Música

Reminiscencias de una vida acuática

Microfantasías de un trío rebelde

Tres niños me invitaron a jugar. Me pidieron que cerrara los ojos y colocaron una cajita en mis manos. “¿Será la de Pandora?”, pregunté intrigada. Pero cuando la abrí, no encontré maldiciones griegas, sino una música sincera, delicada y acogedora.

La primera vez que escuché el repertorio de Trío Blue (aunque oficialmente no tenían esa denominación) fue en Drácena, aquel acogedor espacio en el que caben todas las propuestas de la escena paraguaya. En un mágico vaivén, Mar Pérez, Ale Leju y Miguel Santa Cruz nos mostraron cuántos matices puede tener la música instrumental.


Ahora estamos en una habitación azul, tan azul como la tristeza. Sin embargo, una veta de alegría y complicidad nos abraza. Ellos se pasean por anécdotas mientras intentan encontrar el momento exacto en el que decidieron darle forma a todas las melodías y sentires que los acompañaron desde hace tiempo.


“Mostrar nuestra música fue un posicionamiento”, dice Ale. “Fue simplemente cambiar el chip”, agrega Mar. “Como nace de nosotros, así lo presentamos”, suma Miguel. Para el Trío Blue, nada es casualidad: son amigos y compañeros de trabajos, tertulias y presentaciones de años. Tocaron juntos tantas veces, incluso en esta casa, la de Pérez, donde sus padres siempre los recibieron.

El imaginario marítimo fue una creación de la artista visual Vero Sforza. Ya sea por su nombre o por ser del signo Piscis, Mar y Ale siempre encontraron una conexión allí. Pero además, habla de respeto y admiración por la naturaleza, por aquellos submundos que la racionalidad no puede captar.

Los primeros días de junio presentaron Microfantasías, su primer EP con seis obras, disponible en todas las plataformas digitales. Es el resultado de la búsqueda de una voz y expresión personal y colectiva; de una pecera que contenga —y desborde— eso que ya no encontraban en la música.


“Somos un trío pero no necesariamente de tres instrumentistas o compositores, sino de tres personas que buscan congeniar su lenguaje musical. Hacemos siempre cosas distintas: instrumentar, escribir y arreglar. Intentamos diseñar la obra y tenemos como inspiración al movimiento minimalista”, explica Leju. Su instrumento principal es la viola; el de Mar, la trompeta, y el de Miguel, el piano. Pero fue en este último donde encontraron el diamante en bruto.


Incluso hablan de que forzaron la instrumentación, ya que no es convencional encontrar una conformación con
esos tres instrumentos, pero fueron la amistad y los gustos comunes los que primaron.

“El piano nos llevó a explorar nuestros límites y ampliarlos. Las cosas van naciendo al romper todo el tiempo el cascarón que es la limitación técnica”, menciona Ale. Con los dedos en las teclas, empezaron a explorar la composición armónica, como niños curiosos, y fue Miguel quien se encargó de cerrar las ideas que surgían casi naturalmente.


Aquella búsqueda que los trajo hasta acá también fue angustiosa, pero en ese camino se dieron cuenta de que
la propia música funciona como pregunta y respuesta, herida y bálsamo. “Esa es la magia. Siento que estas seis
cancioncitas de alguna manera nos curan también”, piensa Alejandro.

Poderosa música

La adrenalina que se experimenta al dar vueltas y vueltas en la calesita hasta quedar mareado; la intriga por sentir el agua y entender el reflejo que nos muestra; el amor y la calma al recurrir a ese lugar seguro que tiene forma de abrazo maternal.


Tres momentos distintos que remiten a la infancia y conforman la suite principal del EP. Miguel encuentra algunas conexiones con la obra Escenas infantiles, de Robert Schumann, y Juego de niños, del paraguayo Lobito Martínez,
a quien escuchó incontables veces junto a su madre. Incluso reconoce un aire de guarania, debido
principalmente a esa obsesión por la belleza de la melodía, que comparten los tres.

Miguel Santacruz, pianista y compositor.


“Creo que la música contemporánea refleja mucho lo que es el mundo de hoy, por decirlo de alguna manera: el mundanal ruido. Tratamos de reducir las ideas compositivas a un mínimo, que sean muy expresivas, accesible para el público en general y que escape de lo académico”, expresa Santa Cruz.

No quieren encajonarla en una categoría, pero describen su propuesta como programática y minimalista. “Es muy descriptiva, crea un imaginario. Fácilmente eleva el pensamiento y deja que la mente se expanda”, añade.


En palabras de Mar, lo que hicieron fue utilizar pocos elementos, pero con muchísima intención. Consideran que la música minimalista está desvalorizada, muchas veces se la entiende como simple repetición, pero se deja de lado toda la complejidad de detalles que abarca. Rescatan las composiciones de grandes exponentes como Philip Glass, Yann Tiersen, Steve Reich, Moondog, entre muchos otros.

Las composiciones de Trío Blue tienen como disparadores recuerdos, sueños, poesías, obras de teatro e incluso
películas. Interpretar las bandas sonoras de Joe Hisaishi, de Studio Ghibli, también fue clave. Las temáticas relacionadas con el agua, los peces y el signo Piscis eran parte de sus conversaciones diarias y fueron conectándose solas con sus creaciones.

