Gastronomía

Pizza: la mejor amiga de la humanidad

Siete datos que quizás no sabías

Por Laura Ruiz Díaz.


Uno de los beneficios que tuve al crecer en Argentina (además de las mieles de la educación y salud públicas, gratuitas y de calidad) es que aprender a hacer pizza casera es parte de la formación emocional de todos los adolescentes. La deliciosa —y económica— mezcla de harina, queso y salsa (con mucho ajo, por favor) es la preferida para las “juntadas” posadeñas.

Gracias a esta experiencia y a la exquisita influencia de Paulina cocina y sus recetas, que recomiendo empedernidamente a quien me quiera preguntar, hoy me puedo jactar de preparar pizzas caseras en la comodidad de mi casa y, a veces (muchas veces), descargo un poco de estrés en el amasado. Para mí, cocinarlas para alguien es una declaración de amor.

Como ya muchos adivinaron, este plato es una parte muy importante de mi vida y está en la base de mi pirámide alimentaria. Por suerte, no soy la única. Se han escrito libros enteros de esta maravilla gastronómica y numerosos documentales que por suerte podemos ver hasta en YouTube. En esta nota, te contamos algunos datos curiosos para amantes de la pizza.

Hawaiian pizza with ham and pineapple cut into slices, cheese pull

1- La pizza solo tenía tomate.

Para quienes hayan leído algo que yo escribí antes seguro están esperando el análisis sociológico de este plato y su historia. ¡No se equivocaron! Es cierto que la versión original de Nápoles, conocida como pizza napoletana, tenía solamente tomate como ingrediente. Se hacía con una base de masa delgada de pan, tomate San Marzano, ajo, aceite de oliva y sal. ¿Por qué? La explicación es simple: la sobreproducción de la fruta y la facilidad —y economía— de crear el pan. Hoy, en muchos locales populares uruguayos, si pedís una pizza, viene sin queso. Además, se podía comer con la mano, condición fundamental para las comidas de los trabajadores: un alimento delicioso, barato, práctico y bien popular.

2- Es el alimento preparado más vendido. En el mundo.

Alrededor de 5000 millones de pizzas por día se venden en nuestro planeta y alrededor del 20 % de restaurantes se dedican exclusivamente a este platillo. Además, es una opción que casi todos los emprendimientos gastronómicos poseen.

3- La más grande del mundo tenía más de 40 metros.

En la ciudad histórica a la que todos los caminos conducen se llevó a cabo una hazaña gastronómica sin igual. Roma, Italia, es el hogar del récord Guiness de la pizza más grande jamás hecha. Medía 40 metros de diámetro y pesaba 13,5 toneladas.

4- El sabor más internacional es la hawaiana.

La pizza hawaiana, esa que genera tanta controversia y lleva piña y jamón, no fue creada en Hawái. En realidad, esta delicia culinaria fue obra de un chef originario de Grecia llamado Sam Panopoulos ¡en Canadá! Así como me leen, esta versión es una invención canadiense de la mano de un griego que ganó popularidad en el mundo.

5- La pizza más cara cuesta 8300 euros.

Así, tal como lo leyeron, y no nos sobra ningún cero. La Luigi XIII, de Renato Viola, es la più cara del mondo. No se trata de una pizza ordinaria. La masa tiene un leudado de 72 horas, como es tradicional en Italia, con mezcla de harina orgánica y agua de manantial de los montes Sibilinos. Le sigue una selección de quesos y tomates orgánicos de la región. Además, se corona con langosta, caviar, camarones y salmón ahumado. El chef la cocina en tu propia casa, acompañado por un asistente y un sommelier.

6- Es un alimento rico en nutrientes.

La masa de la pizza, hecha con harina de trigo, contiene carbohidratos complejos que proporcionan energía al cuerpo y hasta puede ser una fuente de fibra si se utiliza su versión integral. El queso es un alimento rico en proteínas, calcio y otros minerales esenciales para la salud ósea. Además, algunos ingredientes adicionales en la pizza, como tomates, pimientos, cebollas, champiñones y otras verduras, también proporcionan vitaminas y minerales muy importantes para el cuerpo, como las vitaminas C y A, y el hierro.

7- Se puede imprimir en 3D.

¿Qué? Hasta yo dudé después de escribir esta curiosidad. La empresa italiana de tecnología alimentaria Barilla ha desarrollado una impresora, por encargo de la NASA, que puede imprimir una pizza en cuestión de minutos, utilizando masa e ingredientes cuidadosamente ajustados para ser consumidos en el espacio, pero aún no se ha utilizado en misiones espaciales.

¿Será que algún día podremos pedir una impresa en 3D desde nuestro sofá? Quién sabe, ¡el futuro de la pizza es emocionante!

Pero no solo el futuro emociona, también el pasado. Resulta que en la antigua Grecia, la cuna de los panes planos, ya existían platillos muy similares a lo que hoy conocemos como pizza. Se dice que incluso los soldados persas, en la época de Darío I el Grande, disfrutaban de un panificado chato con queso fundido y dátiles encima. ¡Y eso no es todo! Incluso Virgilio, en La Eneida, menciona un platillo que se parece mucho a este plato como lo conocemos hoy. Porque la pizza es épica y es un clásico.

Desde las primeras líneas se me hace agua la boca y estoy más que segura que al lector también. Con la misión cumplida, me retiro a hacer lo que hago mejor: ¡Una muzza, por favor!

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