Chris Ferreira

Al servicio del entretenimiento

¿Cómo presentar a un hombre que, aparentemente, puede hacerlo todo? Algunos lo conocemos del cine y otros hemos cruzado caminos con él como pacientes de su práctica nutricional, pero muchos lo reconocemos por las redes sociales, donde se impone como una voz no solo paraguaya, sino latinoamericana para el mundo entero.

Por Patricia Luján Arévalos. Fotografía: Alexis Harguinteguy.

¿Qué querés ser cuando seas grande? Es una pregunta frecuente para los niños, y la mayoría de ellos tiene profesiones fantásticas en mente que no superan la prueba del paso del tiempo. Como pocos privilegiados, Chris supo —desde siempre— que sería actor, y en actor se convirtió.

Mucho antes de su debut en el cine como uno de los protagonistas de Los buscadores, del dúo Maneglia-Schémbori, ya subía al escenario de las puestas escolares donde descubrió su amor por el teatro. Estudió Actuación en su natal Encarnación y, más adelante, en el Taller Integral de Actuación en Asunción. “Desde muy pequeño me involucré en obras teatrales, de poesía y danza. Todo lo que tuviera que ver con estar en escena era lo mío y en la escuela siempre me dieron la libertad de hacerlo; de hecho, en el bachillerato elegí el Énfasis en Artes; prefería todo lo que guardara relación con lo artístico antes que estar dando Historia o Matemáticas”, cuenta.

“Cuando me llamaron para la audición [de Los buscadores] sentí que ese papel era para mí, el resto fue simplemente confiar en el proceso. Estoy seguro de que en aquel entonces el sueño de muchísimos actores era trabajar con Juanca y Tana. Ellos estaban haciendo la siguiente película después de su éxito mundial con 7 Cajas y saber que yo iba a ser parte del segundo proyecto más importante de ambos fue increíble, era algo que esperé desde siempre”, recuerda a casi siete años del estreno del filme.

Como la mayoría de los artistas en nuestro país, siguió una carrera universitaria de manera paralela, y fue así como descubrió su segunda vocación: la nutrición. “Con la actuación empecé a los nueve años en pequeñas obras, después hice radio y televisión en canales y emisoras locales de Encarnación, hasta que terminé el colegio y tuve que elegir una profesión ‘seria’”, comenta Chris, una situación con la que más de uno se sentirá identificado, y agrega: “Elegí la nutrición sin pensar mucho, realmente, porque era una carrera que mis padres podían solventar y tenía materias que yo consideraba no eran demasiado difíciles. Estaba equivocado, pero dentro de todo también me parecía algo muy noble, en lo que sabía que me podría desempeñar bien”.

Durante el encierro

Este año se cumplen seis desde que Chris se mudó a Nueva York (EE. UU.). Llegó, primero, para estudiar Actuación, pero se quedó en busca de mejores oportunidades.

“Cuando estábamos promocionando Los buscadores surgió la posibilidad de venir a hacer un recorrido por los festivales en Nueva York, Washington, California y Chicago”, comenta y aclara que “eso duró como tres meses. En el transcurso de ese tiempo pude conectar con otros actores y escuelas de drama, acá en Nueva York”. Una de las instituciones que le interesaba, HB Studio, le concedió una audición y fue aceptado. Al año siguiente recibió una beca como ayudante de cátedra de una de las materias y así quedó sellado el futuro de su residencia en Estados Unidos.

Entonces llegó la pandemia y su vida volvió a cambiar. “En esa época tuve la posibilidad de retomar mi profesión de nutricionista porque, curiosamente, hubo muchísimo trabajo gracias a gente que quería perder peso o comer mejor. Me organicé con los pacientes y el equipo que en ese entonces formé. Gran parte de esos meses encerrado estuve trabajando”, comenta.

“El hecho de estar lejos de casa, de ver y escuchar cómo en Paraguay las cosas no estaban bien, que las personas empezaban a morir, escuchar de los hospitales completamente colapsados y el miedo de que a mi familia le pasara algo y no poder ir… todo eso me generó un terrible trastorno de ansiedad y depresión”.