“El piano nos llevó a explorar nuestros límites y ampliarlos. Las cosas van naciendo al romper todo el tiempo el cascarón que es la limitación técnica”

Ale Leju


Microfantasías está grabado en vivo, porque quisieron registrar tal como suenan en un concierto, sin efectos.
Algunas obras, como Gigi, las terminaron en el estudio. Fue un día lluvioso, recuerdan, y en una improvisación lograron la toma que quedó.

El disco tuvo la colaboración especial de Paula Rodríguez, en el contrabajo, y de Nelson Sosa, en flauta traversa y guitarra. La ilustradora Vero Sforza también hizo lo suyo y les regaló las interpretaciones visuales de lo que representa el Trío Blue. Fue la primera vez que creó a partir de canciones, confesó a los músicos. Todos ellos son parte esencial de la agrupación.

En tiempos de singles y playlists en Spotify, presentar un EP de media hora es muy importante para ellos, aunque todavía no pueden dimensionar lo que significa este momento de compartir su música con el mundo.

Sentir, por sobre todas las cosas

Las fronteras mentales esquemáticas tuvieron que ser atravesadas —a pesar del miedo— para crear sin límites. Los músicos consideran que vienen de un ambiente todavía muy conservador, no solo en el sentido académico, sino también social: hay mucha discriminación y machismo.

“Nosotros venimos del conservatorio y en ese mundo te muestran cierta forma de componer. No desconocemos los aportes de la academia, pero creemos que hay otras maneras de ver el arte”, manifiesta Pérez. Y desde esa sinceridad, la mayor pretensión que tienen es llegar a las personas.

Mar Pérez, trompetista y compositora.


En los últimos años han visto cómo la calidad de las orquestas se mantuvo, pero algo está pasando, porque aunque el nivel musical sea alto, las funciones y los teatro no se llenan. “Cada vez está más desconectada y es más grande la brecha. Hay que encausar. No decimos que nuestra música vaya a hacer eso, pero por lo menos nos jugamos por algo”, refiere Ale.

Si para generar la conexión con el público tienen que buscar en su bagaje de aprendizaje las cosas más simples y básicas, entonces lo harán a su manera. Estar juntos y pararse firmes desde esa identidad es lo que les ayuda a no temer los juicios o las críticas que pudieran llegar. Además, transitar esas vías abre el camino a otras voces, como ser mujeres compositoras y personas de la diversidad sexual.

“Nosotros venimos del conservatorio y en ese mundo te muestran cierta forma de componer. No desconocemos los aportes de la academia, pero creemos que hay otras maneras de ver el arte”

Mar Pérez


“Dar valor a historias que pasan en Asunción nos responsabiliza mucho. Hay un movimiento fuerte de música instrumental y gente muy buena que sale, se forma fuera y a veces no vuelve. Nosotros nos quedamos, así que
hagamos algo, crezcamos más allá de los círculos oficiales”, reflexiona Ale.

Una de sus principales reglas siempre fue la libertad, dice Mar, para darse la oportunidad de escribir como sintieran y desearan: “Es un lujo sentarnos a tocar y que los tres en serio lo hagamos desde el corazón, eso no pasa en todas partes. Y si tenemos miedo, por lo menos estamos juntos”.

El lujo no solo lo experimentan ellos, sino quienes asistimos a sus conciertos. La conexión se siente en sus toques
y cuando hablamos, ya que uno complementa la frase de la otra. Se bromean, pero se respetan y admiran profundamente. Según Ale, es la rebeldía la que los mueve a explorar y romper con lo establecido.

Los matices del azul

En inglés, blue no solo se refiere al color azul, también significa tristeza. Un sentimiento tan complejo y a la vez
con tantas tonalidades como la propia música. El Trío Blue bucea en esas profundidades y logra acercarnos, de forma incluso sinestésica, a aquellos escenarios. ¿A qué sabe el azul? ¿Qué forma tiene? ¿Cómo suena?

“Todo ese trabajo de producción que realizamos habla del amor que tenemos por el trío. Hoy, como artistas, a lo mejor podemos ponernos en manos de cualquier productor, pero nosotros nos apropiamos de eso, porque no es solamente vender un producto”

Miguel Santacruz


El grupo se encuentra trabajando en la postedición de su segundo EP y también en la grabación del tercero. Esperan sacar antes de fin de año Microfantasías II. Sin embargo, también le darán tiempo al primero, para que sus oyentes lo mastiquen y sientan.

Ale Leju, violista y compositor.


Detallan que el nacimiento de la agrupación fue un parto doloroso, ya que ellos mismos fungieron de productores, principalmente Mar y Ale. Pero con esa experiencia ya están más preparados para otros lanzamientos.


“Todo ese trabajo de producción que realizamos habla del amor que tenemos por el trío. Hoy, como artistas, a lo mejor podemos ponernos en manos de cualquier productor, pero nosotros nos apropiamos de eso, porque no es solamente vender un producto”, afirma Miguel.


La cuarentena los encontró finalizando los detalles de su primer EP. Y aunque al principio se vieron paralizados como muchos artistas, hoy sienten que apagar el ruido de afuera hizo que se concentraran en sus voces interiores.

Ahora están flotando en las inmensas posibilidades de visualizar el futuro como trío. Más adelante les encantaría fusionar su música con imágenes, viajar con su repertorio, cuando se vuelvan a abrir las fronteras. Pero celebran este gran paso, que es decir: esto es lo que somos.

Recomendados

Sin Comentarios

    Dejar un comentario