran estímulo para el desarrollo del aprendizaje y el crecimiento: “La imaginación por sobre todas las cosas hay que estimularla”. En grandes, el panorama es distinto pero no imposible, ya que el ejercicio de práctica también crea una habilidad que usualmente está oculta sin ser desarrollada: “Considero que a todos nos gusta jugar con el arte, más que ser artistas. Creo un poco más en la diversión, la libertad y la creación; después, con el tiempo cada uno sacará la conclusión si se considera o no artista, pero por el momento no le pondría esa etiqueta, más que buscar nuestra manera de expandir las cosas, de crear; todos somos creadores, en eso sí creo”, asegura.
Así, la diferencia entre un niño y un adulto en el encuentro con la imaginación resulta generalmente notable para quienes nunca estuvieron en contacto con la creatividad libre. “Lo que pasa con quienes no tienen ningún tipo de lazo o acercamiento al arte es como que hallan y chocan contra un mundo un poco más divertido y se sienten desafiados”, explica. Para ello, el equipo recurre a técnicas que logran ayudar a conectar con ese momento de creación, desde la música que ambienta el lugar hasta la libertad que ofrecen a la hora de mancharse con la pintura.
Para Lucas, equivocarse no es un error, en comparación con lo que está instalado comúnmente como una forma de retroceso o algo negativo en la sociedad. De hecho, el lema que lleva por delante Club Touch! es, justamente, equivocarse, mancharse y sacar conclusiones a partir de eso. “Nuestra apuesta con esta semilla de creatividad y cultura es instalarla en una nueva sociedad que se viene, esa es nuestra bandera, nuestra lucha. La educación artística es la bandera que levantamos, y entendemos que es demasiado importante para el futuro, porque se vienen tiempos en los que necesitaremos gente sensible, que pueda tomar decisiones”, cierra.
Club Touch!
Los programas que conforman Club Touch! están divididos en: Fresh, de 3 a 5 años; Bubble, de 6 a 8; Rebel de 9 a 12; Wild, de 13 a 17, y Legends, para mayores de 18.
En Touch! las clases se desarrollan por rango de edad. El horario disponible para la categoría de 3 a 5 años es de 14.30 a 16.00, y para mayores de 18, de 20.30 a 22.00.
El Demo Day consta de una clase de prueba gratuita, con inscripción previa, para conocer el espacio, las dinámicas de trabajo, a los profesores guías y los programas de este 2022 para la inscripción final. A cargo de Lucas Mendonza (alias Lucas We), diseñador gráfico, ilustrador, grafitero y artista callejero argentino, el nuevo espacio para grandes y chicos está ubicado en Paseo Carmelitas, sobre España. El horario de atención es de lunes a viernes de 11.00 a 19.00, con el contacto habilitado al (0994) 282-002 o al Instagram @club.touch.
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