“Pero en lo personal, ahí sí me tocó la factura bien cara”, explica sobre sus desafíos personales en ese periodo y detalla: “El hecho de estar lejos de casa, de ver y escuchar cómo en Paraguay las cosas no estaban bien, que las personas empezaban a morir, escuchar de los hospitales completamente colapsados y el miedo de que a mi familia le pasara algo y no poder ir… todo eso me generó un terrible trastorno de ansiedad y depresión”. No tardó en buscar ayuda para trabajar en su salud mental y pasó los siguientes dos años en tratamiento para hacer frente a su situación. “No podía salir a la calle, sentía que me iba a morir. Incluso una vez me desmayé en un espacio público por la exposición que tuve, no pude manejar la situación de ansiedad”, acota.

En medio de lo personal y lo laboral, algo sucedió. Como todas las personas estaban hiperconectadas a través de las redes sociales, el encierro fue el impulso que él necesitaba para empezar a generar más contenido en sus redes. Su éxito fue notorio desde el comienzo y no arrancó completamente de cero, porque ya contaba con una buena presencia para estándares locales. Pero con TikTok despegó con números inesperados.

Ahora es creador de contenido casi a tiempo completo, un trabajo que se suma a la nutrición porque también sirve de gancho para seguir educando a su público sobre las múltiples maneras de mejorar su alimentación. “Como mi carrera de nutricionista está muy ligada a la de creador de contenido, lo que más me motiva es llegar a las personas. Todos los días recibo mensajes de gente que me dice que les hago reír, que perdieron varios kilos conmigo, que empezaron a cuidarse y a aceptarse como son, que aprendieron sobre el ayuno intermitente con mis videos. Entonces, esa es mi mayor motivación, saber que directa o indirectamente estoy haciendo algo por los demás”, reflexiona y agrega: “Además, es un nicho en el que si sos suficientemente proactivo, podés hacer buen dinero e incluso generar empleo”.

Chris desarrolló un sistema de grupos de descenso de peso, espacios que sirven de apoyo y contención, además de aprendizaje. Surgió como una solución para que el servicio nutricional fuera más accesible para más personas, que luego sistematizó hasta convertirlo en un método de mucha aceptación y éxito —según reportes de sus pacientes, que se convierten en seguidores rápidamente—. El crecimiento le permitió (y le exigió) crear un equipo mejor estructurado de nutricionistas profesionales, quienes hacen de soporte personal para quienes necesiten.

Exposición meteórica

Su presencia online generó, por supuesto, que se convirtiera en influencer. “Fue algo que pasó por accidente, realmente nunca me lo propuse”. La verdad es que Chris estaba determinado a continuar con su carrera cinematográfica, pero como cualquier actor en busca de oportunidades, le tocó buscar otras opciones para mantenerse. “Cuando llegué a EE. UU. empecé a trabajar como lavaplatos y delivery en un restaurante en el Alto Manhattan; al cumplir los tres meses me echaron, seguramente era muy lento para lo que necesitaban y no cumplía con sus expectativas”, dice riéndose.

Ahí le tocó ingeniarse: “Como antes, en Paraguay, llegué a dedicarme a mi profesión como nutricionista, se me ocurrió comenzar a hacer posteos y publicaciones en los que daba tips y dietas completamente gratis a la gente, con la idea de atraer nuevos pacientes, pero nunca me visualicé ni proyecté ser creador de contenido o influencer. Esta faceta se fue dando con el paso del tiempo”.

Quizás este paso en su carrera sucedió de manera natural para él porque Chris Ferreira ama la cámara, y todos los que hemos visto su trabajo sabemos que es así. En su faceta de creador de contenido deja salir mucho de lo que aprendió desde sus comienzos en las escuelas de teatro y su preparación cinematográfica.

Existen palabras que antes decía y que hoy ya no puedo hacerlo porque el humor de la gente va cambiando. Hay cosas con las que no hay que jugar ni tomar a la ligera; principalmente todo lo que tenga que ver con el cuerpo, la imagen corporal y los estándares de belleza que van tomando un giro más humano y realista”

También lo vemos explotar su lado más humorístico, algo que generó división en redes sociales por su acercamiento a la comedia: “Fui evolucionando y adaptándome a los nuevos tiempos. Existen palabras que antes decía y que hoy ya no puedo hacerlo porque el humor de la gente va cambiando. Hay cosas con las que no hay que jugar ni tomar a la ligera; principalmente todo lo que tenga que ver con el cuerpo, la imagen corporal y los estándares de belleza que van tomando un giro más humano y realista”.

“A medida que uno crece, va evolucionando y adquiriendo más sabiduría”, sentencia. “Tomé consciencia de la responsabilidad que implica llegar a tanta gente y cómo realmente influimos en los demás. Asimismo, entendí que esta exposición está ligada a muchas críticas, la gente va a opinar de uno”.

Se siente privilegiado por la repercusión de sus videos y el espacio que ganó su voz a través de las redes, pero en ese trabajo, como en cualquier otro, le tocó poner límites para que no afectara otras áreas de su vida. Sin embargo, a diferencia de un empleo convencional, le tocó aprender sobre la marcha cuáles eran esos límites: “Cuando trabajás donde vivís se mezcla todo y es muy difícil. Una de las decisiones que tomé hace poco fue invertir en un estudio fuera de casa, que, sinceramente, ha resultado bastante bien y me ha ayudado a separar lo laboral de lo personal”.

Como en la mayoría de los casos, hay una luz al final del túnel: “Hasta hoy sigo trabajando diariamente con un coach de vida que me ayuda a navegar mi carrera, mi exposición en redes sociales y medios de comunicación. Estar expuesto todo el tiempo genera muchísima ansiedad. Balancear lo personal con el trabajo es un gran desafío y todos los días me esfuerzo por separarlos, y también dedicar tiempo de calidad para mí”.

Orgulloso

Para Chris, establecerse en Nueva York supuso una dicotomía. Al principio, lo que más extrañó de su país era el contacto con el campo, pero la diversidad cultural que ofrece la urbe estadounidense fue el mayor contraste que experimentó y es uno de los factores que le ayudan a sentirse a gusto en su nuevo hogar. “Todos los días conocés gente nueva. La ciudad te permite crecer muchísimo en distintos niveles: profesional, personal y emocionalmente. Si lográs sobrevivir en Nueva York, es muy fácil sobrevivir en cualquier lugar en el mundo. Es una metrópolis hecha de inmigrantes, entonces como que me siento en casa otra vez”, cuenta.

Pasaron los años y su realidad es diferente: “Ahora tengo mi pareja, mi casa, mi perro, mi trabajo, mis amigos y mis aspiraciones. Me siento feliz y privilegiado con la vida que llevo”.

“Me sentí muy bendecido porque una organización de DD. HH. que trabaja por los derechos LGBTQ+ se ofreció a ayudarme y orientarme con mi estatus migratorio […] En mi caso, el haber asumido de forma abierta que yo soy parte de la comunidad y que vengo de un país que es extremadamente homofóbico me ayudó, gracias a Dios”

Como latino y parte de la comunidad LGBTQ+, su experiencia fue positiva desde el principio. “Desde que llegué tuve muchísima suerte. Me sentí muy bendecido porque una organización de DD. HH. que trabaja por los derechos LGBTQ+ se ofreció a ayudarme y orientarme con mi estatus migratorio. Me ayudaron con el permiso de trabajo, el seguro social y el proceso de Greencard. Entonces, en mi caso, el haber asumido de forma abierta que yo soy parte de la comunidad y que vengo de un país que es extremadamente homofóbico me ayudó, gracias a Dios”, explica.

Su audiencia no se limita a Paraguay y hoy Chris es referente en toda Latinoamérica. Las marcas buscan trabajar con él y los medios de prensa quieren ser una plataforma más para su voz. “Yo hablo abiertamente de mi orientación sexual en mis videos, la gente sabe que estoy con un gringo [risas] y acá me siento completamente libre de hacer el contenido que hago y de ser lo que soy. La gente lo acepta y gran parte de ello creo que se debe a vivir acá”, afirma y subraya: “Si estuviera en Paraguay, no sé si esto hubiese sido posible”.